Con la llegada de Julián a Tullen, la reina Medeia podía por fin darse un pequeño respiro. No obstante, aún tenía un problema más grande entre manos: el conflicto entre la Iglesia de Norgay con el reino de Ross. Con la partida de su esposo, el rey Julius, a comandar él mismo el ejército de 8.000 hombres que iría contra Norgay más el apoyo incondicional de dos grandes fuerzas latentes: las Espadas Hermanas, las cuales tenían una rabia inmensa contra Norgay por haber atentado contra su Amo.
Retrocedamos unos cuantos días antes del arribo de Julián a Tullen junto con los aldeanos de Welt.
En la frontera que separaba a dos países, Falmuth y Ross, dos ejércitos alineados viéndose fijamente, observando con sumo cuidado los movimientos que harían. Lo único que separaba a estos dos ejércitos era una distancia de aproximadamente unos cien metros y una gran tienda de campaña posicionada en el medio la cual era custodiada por unos veinte soldados de parte de Ross y unos diez caballeros de Falmuth. Ahí, en esa gran tienda de campaña, adentro se encontraba Julius, acompañado de diez de los veinte soldados que fueron designados para protegerlo; los otros diez esperaban afuera en caso de una emergencia, y, por otro lado, se encontraba también un emisario de Falmuth, acompañado de cinco de los diez caballeros designados para su protección; al igual que Ross los otros cinco caballeros esperaban fuera de la tienda de campaña en caso de una emergencia.
Julius y el emisario se miraban a los ojos sin decir ni una sola palabra. El ambiente era tenso y pesado. En cualquier momento una sola palabra podría causar un conflicto y en el peor de los casos, una posible conquista a la capital de algunas de las dos naciones. Para romper el silencio Julius habló y dijo lo mismo que hacía unos cuantos minutos.
"Emisario, ¿puede retirar sus tropas y ceder el paso a mi ejército? Prometo que no le haremos ningún daño al imperio"
El emisario de Falmuth con un miedo que poco a poco le carcomía su poca valentía, decidió ocultarlo con mucha dificultad, pero, no sirvió de mucho, Julius se dio cuenta, aun así, decidió no usar ese factor a su favor. El emisario, con su gran temor ante aquella persona frente a él, le respondió.
"Eso...no va a ser posible, Majestad. Mi rey me ha dado órdenes claras de no dejar que su ejército pase nuestra frontera"
Julius frunció el ceño, como lo había hecho hacía un rato al preguntar lo mismo y recibir la misma respuesta. Fue entonces, que él suspiró y liberó su [Voluntad de Batalla]. Los cimientos de la tienda de campaña empezaron a crujir, el emisario, los soldados, los caballeros y ambos ejércitos sintieron la [Voluntad de Batalla] de Julius e inconscientemente empezaron a temblarle las piernas. Los que se encontraban dentro de la tienda de campaña ya no veían a un rey, solo veían una sombra negra con dos pequeñas luces de un azul oscuro que cuando las miraban sentían que veía a través de sus alma, como si ya conociera todo ellos y lo siguiente que harían. Esta [Voluntad de Batalla] es una de las habilidades que hizo que Julius fuera conocido a lo largo y ancho de todos los continentes.
"Pido que cedan el paso a mi ejército"
Una voz grave, la cual era diferente, muy diferente como si de otra persona se tratase, salió de la sombra negra. El emisario, con su profundo temor ante aquél ser frente a él, abrió la boca y habló.
"N-no puedo hacer, Majestad"
Un pequeño pero pesado suspiró se escuchó y la [Voluntad de Batalla] de Julius se desvaneció.
La sombra negra de ojos azul oscuro se fue desvaneciendo poco a poco siendo reemplazada por Julius.
El interior de la tienda de campaña volvió a ser silencioso.
(Nunca creí ver la Forma Sombría del Rey Oscuro) pensó el emisario mientras observaba a Julius. Con un estremecimiento casi imparable el emisario observaba con sumo cuidado los movimientos de Julius hasta que un leve crujido se escuchó por toda la tienda rompiendo el ambiente silencioso. Julius se había levantado de la silla y para el emisario eso podría significar dos cosas. Que Julius dejara insistir en ingresar a Falmuth para llegar a Iglesia de Norgay y se retire junto a su ejército hacia Tullen o que Julius forzara su entrada al imperio, cosa que podría hacer sin mucha dificultad, e iniciara una guerra contra Falmuth y la Iglesia de Norgay al mismo tiempo. El emisario esperó para ver la siguiente acción que haría aquella persona conocida como Rey Oscuro.
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El surgimiento de un guardián
FantasyLuego de entrar en un estado de sueño debido a una máquina de criogenización, Julian Esteban Hernandez Piñeros despierta en un mundo que ya no es el que él conoce. Las armas de fuego no existen, la tecnología que conocía son solo los vestigios de lo...