Tough ; [ NahoRan ]

!12; desquite

Se preparó mentalmente para lo que pasaría, dejó que Rindō terminara de trenzarle el cabello para poder bajar y tomar su motocicleta para ir a la casa del pelirojo.

Su pecho dolía como no se lo imaginó jamás y el nudo en su garganta cada vez era más insoportable. Bajó los 74 pisos y se subió en su vehículo.

Llegar a la casa del mayor no le tomó más de 7 minutos, bajó y estacionó frente a la residencia. Tocó la puerta y esperó pacientemente hasta que alguien se dignara a abrirle.

Después de unos segundos la puerta se abrió revelando la desordenada apariencia del adulto.

—Ah, Hola, jefe...— Sonrió de lado.

Ran rodó los ojos y sólo se metió al hogar del hombre.

—¿Qué necesitas?— Cerró la puerta y fue trás él hasta la sala de estar.

—¿Qué pasó con Nahoya anoche?— Habló en seco.

Kouni ya entendió a dónde iba su tema y la razón de la inesperada visita. Tomó algo de aire y se dispuso a explicar.

—Anoche me dolía la cabeza y me devolví antes a mi casa... Y de camino casi atropeyo a un idiota que intentaba cruzar la calle así como así.— Suspiró agobiado y se sentó en el sofá.— Lo reconocí, bailé con él durante la fiesta y me preocupé de que estuviera solo tan tarde y a mitad de camino.—

Ran asintió y dejó que continuara.

—Me bajé y fui a ver qué pasaba con él, estaba llorando realmente feo.— Soltó una risa nerviosa.— Apenas podía hablar y como un niñito me abrazó para autoconsolarse.—

El pecho de Ran parecía tensionarse aún más.

—Y luego le dije que era peligroso estar solo de noche y lo traje a mi casa, ya que no quería que lo llevara a la suya.— Se encogió de hombros.— Le armé un futón bajo mi cama y ya...—

—¿No hicieron nada más?— Kouni se extrañó por la pregunta, pero observó las notorias ojeras del menor y notó su latente preocupación e interés por ese mocoso.

—¿Tanto te importa ese niño...?— Ahora sí se sentía mal.

—Sí, ahora responde la pregunta...— Su labio volvía a temblar.

—.... Ran...— Suspiró de forma pesada.— De haber sabido que te interesaba demasiado de esa forma...— Estaba cada vez más nervioso de decirle.— Sólo nos besamos un poco y... le hice un oral.—

—... No me jodas eres casi 8 años mayor que él...— Ahora más que dolor sentía asco.— ¿Por qué le chuparías la polla a un mocoso de 17?— Se puso delante de él y le tomó por el cuello de su polera.

—... Él fue quien me dijo que podía...— Suspiró molesto.

—¡17 años! ¡Un mocoso despechado de 17 años!— Le propinó un puñetazo en la mejilla.— ¡Si no fueras el puto primo de Imaki te hubiera mandado 10 metros bajo tierra!— Ahora sí que estaba molesto más que triste, Kouni se había aprovechado de su vulnerabilidad y estabilidad emocional.

—Ya cálmate... no volveré a meterme con ese mocoso, ya entendí.— Sobó su mejilla con cuidado.

—Y más te vale...— Mordió su labio y rápidamente se puso de pie y salió del lugar para montarse en su motocicleta y volver a casa.

(...)

—¿Peleaste con Ran?— Souya observó curioso a su mayor.

—... No es eso, Sou.— Murmuró.— Es más complejo que eso...—

—¿Puedes contarme?—

Pareció dudarlo un poco, pero después de todo él era su hermano y confiaba en él, no quería ocultarle más cosas. Agitó un poco la cabeza en señal de aprobación y comenzó a contar lo ocurrido.

—... Bien...— Sonrió débilmente.— Dijo que me quería y que sólo me necesitaba a mi, pero me lo dijo teniendo un montón de chupones en el cuello.— Suspiró agobiado.— No sé con qué cara dijo que sólo era yo...— Murmuró.— Le dije que le odiaba y que ya no quiero volver a verlo...—

—Auch...— Souya volvió a observar el frente.— Eso debió ser doloroso para ambos... ¿Necesitas algo, hermano?—

Nahoya pareció pensarlo un poco.

—Un abrazo tuyo está bien.— Fingió una sonrisa de emoción.

Souya asintió y abrió sus brazos para recibirle.

—¿Seguro que sólo necesitas un abrazo?— Palmó su espalda.

—Si, tranquilo...— Intentaba no llorar a toda costa, pero tener a su hermanito para él le hacía sentir vulnerable y querido.

—Puedes llorar en mi hombro si así lo quieres, no te hagas el fuerte conmigo, Naho...—

Y eso fue suficiente para darle el paso libre a su llanto, no lo toleró y varias lágrimas cayeron junto a un ruidoso sollozo de dolor, se había aferrado con más fuerza a su hermano menor y acurrucado a él con tal de liberar más su tensión.

—L-lo odio... y lo quiero... y lo detesto... y ojalá.. y ojalá se caiga de la cama.— Apenas podía formular bien las palabras, su labio temblaba y su voz estaba cada vez más rota.

—¿Quieres volver con él?— Acariciaba con cariño su cabeza.

—Quiero que se vaya al diablo...— Aún sollozaba.

—Shh.. deberías hablar con él, hermano.— Susurraba con calma.

—Quiero que él y sus malditos chupones se vayan al diablo...— Al menos había dejado de llorar tan fuerte y sólo se encargó de apapachar fuerte a su hermano.

—Um... Ya entendí.— Sonrió de lado algo tímido.

—M-maldito mentiroso... caliente, tonto, pervertido, doble cara, asqueroso, lo odio... lo odio...— Mordía su labio intentando reprimirse.— Idiota...—

—Haha... ya entendí, Naho.— Le parecía cómica su reacción tan infantil.

—Mentiroso, mentiroso, mentiroso.— Poco a poco fue relajándose.— Lo odio y quiero...—

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