Tough ; [ NahoRan ]

!22; amanecer

Llevaban un par de minutos despiertos, Nahoya en verdad no se molestó en alejar a Ran de sí, sólo se quedó ahí descansando sobre su pecho, dibujando círculos con sus dedos en su vientre, disfrutando de las melosas caricias en su cabeza aún somnolienta.

—¿Tu madre no escucha a esos dos?— Su voz por la mañana sonaba aún más ronca de lo usual.

—Mi mamá tiene el sueño demasiado pesado, no despierta aunque se incendie la casa.—

—Eso explica muchas cosas...—

—Yo también lo tengo algo pesado, pero me duermo tarde y cuando quiero dormir esos dos ya están en lo suyo y el ruido me perturba un poco.—

—¿Y si vienes a mi casa cuando él venga?— bajó sus caricias hasta su mejilla, deslizando con suavidad la yema de sus dedos por la línea de su mandíbula.

—Sólo si pides comida rica.—

—Qué condición tan simple, pide otra cosa.— Un par de risas bajas escaparon de sus labios.

—Mmm, un avión.— Soltó en tono de broma.

—Perfecto, ¿Tienes en mente algún color o modelo?—

—Ran, era una broma, cómo carajos voy a manejar un avión...— Apartó su rostro de las caricias y elevó la mirada.

—¿Qué venga con chofer privado? Entendido...—

—¡No me compres un jodido avión!—

Ran volvió a reír pero sus mejillas tenían un particular tono rosa, esa pequeñez de momento sin dudas le hacía sentir como un adolescente enamorado y en el cielo de tener al pelinaranja nuevamente entre sus brazos y aún mejor de que sea mutuo. Revisó la hora en el reloj de pared; 9:37 AM.

—¿Quieres preparar el desayuno? Esos dos deben estar agotados...—

—¡Ah, también deberíamos dejárselos en la cama!— Habló sarcásticamente.— No quiero verle el jodido cuello a mi hermano.—

—¿Tu madre no le dice nada?—

—Souya se maquilla cuando ella está, pero ahora no está, es sábado, tiene turno en la mañana.—

Ran pareció meditar la cosa y suavemente se incorporó, estirándose, logrando sonar algunos de sus huesos.

—Tomemos un baño y salgamos a comer afuera.— Besó rápidamente su mejilla y se puso de pie.

—¿Ah?... ¿Afuera?—

—Conozco una cafetería increíble, es más, salgamos todo el día, hay varios lugares donde quiero llevarte...— buscó su ropa regada por el piso y comenzó a vestirse.

—¿...A donde planeas llevarme?— Sonrió de lado.— ¿Es como en esas películas donde me llevas a distintos lados con el fin de que me enamore más de ti?—

—No, no, suena más como a esas películas sexys donde soy el daddy rico que lleva a su baby a una vida de lujos.—

Le fue imposible no soltar una risa suave a ambos.

—Eres un idiota...— Su rostro tomó color.

—¿Pero te gusta este idiota?— Sonrió cálidamente.

—Lamentablemente sí...—

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