Terminó de bañarse después del mayor y se vistió, aunque a pesar de no tener una polera limpia éste le regaló una de sus camisetas con un estampado de una banda de metal occidental.
—¿Iron... Maiden?— Enarcó una ceja, pero no dudó en ponérsela.
—Una de mis bandas favoritas.— Expulsó el humo de su cigarrillo.— Haha... te queda grande.— Murmuró sonriendo.
—Ah, casi lo olvido, mi teléfono, anoche lo apagué...— Dio un largo suspiro y buscó el aparato entre las mantas del futón.
—Deben estar algo locos buscándote.— Apagó el cigarrillo en su cenicero, se puso de pie nuevamente y se acercó al menor.
Nahoya encendió su teléfono y de inmediato éste vibraba por los numerosos mensajes de llamadas perdidas de Souya, Ran y Rindō.
—Mierda...— Abrió la libreta de contactos y marcó el número de su hermano.
La llamada fue contestada en menos de tres segundos.
—¡Hermano! ¡¿Dónde estás?!— Su voz se notaba considerablemente aliviada.
—Ah... ¿Dónde vives?— Una pequeña risa escapó de sus labios y observó al pelirojo.
—Shh... dile que ponga altavoz y tú también hazlo.— Murmuró.
—Ah... ¿Bien?— Le observó extrañado y puso el altavoz.— Sou, pon el altavoz.—
—¡L-listo!.—
—Rindō ¿Estás por ahí?— Tomó el teléfono del pelinaranja y comenzó a hablar.
Desde el otro lado el rubio tomó el teléfono de Souya y observó extrañado a su hermano quien estaba al lado.
—¿Kouni? ¿Qué haces con Nahoya?— Echó sus cabellos hacia atrás.
—Casi lo atropeyo cuando iba de vuelta a mi casa, estaba solo en la calle y no dude en llevármelo y cuidarlo.— Rodó los ojos.— ¿No hay problemas si ya lo toqué?— Soltó una risa baja.
—¡Cállate, no digas eso!— El menos golpeó su hombro molesto.
Del otro lado todo quedó en silencio, aún más Ran quien tuvo que enterarse de la peor forma posible que el chico que quiere pasó la noche con uno de sus amigos. Su labio volvió a temblar y no dudo en irse de la sala de estar para volver a encerrarse en su cuarto.
—Agh... Cállense ambos, voy a tu casa, Kouni.— Suspiró agobiado.— Y tú Nahoya quédate ahí, tengo que ir a dejarlos a su casa...—
—Como sea... aquí te espero.— Sin dejarle hablar más cortó la llamada.
—Ordena tus cosas... Rindō llegará en diez minutos o menos.— Murmuró.
—Ahá... sólo llegué aquí con esa polera sucia...— Murmuró.— No debiste decir que me tocaste.—
—Mmm... lo siento.— Sonrió de lado y se recostó en la cama.— Quería bromear un poco...—
Nahoya se montó encima suyo y le observó neutro.
—Sabes... no sé si quiero tener sexo contigo, pero no me importaría besarte.—
El mayor sonrió emocionado y cerró sus ojos.
—Ven, bésame entonces, Naho-chan.—
—¿No te molesta que sea menor de edad?— Le observó curioso y comenzó a menear sus caderas.
—Me he follado a mocosos de 14, 17 no es la gran cosa.— Posó ambas manos en su cintura.— Así que hazte una idea de lo bueno que debo ser follando.—
Nahoya soltó una risa desinteresada.
—Maldito pedófilo...— Bajó su torso y comenzó a dejar pequeños besos por la comisura de sus labios, algo risueño por las cosquillas que la barba del mayor provocaba en sus mejillas.
—Tienes buenas piernas, enano...— Agarró con fuerza sus nalgas.— ¿Serás tan bueno montando?— Murmuró caliente en su oído.
—Ya cállate...— Sus labios volvieron a reunirse en un beso algo más lento y suave.
Los minutos pasaron entre beso y beso, hasta que la bocina de un auto les hizo detenerse.
—Agh... llegó tu taxi.— Kouni se apartó del beso y se incorporó junto a Nahoya.
—Ah, sí...— Suspiró molesto.
—Como sea... ve.— Besó por última vez su mejilla.— Y si algún día tienes ganas de pasarla bien, no dudes en llamarme...— Sonrió coqueto.
—Mmm... lo pensaré...—
un voto se agradece 🍇
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Tough ; [ NahoRan ]
Fanfiction"-¿Esa noche lloraste por mi?-" Secuela de Zarco [ Ringry ] Historia Semi AU +18