Tough ; [ NahoRan ]

!19; explicar

La mujer tocó el hombro de su hijo mayor y le sacudió con cuidado pero no logró despertarle, sin embargo Ran sí despertó. Sin saber bien la situación se acurrucó más al pelinaranja negándose a despertar y a separarse de él, apresándolo con más amor y ternura, como un gatito evitando que se lleven su ratoncito entre sus patitas.

—H-hum...— La mujer volteó a ver al dúo en el marco de la puerta y enarcó una ceja.— ¿Quién es él? ¿Es tú hermano, Rin?— Susurró.

El rubio asintió nervioso y desvió la mirada algo avergonzado.

—A-ah...— El de trenzas pareció comprender la situación y lentamente dirigió su mirada a la mujer que aún miraba hacia la pareja en la puerta.

Con cuidado se apartó de Nahoya e incorporó con tal de no despertarlo. El ruido claramente alertó a la mayor y volvió a observarle.

—¿Tú eres Ran?— Interrogó.

—Lo siento... Qué mala forma de conocernos.— Tomó la mano de la mujer y besó su dorso.— Ran Haitani para servirle, es un gusto conocerla finalmente.— Sonrió cálidamente.

Las mejillas de la mujer se coloraron y rápidamente asintió.

—¿Estás saliendo con mi hijo?— Apartó su mano con cuidado y apuntó al pelinaranja quien aún dormía apegado a la cintura del mayor.

La pregunta claramente exaltó a Ran, quien pareció pensarlo poco, puesto que rápidamente asintió a la pregunta y acarició las mejillas de Nahoya.

Souya y Rindō se observaron desconcertados, en definitiva las cosas se habían solucionado y  al parecer de buena manera.

—Me gusta mucho él...— Habló en tono bajo.— Disculpe si le incomoda nuestra posición.—

La mujer soltó un par de risas juguetonas y negó con la cabeza.

—Para nada, sigan en lo suyo, yo iré a cambiarme, supongo que te quedas a cenar, así que ahí tendremos oportunidad de hablar bien.— Le sonrió cálidamente, caminando de vuelta hacia la puerta.— Un gusto, Ran.—

(...)

La comida ordenada por Rindō había llegado finalmente, Souya había preparado la mesa y subió a avisarle a Ran quien aún estaba acurrucado a un Nahoya durmiente.

El mayor asintió y mientras el peliazul salía de la habitación se encargó de despertar al pelinaranja con besos en todo su rostro, acariciando meloso sus orejas y susurrando en tono suave por sus labios.

Nahoya comenzó a removerse lentamente y se aferró aún más a Ran, escondiendo su rostro en su pecho.

—¿R-ran?...— Murmuró somnoliento.

—Ven, hay que bajar a cenar...— Besó su cabeza.

—¿Cenar....? ¿Qué hora e-? ¡Mamá...!— Pareció impactarse con la idea de que su madre los descubriera y rápidamente se incorporó.

—Ella está abajo, tranquilo... No dijo nada.— Sonrió juguetón.

—¡Agh!— Sus mejillas rápidamente tomaron color y salió de su habitación en camino al segundo piso.

Y Ahí estaba la pareja habitual y la mujer conversando.
Captaron la presencia del mayor de los Kawata y su madre no dudó en ponerse de pie para saludarlo como corresponde.

—Te vi~— Susurró juguetona en su oído mientras le abrazaba logrando poner más nervioso al contrario.

—T-te lo voy a explicar...—

—Mis ojos ya me lo explicaron todo...— Se apartó y sonriente golpeó suavemente su frente con dos dedos.

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perdón la inactividad, he estado algo ocupada con mil cosas correspondientes al fin de año, además de varios proyectos que estoy llevando a cabo. uwu