Punto muerto

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Cuando inició el concurso, Atsushi decidió darse un paseo para ver a todos los concursantes con la esperanza de que Dazai apareciera entre ellos por arte de magia. 

Vio que Akutagawa hablaba con uno de los encargados del evento, pero no quiso meterse, de todos modos no entendía nada de lo que decían. Así que estuvo unos veinte minutos, caminando por todos lados, observay cómo técnicamente la mayoría iniciaba con bocetos; cómo otros que se veían más confiados iban directo con la pintura sin importarles nada, no los culpaba, no tenían mucho tiempo para hacerlo; otros parecían más calmados, disfrutando del momento. 

Ahí fue cuando lo vio.

Pensó que sus ojos le estaban engañando por unos segundos pero... No había duda, ese cabello revuelto castaño, esos largos brazos con vendas y ese perfil solo podían pertenecer a una sola persona. 

Casi pega el grito, pero recordó que andaban en un concurso, así que optó por solo observarle desde atrás pero... Pasaron los minutos, y su antiguo compañero del orfanato no parecía poder moverse, estaba rígido, con la espalda curvada, con los ojos cerrados y el ceño fruncido. ¿Se sentía mal? ¿Se estaba concentrando? ¿Qué le pasaba?

Atsushi de verdad no entendía nada pero, cuando más minutos pasaron y el castaño siguió sin moverse, decidió que era momento de actuar, porque algo definitivamente estaba mal. 

—¿... Dazai? —preguntó un tanto nervioso, esperando que su voz no haya sonado tan baja y que el otro no le haya escuchado pero... 

El castaño se volteó algo aterrorizado hacia él, y Atsushi sintió pena cuando sus ojos se encontraron.

Dazai se veía cansado, lo que le sigue, parecía un muerto viviente; con las ojeras más grandes y visibles que había visto en toda su vida; los ojos rojos, casi como si este estuviera apunto de romper en llanto; los labios resecos, como si no hubiera comido o tomado nada apropiado las últimas doce horas; los cabellos revueltos y húmedos, como si hubiera tratado de darse un baño rápido antes de presentarse; la ropa desaliñada, arrugada, mal arreglada. 

—¿Atsushi... ?

El mencionado parpadeó varias veces sin creer en la imagen que tenía en frente. Sintió como si fuera la primera vez que lo vio, solo, sin nadie, con la mirada triste y perdida, solo que ahora era mucho peor. 

—¡¿E-estás bien?! ¡¿Quieres que llame a un doctor?! —reaccionó, preocupado y angustiado por quien fue su amigo hace muchos años. 

Dazai se le quedó viendo sorprendido por varios segundos... para luego desviar la mirada, dejar su brocha y pintura a un lado, y observarse las manos. 

¿Qué mierda estaba haciendo Atsushi acá? ¿Por qué tenía que encontrarse con él ahora, cuando se veía más patético que nunca? ¿Por qué le temblaban mucho las manos? Sentía que en cualquier momento se iba a desmayar... 

—¿Dazai? 

La voz del más joven le sacaron de sus pensamientos, su mirada alzándose hacia el lienzo en blanco que tenía en frente... Hoy no, hoy no podría pintar, eso lo tenía muy en claro. Se sentía bloqueado, incapaz de hacerlo. 

Se paró de su asiento, agarró la bolsa en donde trajo todos sus materiales y los guardó nuevamente. 

—¿Qué estás-

—Quiero comer algo... —anunció, volteando a ver al albino con una sonrisa triste —. ¿Me acompañas? 

Atsushi le observó por varios segundos con sorpresa, como si no terminara de procesar que, el hombre frente a él, de verdad era Dazai Osamu. 

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⏰ Última actualización: Dec 10, 2021 ⏰

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