...
...
...
Chuuya no había estudiado, ni mucho menos trató de leer unos minutos antes sus apuntes para así tal vez, refrescarse un poco la memoria. No. Se levantó tarde, estuvo de malas, Dazai le molestaba y eso no ayudaba.
Había días así, en las que se levantaba y no se aguantaba ni él mismo. Incluso sintió que en algún momento iba a soltarle un puñetazo al castaño.
Y así se sentó en aquella aula donde días atrás fue castigado, a presentar un examen de matemáticas.
Y no es que Chuuya fuera tonto, o mal estudiante, o lento. Simplemente no estaba en su mejor día y, el hecho de que su mente anduvo ocupada pensando en otras cosas y no en fracciones horas atrás, no ayudaba. Así que recorrió al último método que se le pudo ocurrir.
Pedirle ayuda a Dazai...
¡Pero el idiota no se la terminó dando!
Le importaba su calificación, sí, pero no iba a prometerle al castaño ser su perro toda la vida, aún no se sentía tan perdido como para aceptar algo tan atroz, espeluznante y terrible como eso. ¿Se lo imaginan? Al pobre Chuuya sirviéndole a Dazai, obedeciendo todas sus órdenes sin importar qué, lamiéndole los zapatos si este le decía que lo hiciera. No, su dignidad estaba primero.
Cuando envió el último papelito diciéndole a Dazai que se vaya a la mierda, no se sorprendió de no haber recibido otro. Porque bueno, no aceptó el trato de Dazai y no pensaba hacerlo. Así que se resignó a contestar lo que él creía que estaba correcto. Y de verdad estaba tratando de poner toda su atención a las últimas tres preguntas que le faltaban, pero se sentía... ¿Observado era la palabra?
Habían pasado unos cuantos minutos desde que le tiró el último papelito a Dazai, por lo que ya no estaban "hablando". Aún así, tenía que verificar.
Sintió un escalofrió por toda la espalda cuando vio al castaño dibujando algo en un papel arrancado de su libreta. Estaba a dos asientos a la izquierda de él, así que no podía ver del todo qué era lo que estaba dibujando... Pero parecía una caricatura. Sus ojos se desviaron con rapidez cuando Dazai hizo contacto visual con él.
Concéntrate. Aún tienes un examen en tu pupitre que debe ser resuelto.
Chuuya inhaló aire con tranquilidad, y lo dejó salir poco a poco para calmarse. Funcionó, pero aún se sentía observado. Sin embargo, decidió ignorar ese sentimiento molesto y trató de poner toda su atención al papel frente a él.
—Diez minutos, apúrense.
El repentino aviso de que el tiempo se le acababa solo le presionó más. Era imposible responder las preguntas con esa presión, mierda. Sintió como si sus ojos estuvieran viendo todo, menos las incógnitas de su examen, que su cerebro estaba recordando todo, menos cómo resolver esas fracciones, que sus manos podían escribir cualquier cosa, menos las respuestas que necesitaba.
—Estoy perdido... —susurró para si, dejando caer su frente sobre el pupitre, completamente derrotado.
No iba a poder hacerlo. Escribiría los primeros números que se le vinieran a la cabeza en los últimos segundos y lo entregaría. ¿Por qué hasta el final? ¿Por qué no entregarlo ahora? De todos modos, nada va a cambiar el hecho de que no sepas la respuesta, solo estás alargando el sufrimiento de no saber qué responder.
Resignado, sus piernas pusieron fuerza para levantarse pero...
Pero antes de que lo hubiera hecho, escuchó la silla de otra persona resonar por todo el aula y, cuando vio de quién se trataba, sintió una pequeña luz de esperanza.
![](https://img.wattpad.com/cover/263752553-288-k662805.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Colores Cálidos
Fiksi PenggemarDazai nunca pensó que el niño grosero que conoció en el orfanato, significaría tanto para él. Dos huérfanos que, conforme pasaba el tiempo, más problemas atraían a sus vidas. Ninguno de los personajes me pertenece. Créditos a Asagiri Kafka y equipo...