Muchas gracias por el 1K de leídas :,DDD<3
...
...
...
—¡E-Elise! —corrió tan rápido como pudo, ignorando la mirada extraña que le dio Mori cuando entró a la casa, dirigiéndose directamente a la habitación de la rubia.
Sentía como si el aire le faltara, pero no por una mala causa, al contrario, estaba extasiado, que podía correr un maratón en estos momentos y ganar.
Ni siquiera tocó ni avisó que iba a entrar, simplemente deslizó la puerta, sorprendiendo a la pobre niña que andaba tirada en la cama con dolor de panza. Sabía que no debía hacer eso, que debería esperar a que la otra le diera permiso, pero sentía que el corazón se le iba a salir si no se sacaba todas las preguntas que tenía en la cabeza.
—¿Qué pasa? —preguntó Elise, confundida, sentándose sobre el futón con expresión cansada y algo molesta.
—¿Quién es? ¿Lo conoces? ¿Ha estado en otras revistas?
Las preguntas salieron como bombas, sin pausas entre ellas, de una sola jalada de aire. Elise frunció el ceño, agarrando la revista que prácticamente le estaba poniendo en la cara su hermano mayor. Se sorprendía de verlo tan... animado, con energía, casi hasta juraba estaba feliz. En todo ese mes, ya se había acostumbrado a verle decaído, encerrado en su cuarto durmiendo, callado... Por lo que, que aparezca en su cuarto de la nada, gritándole y preguntándole un montón de incoherencia, era raro y confuso, pero bien recibido.
Alejó la revista, viendo qué o quién había causado tanto revuelo en el castaño.
—Eh... Osamu, en la portada dice su nombre —obvió Elise, leyendo el nombre en grande de "Nakahara Chuuya".
Elise vio que el chico era guapo, creo por él había pedido la revista en primer lugar, ni siquiera se acuerda. Tenía una cara muy fina, unos ojos hermosos y buen cuerpo. Sí, seguro por eso la pidió...
—Pero, ¿sabes algo de él? ¿De dónde apareció, cuándo, cómo? —más preguntas salieron de la boca del castaño.
La rubia alzó ambas cejas, demasiado sorprendida como para pensar en posibles respuestas para las tantas preguntas que le estaba haciendo el castaño y... casi pega un grito al recordar algo.
—¡Oh, por Dios! —sintió sus propias mejillas sonrojarse —. ¡Es el pelirrojo que tienes en las pinturas que guardas en tu armario!
Elise no podía equivocarse. Sabía que el chico se le hacía conocido, que lo había visto en algún otro lado además de las revistas de modas y, ahora que lo veía de cerca, observando ese cabello de un color tan único, los ojos más azules que jamás había visto y esa sonrisa, estaba casi segura que era idéntico al de las pinturas de su hermanastro, solo que en ellas, el pelirrojo se veía más... chico, joven.
Fue el turno de Dazai de sonrojarse, procesando las palabras una por una...
—Espera... ¡¿Has estado metiéndote en mi armario?!
—¡Estaba buscando dinero!
Hubo un silencio... Ambos demasiado confundidos y sorprendidos, tratando de procesar en su cabeza la extraña situación. Por un lado, Dazai no podía creérselo; nunca pensó encontrar a Chuuya de esta manera, joder, sus esperanzas de siquiera volver a verlo eran nulas pero...
Por el otro... Oh Elise...
Elise iba a sacar todo el jugo de este secretito que se tenía bien guardado el castaño.
ESTÁS LEYENDO
Colores Cálidos
Fiksi PenggemarDazai nunca pensó que el niño grosero que conoció en el orfanato, significaría tanto para él. Dos huérfanos que, conforme pasaba el tiempo, más problemas atraían a sus vidas. Ninguno de los personajes me pertenece. Créditos a Asagiri Kafka y equipo...