Atención. Silencio. Grabando. Verlo salir de la oscuridad como un barco fantasma, aún me hace estremecer. Ver las tristes ruinas de un gran barco que yacen aquí. Donde terminó a las 2:30 de la mañana del 15 de abril de 1912, tras su larga caída desd...
No había tiempo de sentir la brisa helada, de descansar los pies o de alguna otra acción que no implicara buscar soluciones.
— Ya no hay botes. — Jimin de verdad esperaba que fuera imaginación suya. — ¿Señor hay botes de su lado?
— No joven, pero de este si hay, en el fondo quedan algunos. — Dicho con total calma. — Yo lo puedo — Se quedó con las palabras en la boca, todos salieron corriendo en la dirección señalada hasta poder encontrar un bote.
— Música para ahogarte, — Para Zico valía la pena hacer ese tipo de comentarios. — Ahora si estamos en primera clase.
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— Tenemos un arreglo señor Murdock. — Un fajo de billetes cayó de casualidad en el bolsillo del señor Murdock, la señorita Kim se veía confiada y el hombre se veía confundido ¿Qué haría al final?
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A YoonGi solo le importaba ver a Jimin subir al bote, era su única prioridad. El detalle era que si YoonGi no entraba, Jimin tampoco, ambos eran hombres y aún no dejaban que los hombres estuvieran a bordo. Mandó a Zico a revisar y en otros botes permitían el acceso a hombres y solo le quedó recobrar su fe en Dios y rezar.
— Lo encontré del otro lado señorita, está esperando a tomar un bote... Con el muchacho. — Momento de tomar una decisión de vital importancia. Quedarse y buscar a Jimin o subir al bote junto con KyungSoo.
— Demonios. — De verdad que estaba loca. Baekhyun dio la orden de abordar hombres justo en el momento en el que ella se fue al otro lado en busca de Jimin.
— Rayos. — De igual forma la seguiría. Dejaron el bote atrás y Baekhyun se montó en el bote, él no hizo ningún trato con Murdock, él no fue tan inteligente, Murdock no era tan malo.
— ¡Bajen el bote! — Una parte de su mente pudo liberarse de solo escuchar esas palabras.
Lamentablemente Zico nunca vio ese bote.
— No nos dejaran subir. — Sus esperanzas se hacían menos.
— Hey, es probable que a ti si te dejen. — Dijo a modo de consuelo pero a Jimin no pareció hacerle ninguna gracia.
— Si tu no subes yo tampoco Min.
— Si tienes la oportunidad de subir lo vas a hacer Jimin.
— No Min.
— Vamos Jimin, solo debes subir.
— No Min.
— Solo debes de subir al bote Jimin. — Ambos miraron a la voz ajena que se metió en su discusión. — Dios mira como estás, te ves mal.
— Gracias. — Dahyun omitió esas palabras y le entregó uno de sus abrigos. — Póntelo.
— Anda, yo iré en el que sigue.
— No, ni siquiera es seguro que me dejen subir. — A Dahyun le dio asco esa escena llena de amor, necesidad y sobre todo terquedad.
— Hice un arreglo con el guardia del otro lado, YoonGi y yo estaremos a salvo, anda.
— ¿Entonces por qué no voy con ustedes? — Ya no sabían cómo convencer a Jimin. YoonGi sabía que las palabras de Dahyun eran mentira y Dahyun solo quería quedar bien ante su posesión.
— Lo engañaste. — Todo pasó tan rápido.
— Tu igual. — Nadie se dio cuenta del guardia que lo cargó hasta el bote y lo sentó. — Imagino que no hay arreglo. — Intentaba sonreír ante los ojos que aún lo veían en completo shock.
— Si lo hay, tu no saldrás muy beneficiado pero si lo hay.
— ¿Por qué no subiste al barco con Jimin? Digo, eres mujer.
— Debo vigilar a quienes me vigilan YoonGi.
No podría hacerlo sin él.
— ¡No! — Jimin se levantó e intentó saltar del bote... No intentó, logró saltar del bote. — ¿Qué estás haciendo? — Con ayuda se levantó un piso más abajo de la proa y comenzó a correr. — ¡No! — Y YoonGi solo pudo hacer lo mismo hasta encontrarlo de nuevo. — ¡Jimin! — Intentó no empujar a nadie, intentó no olvidar el camino, intentó pero no lo logró. — Por Dios. — Se abrazaron como si la vida se les fuera en ello. — Fue muy estúpido — Beso. — ¿Por qué lo hiciste eh? — Beso. — Fue muy estúpido Jimin. — Beso. — ¿Por qué?
— Tu saltas, yo salto ¿Cierto? — YoonGi dejó de revisar a Jimin en busca de heridas y no pudo evitar sonreír por lo dicho.
— Cierto. — Volvieron a abrazarse y a mecerse.
— No podía irme, no podía. — Jimin era sincero.
— Está bien, ya pensaremos en algo Jimin.
— Al fin estoy contigo. — No quiso pero se había puesto a llorar.
— Ya pensaremos en algo. — Ahora lo más importante era calmar al menor. Dicen que vale ver para creer y Dahyun aún no creía por mucho que veía. Su valet tuvo que tomarla del hombro para que dejara de ver tan melosa escena, ella ya había perdido la cabeza. Tomó la pistola de KyungSoo y se asomó antes de lanzar el primer tiro. — ¡Vámonos! — Lograron esquivarlo y esto apenas comenzaba. Tiros al azar que cayeron en las piezas de madera y en el agua dentro del barco. Lo importante era huir así que no lo pensaron dos veces cuando saltaron al agua, aún así, los tiros continuaron hasta que las balas se acabaran y fue ahí cuando Dahyun se dio cuenta del agua que le llegaba por encima de la cintura y solo pudo gritar: — ¡Espero que lo pasen muy bien juntos!
— ¿Qué puede ser tan gracioso? — KyungSoo veía a la muerte tocar a su puerta y que la señorita que le tocó cuidar comenzara a reía no mejoraba su situación.
— Dejé el anillo en el abrigo. — Silencio, uno muy tenso y corto. — ¡Y le puse el abrigo a él!