𝘿𝙄𝙀𝘾𝙄𝙉𝙐𝙀𝙑𝙀 𝙋𝙏. 1

165 28 0
                                    

— ¿Señor?

— Así es, CQD, la llamada de auxilio. — Le entregó el papel. — Esta es nuestra posición. — Se quitó su gorra, creyendo que así su cuerpo no cedería. Debía de actuar como todo un hombre y no lo estaba siendo. — A quien responda dile que nos hundimos y que necesitamos ayuda inmediata. — Devolvió la gorra a su lugar al sentir sus ojos arder por el llanto que intentaría mantener bajo control. Y se fue.

— Diablos. — ".- --.- ..- # / - .. - .- -. .. -.-. --..-- / -. --- ... / . ... - .- -- --- ... / .... ..- -. -.. .. . -. -.. --- --..-- / .-. . --.- ..- . .-. .. -- --- ... / .- -.-- ..- -.. .- / .. -. -- . -.. .. .- - .- --..-- / ..- -... .. -.-. .- -.-. .. ---. -. / -.-. --. -.." (Aquí Titanic, nos estamos hundiendo, requerimos ayuda inmediata, ubicación CQD)

Todos los marinos que estaban disponibles respondían a las instrucciones en forma de gritos del alto mando. Soltaban cuerdas. Ajustaban poleas. Descubrían los botes. Corrían de un lado a otro con salvavidas para la primera clase. Uno de los marineros de mayor importancia fue interrumpido por Chanyeol.

— Señor Wild ¿y los pasajeros?

— Todos están adentro, hay mucho frío y ruido para ellos. — El bote iba a hundirse en una hora y ¿la primera clase estaba tomando el té? Era como si nada estuviera pasando. Bebían, fumaban, comían y murmuraban como solían hacer siempre. Entendía las razones por las que mucha información fuese omitida para evitar el pánico. Lo entendía y aún así quería gritarles a todos que se movieran, solo que no serviría de nada.

No todos estaban tan calmados. Un pelinegro estaba curioso de por qué le hicieron usar su abrigo más grande y felpudo. Tenían un mal presentimiento y que nadie le respondiera le ponía de mal humor: — Nadie sabe qué diablos está pasando aquí. — Llegó a esa conclusión luego de la quinta persona que huyó de él para no dar información.

— Son los... ingleses que se guían por el reglamento.

— No necesita hablar así señorita Park. — A veces le parecía divertido como su nuera perdía la paciencia en muchas situaciones olvidando por completo que era alguien que se debía de comportar. — Vaya a encender la estufa a la habitación, quiero una taza de té cuando regrese. — Ambas mucamas se fueron en silencio agradeciendo un poco que por órdenes del capitán ellas no podían retirarse del lobby.

— Señor Park. — Jimin detuvo al único que se veía tan temeroso como él. Tomó a Chanyeol de los hombros e intentó leer su mirada. — Yo vi el iceberg y lo veo en sus ojos, por favor, dígame la verdad. — Ya no podía mantenerse callado, Jimin era una muy buena persona y se sentiría peor si le ocultaba algo tan importante al joven.

— El barco se hundirá. — Esperaba sentir una carga menos, al contrario de como lo esperó, se sintió más pesado.

— ¿Seguro?

— Sí. En una hora más o menos. — Echó un vistazo a todo el lobby. — Esto se irá al fondo del atlántico. — A los que no sabían nada, cada lámpara encendida, la madera que parecía recién barnizada, la mirada de Dahyun que se había acercado por su desconfianza a la cercanía de Jimin con cualquier hombre, terminando con ver como los ojos de Jimin se abrían a más no poder y llevaba una mano a su boca como si eso pudiera evitar que todo el aire se le escapara. — Por favor, que no lo sepan todos, no quiero que se desate el pánico y vaya a un bote pronto, no lo dude. No olvide lo que le dije sobre los botes.

— Si, entiendo. — Sabía que hacer, al menos creía saberlo.

— Señor lo necesitan en segunda clase, hay un tumulto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Señor lo necesitan en segunda clase, hay un tumulto. — El general encargado de esposar a YoonGi fue interrumpido por un marinero.

— Yo lo vigilaré. — El general se iba, no quiso preguntar por qué aquel hombre sacaba una pistola de su chaleco con total normalidad y esperaba, a pesar de la situación, que este tuviera licencia para portarla. KyungSoo solo se sentó y observó a YoonGi como si fuera su presa. No daba mucho miedo, tenía una mirada feroz pero no intimidante. Ni siquiera la reluciente pistola lo ponía nervioso. Quería escapar para encontrar a Jimin y evitar morir en el intento. Eso era lo único en lo que pensaba.

— ¡Señor! El Garpatia viene a diecisiete nudos, a todo vapor para ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Señor! El Garpatia viene a diecisiete nudos, a todo vapor para ellos.

— ¿Es el único que respondió? — Algo es algo. Así tantas vidas no serían sacrificadas.

— El único cerca señor, dijeron que estarán aquí en cuatro horas. — ¿¡Cuatro horas!?

— Cuatro horas... — Todo estaba perdido. Solo pudo sonreír y agradecer a su empleado. — Gracias Bart... Por Dios. — Ya nada se escuchaba, todo dejó de verse nítido y un insistente pitido comenzó a sonar en su oreja. Para el resto él sabía a donde ir cuando en realidad el capitán de la nave estaba siendo víctima del pánico y caminaba sin rumbo alguno.

Ayer empecé clases así que puede que esté algo MUY inactiva con respecto a las actualizaciones del Titanic pero haré lo posible para volver cada tanto

𝑻𝑰𝑻𝑨𝑵𝑰𝑪 | 𝒀𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora