𝙁𝙄𝙉𝘼𝙇

290 39 18
                                    

— Después de eso Vante le dio un puesto de trabajo a YoonGi y con el pasar de los años nos compramos esta casa alejados de la ciudad. — Con eso quiso dar por concluida su historia, ya no había nada más que contar para él, tuvo su final feliz y vivió su vida junto a la persona que amaba.

— ¿Y papá? — Si bien podía recordar, en su salón le habían dicho que las parejas iguales no podían tener hijos y sus abuelos eran muy parecidos.

— Lo encontramos abandonado en una caja durante un paseo nocturno por un campo de sembríos. — Un día muy feliz para ambos. Todavía recordaba la manera en la que YoonGi buscaba calmarlo a él y al bebé ya que Jimin se había puesto a llorar del enojo con los antiguos padres del pequeño en sus brazos y el bebé estaba en el mismo estado, solo que lo suyo se arregló con un poco de comida, de solo pensar en los problemas en los que se metió con la familia biológica de su YeonJun que solo apareció cuando se enteraron de que estaba en manos de una pareja con dinero. Todo terminó bien y a su favor, pudieron llamarlo su hijo de forma legal luego de miles de complicaciones y de discusiones del mismo Jeon Jungkook con la corte y con los irresponsables que se hacían llamar sus padres.

— Creo en el amor. — Dijo Sun Woo.

— ¿Antes no creías? — Sabía que era una broma, su nieto siempre decía lo primero que le viniera a la mente pero era gracioso.

— Creo en el amor. — No decía nada más. Jimin también creía en el amor.

YoonGi me salvó en todas las formas en las que se puede salvar a alguien, le estaré agradecido por siempre.

— Y lo volvería a hacer. — Sonrió en grande cuando escuchó esa voz. Min YoonGi, aún había vestigios de rubio en su melena y estaba un poco más arrugado que hace ochenta y cuatro años pero seguía lleno de energía y sobre todo amor. — No les estás contando nuestra historia ¿Verdad? — Y ocurrencias. Se les acercó desde la entrada y se sentó al lado de su esposo.

— ¿Problema? — Jimin estaba serio, sus labios formaban una línea recta y veía a YoonGi con ojos entrecerrados. Todo era una fachada, le gustaba jugar con su esposo.

— Si tienen pesadillas yo no voy a responder por ello. — Su hijo podía ser muy insoportable cuando quería.

— ¿Por qué tendrían pesadillas? Todo fue muy informativo para los dos. — La historia no era de color rosa pero sus nietos eran peculiares, no tendrían pesadillas mientras el final fuera feliz, lo comprobó con historias más lúgubres.

— Por nada cielo. — Besó la coronilla de Jimin, se acomodó en su sitio y se inclinó para ser escuchado por sus nietos. — Aprovecho y diré que fue su padre quien me conquistó, yo no hice nada, él me enamoró. — Jimin rió en seco.

— Enamórate del sofá en el que dormirás hoy Min. — Solo era un chiste típico de Jimin para mantener la reputación con su descendencia.

— No le hagan caso a su abuelo, — Le restó importancia a su comentario. — Yo suelo contar mejor la historia. Miren, resulta que yo estaba en el mejor juego de cartas que tuve en toda mi juventud y... — YoonGi tenía razón, la historia era mejor cuando él la contaba, la forma en la que se inspiraba y no se detenía hasta que toda la historia fuese contada, cada chiste que hacía que no le permitía recordar esa experiencia como algo malo y el como siempre terminaba divagando de a ratos y se desviaba en la historia de cómo fue que terminó en el hospital, de lo difícil que fue encontrar a Jimin por el cambio de apellido y de lo famoso que fue en ese lugar por ser el hombre más carismático de su habitación. Cuando llegaba a la parte en la que encontraban a YeonJun siempre decía que estaba tan sucio que pensó que era un perro lampiño - El perro más hermoso que había visto claro está. -, luego hablaba sobre su día más feliz hasta ahora: Su boda; Si no eras millonario era muy complicado consumar el matrimonio entre personas del mismo género, su ayuda monetaria fue Vante, que apenas le comentó que se querían casar salió corriendo en busca de su esposo para ordenarle - Rogarle - que los Min tuvieran la boda de sus sueños. Y su historia nunca acababa, siempre tenía algo que agregar a la misma anécdota de su hijo montando bicicleta por primera vez o la primera vez que Jimin tuvo que cocinar toda una cena, muchas cosas en realidad.

En verdad fue y sigue siendo una gran vida la que les tocó tener, no pediría nada distinto, ni un solo cambio. Cada recuerdo, cada llanto, cada susto, cada risa que había sentido eran atesorados en su memoria y en la de su esposo.

— Entonces salí corriendo hacia el Titanic sin saber que conocería al mejor hombre que este mundo pudo haber creado después de mi ¿saben? Y luego...

Fue así como dos jovencitos aprendieron que en una historia llena de desgracia existió una vez un Park Jimin lleno de dolor y un Min YoonGi que desbordante de brillo que se enamoraron en menos de lo esperado y que lucharon juntos por un futuro brillante en el que no deberían separarse. Un futuro que llegó y que estaba siendo vivido justo ahora.


Por fin tuvieron su final feliz.


Siento que el final es medio soso pero ya la historia de estos dos llego a su fin, aún no sé si hacer algún extra o algo por el estilo pero por fin le hemos dado un final a esta historia tan linda.

𝑻𝑰𝑻𝑨𝑵𝑰𝑪 | 𝒀𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora