𝙑𝙀𝙄𝙉𝙏𝙄𝙊𝘾𝙃𝙊

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>> Mil quinientas personas murieron cuando el Titanic naufragó, alrededor había veinte botes y solo uno volvió, uno, salvaron a siete del agua yo incluido, siete de mil quinientos. Después de eso las setecientas personas en los botes sólo tuvieron que esperar para vivir, para morir y por una solución que jamás llegaría. <<

La ayuda no llegó sino hasta que el sol comenzó a salir. Jimin no se levantó ni con los gritos del hombre a su lado, ni la luz verde de la bengala logró que sus ojos se abrieran. El marinero que quiso tirar a YoonGi en un principio pensó que Jimin había pasado a mejor vida pero fue justo ahí que abrió los ojos y pudo leer con claridad el nombre del barco: "Carpathia"

 El marinero que quiso tirar a YoonGi en un principio pensó que Jimin había pasado a mejor vida pero fue justo ahí que abrió los ojos y pudo leer con claridad el nombre del barco:  "Carpathia"

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Luego de subir al barco le dieron una sábana y se llevaron a YoonGi para darle atención médica, después de eso se sentó en la primera banca que encontró y ahí se quedó. La mejor manera de describir el estado de Jimin era: Perdido, deprimido, no vacío pero lo más cercano a esa sensación de que algo falta; Ya no tenía a nadie, YoonGi tenía un pie más en la muerte que en la vida y él no volvería a restaurar el contacto con su familia, todos eran unas basuras y si bien le dolerá no volver a ver a su madre, no volvería.

¿Qué hacer? Una buena pregunta pero ya no tenía respuesta, ni nadie que la respondiera por él.

— Señorita no creo que encuentre a alguien ahí, es la tercera clase. — No había razones para voltear, igual lo hizo y la vio. Dahyun había bajado a la tercera clase solo para buscar, para confirmar si alguno de los dos había logrado sobrevivir. La razón por la que estaba ahí no era reclamar el anillo que había dejado por error en manos de Jimin, en absoluto no, ni mucho menos arrastrarlo con él y su madre y obligarlo a casarse con ella, obviamente. Nunca lo llegó a ver, Jimin sí lo hizo solo que se quedó quieto, solo confió en que su sábana funcionaría a forma de capa invisible, solo se encogió en su sitio a la espera de que nunca lo viera. No es que tuviera miedo, ahora mismo no tenía problema con enfrentar a Dahyun y huir cuando el barco llegara a tierra, estaba cansado eso sí, cansado de correr por su libertad, por sus sueños, por su vida misma. No recorrió mucho gracias al cielo, Dahyun regresó a la primera clase para nunca volver a aparecer.

>> Esa fue la última vez que la vi. Se casó por supuesto y heredó sus millones pero la crisis del 29 lo dejó en la ruina y se puso una pistola en la boca ese año o eso leí. <<

Ya podía ver la estatua de la libertad. El cielo lloraba con él, sus lágrimas caían una tras otra, no sollozos, no hipidos, no sonidos, solo lagrimas.

— ¿Puede darme su nombre por favor? — Un hombre con paraguas y una lista en mano se le acercó, por lo visto estaba anotando el nombre de todos los sobrevivientes de la tercera clase.

— Min, Min Jimin. — Ya no necesitaría a la familia Park, no tenía que llevar ese apellido.

— Gracias. — Se fue y dejó a Jimin en lo suyo, él continuó soltando todo lo que sentía con cada gota que se deslizaba por su rostro, si no hubiera sido por el ligero ardor en sus ojos él pensaría que era solo la lluvia.

𝑻𝑰𝑻𝑨𝑵𝑰𝑪 | 𝒀𝑴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora