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Al final el secretario ese me puso tan tenso y me dejó con tantas dudas que terminé esperando el final de su reunión con padre frente a la puerta del despacho.

En cuanto salieron tanto el ministro real de magia como él se me quedaron mirando algo traspuestos.

–Quiero hablar contigo –Salté directamente dando un paso al frente más que decidido.

El ministro rápidamente clavó la mirada en él sin entender nada.

–Es una orden? –Preguntó agarrando lo mejor que podía los pergaminos grandes que llevaba.

–No –Respondí dudando al no esperar esa contestación.

–Entonces debo cumplir primero con mi trabajo, nos podemos ver una vez termine –Concluyó comenzando a caminar de nuevo.

Y con él el ministro.

Que!?

–No! –Negué en alto consiguiendo detenerlo de nuevo–. Quiero hablar ahora.

–Mi señor, si no es un caso de vida o muerte ahora mismo viene mal una rabieta infantil, es un caso urgente –Suspiró el mago volviendo a caminar otra vez.

Rabieta infantil?

Escuchar eso por un segundo me puso en mi lugar.

Es verdad, era el secretario del ministro real de magia... él debía trabajar y responder a mis preguntas era algo completamente secundario si interfería con su trabajo.

Mierda... ya casi parecía madre...

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Se habían visto dragones de tierras muy lejanas en nuestra nación, así que debíamos empezar a preocuparnos, sobre todo con el tema de la guerra.

Tuvimos varias reuniones con el departamento militar y de aventura por varios días, así que mi tiempo quedó muy limitado.

Casi no pude ni saludar como es debido a los padres de Caillech, menos aún atender al 2º príncipe.

Con los últimos papeles entregados al fin volvíamos a tener un poco de tiempo libre, más que nada por que un par de magos y aventureros iban a investigar escoltados por unos pocos militares las zonas donde habían ocurrido esos avistamientos, Caillech tendría que hacer alguno de sus experimentos y cuando volvieran de la expedición y Caillech nos diera algo con lo que trabajar sería cuando volveríamos a estar ocupados de verdad.

Una vez terminé de hablar con los padres de Caillech fue cuando pude ponerme a buscar al príncipe.

Y ahora de repente no estaba por ningún lado.

Genial...

Aunque pregunté a varios sirvientes no sirvió de nada, nadie lo había visto y en su habitación no estaba, menos aún había ido a cenar con el resto de la familia real.

Nadie lo veía desde la hora de la comida pero todos aseguraban que no había salido de palacio.

Terminé teniendo que usar mi magia para trazar una línea temporal mental de por donde había ido.

La habitación del primer príncipe heredero...

Normal que nadie supiera donde estaba, esa habitación había permanecido completamente cerrada desde que se fue el príncipe.

–Te encontré –Saludé nada más entre en la habitación.

Pero, mi sorpresa, fue encontrarme con que el príncipe Tahiel estaba dormido en el suelo frente a la gran ventana que daba al balcón.

Monarca (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora