IV

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Comenzaban los eventos del solsticio de invierno.

Y con ello todo lo que me aterraba.

–Ha... adelgazado –Comentó Keu esta vez sin quejarse por absolutamente nada relacionado con mi cuerpo.

Si, lo había notado... por el estrés y el trabajo la comida ahora mismo era algo secundario para mi.

–Ah si? –Mentí mostrando ingenuidad viendo en el espejo como me quedaba el traje que debía llevar mañana–. Bueno, eso es ahora, en cuanto lleguen los banquetes volveré a mi peso de siempre, tal vez hasta engorde.

Un mullido traje de invierno listo para protegerme del frío y la nieve de mañana.

Keu siempre conseguía que todo pareciera perfecto, si sonreía y me estaba muy quieto esta vez no tendrían nada de lo que quejarse la prensa.

Solo debía ser un bonito florero, solo por el día de mañana.

–Hay algo de lo que quiera hablar señor? –Preguntó Keu con tensión.

No era nada que él pudiera solucionar, así que, para que?

Comencé a toser callando mi respuesta y necesitando un vaso de agua.

Llevaba unos días con una tos extraña que me hacía algo difícil respirar.

Seguramente estaba incubando algo.

Una vez me encontré mejor calmé a Keu y me volví a poner mi uniforme de mago para seguir con mi trabajo.

Krestel estaba en mi departamento hablando con Rumi.

–Cariño! Fuiste ya a la enfermería? –Preguntó algo preocupado después de darme un beso en la frente.

No le había podido ocultar mucho tiempo lo de la tos.

–Si, dicen que es algo sin importancia, un catarro –Lo calmé sonriendo por la calidez de su cariño.

Por muy cansado que estuviera su presencia siempre me hacía sentir mejor.

Aunque realmente la respuesta de la médica fue muy diferente.

Me hicieron algunas pruebas y me quitaron sangre, esperaban tener resultados en unos días.

Pero no debía preocuparlo, no ahora.

Krestel ya me protegía bastante de la prensa, no podía mostrarle que ya lo sabía todo.

Con su presencia a mi lado la mayoría de la tarde traté de mostrarme lo mejor posible, aunque no podía tapar la tos todo lo demás debía ser un secreto.

Krestel no debía preocuparse por mi ni debía faltar a los eventos públicos... no ahora que la familia real se mostraba tan débil por la ausencia de la reina.

Aunque Pure había mostrado en varias ocasiones lo contento que estaba con como se dirigían actualmente las cosas eso no callaba los comentarios de la calle.

Al menos nada había salpicado a mis padres... incluso mi padre se animó a aprender a leer y a escribir.

Debía mantener a todo el mundo al margen de todo esto.

La noche pasó trabajando en silencio al lado de Krestel para que él no se diera cuenta de mi falta de sueño, y la mañana otra vez se me hizo pesada.

Cada día ponerse en pie era más y más pesado.

–Venga! No es tan difícil mantenerse recto! –Me gritó Calista con una vara en la mano dándome sin hacer fuerza en cada sitio que me veía flaquear mientras caminaba con un pesado libro en la cabeza.

Monarca (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora