CAPÍTULO 10

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Narra ____.

La cena estaba a punto de terminar y yo me concentraba en mantenerme distraída del tema principal de la noche. Madre llegaría de un momento a otro e iba a ser muy complicado que los Madrigal la convencieran de que no debía volver a encerrarme. Seguía nevando fuera y en este punto yo ya no sabía si era mejor idea mantenerme encerrada o seguir experimentando los sentimientos que me provocaba cada situación, cada lugar y cada miembro de esta maravillosa familia que me había abierto las puertas de su casa y me habían tratado con tanta amabilidad y cariño. 

Realmente era extraño, me sentía feliz y nerviosa a la vez. Cada uno provocaba en mi sensaciones diferente y eso que solamente los conocía desde hace un par de días. 

Pepa fue la primera persona que me dio un abrazo así en la vida, sin temerme, cuidándome.

 Félix era muy divertido y se sentía a kilómetros el amor que sentía hacia su mujer. 

No pude evitar suspirar, alguna parte de mí se preguntaba si yo llegaría a sentir algo así por alguien, si yo podría tener mi propia historia de amor sacada de un mismo cuento de hadas. 

En mi cabeza se formó la imagen de Camilo y no pude evitar pensar en la de sentimientos que él provocaba en mí. Cuando estaba junto a él me sentía feliz, es divertido y siempre trata de hacer reír a los demás, aunque en el fondo lo que más destaca es lo que se preocupa por que todos estén bien. También había momentos en los que había dejado salir un lado más coqueto conmigo. 

Sabía que había algo que me hacía sentir nerviosa cuando estaba cerca de él pero no llegaba a comprender lo que.

La voz del joven me sacó de mis pensamientos y fue entonces cuando me di cuenta de que todos en la mesa me miraban con preocupación.

-Camilo- ¿Te encuentras bien? Llevas unos minutos mirando a la nada.

-____- Oh si, perfectamente. ¿Necesitas algo?

-Camilo- Eh si, en cuanto a eso...

El joven de rizos se sonrojó un poco y desvió la mirada, mientras me hablaba. Yo me limité a beber un poco, mientras que esperaba a que terminase de hablar.

-Camilo- Si te quedas esta noche tendrías que dormir conmigo.

Mis ojos se abrieron como platos y mi cara debía de parecer un tomate. Casi me atraganto al escucharle y tragué como pude para hablar nerviosa.

-____- ¿Contigo?

-Camilo- Si, bueno, no conmigo, conmigo. O sea, si en mi cuarto, pero no conmigo. Es decir yo también estaré pero prometo no molestar.

Yo me quedé mirando hacia él sin llegar a procesar la información que el chico quería transmitirme. Él concentró la mirada en su plato de comida y fue entonces cuando Félix entró al rescate.

-Félix- Lo que mi querido hijo intenta decir es que casita ya ha preparado una cama para ti en el cuarto de Camilo y se niega a colocarla en otro lugar, la otra opción sería el sofá pero no sería muy cortés de nuestra parte cuando hay una cama libre.

-Antonio- En la habitación de Camilo hay una litera. Yo dormía a veces allí, antes de tener mi habitación.

-Abuela- Casita colocó unas sábanas limpias, pero si te incomoda no pasa nada.

-____- Oh no, así está bien.

Me dirigí a Camilo que me miraba de reojo.

-____- Si tu no tienes problema con tener una intrusa en tu habitación yo tampoco.

-Camilo- Para nada. Mi cuarto es tu cuarto.

Desvié la mirada hacia abajo al darme cuenta de un pequeño detalle.

-____- Solo que... deberías colocar alguna manta extra en tu cama. Cuando estoy dormida no me doy cuenta de lo que pasa a mi al rededor y si tengo algún mal sueño, no estoy cómoda o no me siento segura puede bajar la temperatura. No quisiera que te resfriaras por mi culpa.

-Abuela- No te preocupes querida. Hay mantas de sobra.

-Isabela- Te buscaremos un pijama.

La muchacha abrió los ojos como si acabase de recordar algo para después reír antes de completar su frase.

-Isabela- Aunque imagino que tendremos que buscar otro para Camilo.

Todos rieron menos el nombrado que pareció cohibirse por el comentario de su prima.

-Luisa- Ya te dije que dormir en ropa interior daba muchos problemas.

Camilo abrió la boca para decir algo pero volvió a cerrarla avergonzado. Yo sentí como mis mejillas enrojecían un poco.

-Félix- No lo culpéis, es como más cómodo se duerme.

-Antonio- ¿Qué tiene de malo la ropa interior de camaleones de Camilo? Yo creo que es bonita.

-Camilo- Bueno ya vale de hablar de mi ropa interior.

Todos en la mesa rieron con la excepción de Camilo que no se si estaba más molesto o avergonzado. ¿Toda su ropa llevaba camaleones? Que tierno. Busqué el dibujo de un pequeño camaleón que recordaba haber visto antes en su ruana para darme cuenta de que no la llevaba puesta. La tenía yo, que tonta se me había olvidado por completo.

Terminamos de cenar y estábamos terminando de recoger la mesa cuando la puerta sonó. Miramos a Dolores esperando una confirmación y ella asintió con la cabeza, dándonos a entender que se trataba de mi madre.

La abuela se acercó a la puerta para después abrir y encontrarse con mi madre con un rostro que parecía cargado de preocupación.

-Rosa- Señora Madrigal, ¿está aquí mi hija ____? Me dijo que la habían invitado a comer y no la he visto desde entonces.

-Abuela- Querida Rosa, puedes dejar de fingir. ____ está aquí pero sé que pretendes volver a encerrarla por no haber podido controlar del todo su don.

La expresión de mi madre cambió completamente a una enfadada al igual que su tono de voz.

-Rosa- ¿Del todo? Todavía sigue nevando Alma. No sé cual fue la situación pero podría haber matado directamente a cualquiera que estuviera demasiado cerca. Convertido en una estatua de hielo en segundos.

-Abuela- Todos los dones pueden llegar a ser peligrosos si no los aceptamos y aprendemos a convivir con ellos. Pepa se ha ofrecido a enseñar a tu hija a controlar sus emociones y su don puede evitar cualquier problema que ocasione tu hija.

-Rosa- Es un peligro, pero si lo que pretendes es hacer un trato te escucho.

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Hasta aquí, espero que os guste.
Quería comentarles que me ha surgido un problema de salud y estoy yendo a hacerme diversas pruebas médicas lo que me quita mucho tiempo, haré lo posible por que tengan al menos un capítulo al día pero no puedo prometer nada.
Lo lamento mucho.


Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora