CAPÍTULO 21

20.7K 1.8K 1.9K
                                    

Narra Camilo.

Estaba profundamente  dormido cuando sentí un empujón y luego un fuerte golpe. Me desperté asustado en el suelo de la habitación y vi en la penumbra como ____ se asomaba desde la litera de arriba a ver que sucedía.

-____- ¿Estás bien?

 Me senté en el suelo frotándome la cabeza enfadado.

-Camilo- ¡Me ha tirado!

-____- No grites, vas a despertarlo.

-Camilo- Voy a tener que despertarlo de todas formas está ocupando absolutamente toda mi cama.

-____- No puedes despertarlo.

-Camilo- Me acaba de tirar de la cama.

-____- Es pequeño, además, está dormido.

-Camilo- ¿Y que hago? ¿duermo en el suelo?

Me miró dudando para luego desviar la mirada.

-____- Si no te incomoda el frío puedes subir, o intentaré yo dormir con él sin molestarlo.

La miré sorprendido, ¿realmente me acababa de proponer dormir juntos?

-Camilo- No, no me molesta. Pero no quiero incomodarte.

-____- Está bien, puedes venir.

Me puse de pie y subí las escaleras de la litera sin hacer ruido.

-____- Puedes ponerte en el lado de la pared, así no te vuelves a caer.

Rio un poco y tanto su nerviosismo como el mío desaparecieron rápidamente.

-Camilo- Ja    ja    ja. Muy graciosa... Hazme sitio anda.

Se acercó al borde de la cama y yo me tumbé pegando mi espalda contra la pared, ella estaba tumbada a mi lado mirándome sonriente.

-____- Voy a tener que darte la espalda, duermo mirando hacia el otro lado.

-Camilo- Tranquila copito de nieve.

-____- Oh vamos.

Le sonreí pícaro y ella me dio la espalda, me acomodé en la cama acercándome un poco más a ella. Su voz sonaba tímida cuando volvió a hablar.

-____- ¿Te importaría abrazarme? Solo tengo curiosidad por saber si Antonio tiene razón con lo de que eres una estufita.

Me sorprendió un poco su petición así que tardé unos segundos en reaccionar. Era tan tierna...

-Camilo- Encantado.

Coloqué uno de mis brazos sobre su cintura, ella se acurrucó contra mí y colocó su mano sobre la mía. Podía oler de nuevo el olor a moras en su cabello, simplemente era maravilloso. Sentía su cuerpo subir y bajar lentamente al ritmo de su respiración. Era perfecto. No tardaría en acostumbrarme a dormir así todas las noches. Ni siquiera me importaba la baja temperatura de su piel, de hecho se me hacía agradable sentirla contra mí.

No tardé en quedarme dormido, mereció la pena caerme de la cama en mitad de la noche por culpa de Antonio.

Desperté en la mañana con la extraña sensación de cuando no sabes si algo ha pasado de verdad o no, pensé que volvería a despertar solo en mi habitación como la mañana anterior. Fue entonces cuando sentí un peso sobre mi pecho. ____ estaba profundamente dormida sobre mí, su cabeza y una de sus manos reposaban en mi pecho mientras que yo la abrazaba como podía. 

Debía levantarme pero me negaba rotundamente a despertarla, quería aprovechar cada segundo que pudiera tenerla acurrucada sobre mí. Me di cuenta de que no estaba del todo fría, su piel estaba templada. Sonreí para mi mismo cuando me mantuve observando cada detalle de ella. La abracé más fuerte pegando nuestros cuerpos aún más, la acurruqué aún más contra mí para volver a dormirme.

Un corazón helado. Camilo Madrigal y tu (Encanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora