23 de Mayo
Habían pasado once años exactos desde que la pequeña Elizabeth Diana había respirado por primera vez. Y como cada 23 de Mayo, Petunia salía desde el amanecer hasta el anochecer con su hija, su princesa y sus risitas de orgullo.
El 23 de Mayo, sin importar el día que fuera, era un día dedicado a compartir totalmente, era un día de padre e hijo, y por otro lado un día de madre e hija, el día de Petunia y de Eli.
Ambos hermanos bajaban rápido las escaleras peleándose por quien llegaba primero a la cocina, entre los empujones por el angosto pasillo, un chiquillo desnutrido y con ropas muy holgadas era empujado de vuelta a su alacena bajo las escaleras que habían retumbado hace poco.
- Primera -gritaba más que feliz una niña de relucientes ojos azules- en tu cara Duddy
- Mamá -se quejo este- Eli me empujo para llegar hasta acá antes.
- Cuchurrumi -mencionó esta mientras apretaba los grandes cachetes de su hijo- seguramente tú igual le diste un muy buen empujón.
- Listos para un gran día -mencionó el padre de la familia muy bien vestido- Dudley, hoy iremos a un almuerzo de negocios, ya es hora que aprendas el gran trabajo y poder que tiene tu padre.
Desde la cocina, el mismo delgado chico de lentes revolvía un par de huevos para desayunar.
- Tú -manifestó su tío Vernon- apresúrate para dejarte con la vecina, sabes muy bien que este día no podemos estar pendiente de ti.
Elizabeth y Petunia estaban en su mundo hablando, la rubia mayor con su mente revuelta por las cosas que hablaría ese día con su hija. Y la menor solo, después de terminar de hablar con su madre observó a su primo. Para vivir bajo el mismo techo muy pocas veces se habían hablado, sus padres trataban a su sobrino de una forma que ella creía, era inhumana, pero le daba miedo decir algo y tener que compartir la alacena con él. Las únicas veces que habían interactuado más eran en las ocasiones en que su hermano mellizo lo molestaba o golpeaba en el colegio y ella se metía, al igual con todos los niños más pequeños para que su hermano los dejara en paz.
De una forma tan lenta, para no empezar peleas con su hermano, iba tentando terreno. Si iba involucrarse en eso estaría de una forma en que los profesores no la involucrarán en el hecho en una que su hermano viera que ella se aburría y quería hacer algo con él, de la misma forma en que el niño margullado viera que ella se llevaba a su hermano para que los dejara en paz.
Simplemente que desde el lado de la historia, ella siempre quedará bien.
Petunia jugaba con la punta de sus dedos y golpeteaba sin ritmo la mesa del café, era un lugar lejano y hermoso, un café cotidiano de centro de Londres. Esperaba a que su hija regresara del baño y su mente más angustiada se volvía.
Unos ojos verde esmeralda se le venían a la mente.
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Prima Dursley ~Harry Potter~
FanfictionPetunia siempre soñó con tener una hija, comprarle vestidos y hacerle peinados delicados y elegantes. Soñaba tener la niña más linda de la calle. Esa niña que una siempre uno giraba a ver en la escuela, la niña dulce y amable que toda madre ponía d...