Semanas previas al retorno
Había una cosa que Elizabeth no había extrañado en todo ese tiempo en casa, y era ese sentimiento que la acompaño al despertar esa mañana de marzo, esa incomodidad en el pecho, esas vueltas de pensamientos intrusivos en su cabeza y las pocas ganas de salir de la cama, el reloj marcaba que le quedaban dos horas para salir de su cama, acarició a Winni que estaba acostada junto a ella, y pensó en tomar su libro y leer, pero no tenía ganas, el libro parecía muy pesado y solo quería estar acostada. Tomando su almohada se hundió en ella. Odiaba los sueños tristes, siempre la dejaban con ganas de llorar, pero eso lo pensó recién cuando volvió a despertar y recordaba su sueño en el que paseaba por Hogwarts.
No quería salir de su cama, estaba muy cómoda, pero Winnifred, quería salir y si la dejaba encerrada como el otro día que tampoco tuvo ganas de salir de su habitación... resignada se levantó en dirección de abrir la puerta de la habitación.
Había sido una sorpresa para Petunia ver a su hija allí, eran las diez, debía estar en su clase.
— ¿Qué haces acá? –su pálida cara había adquirido un rojo color por la molestia – Elizabeth Diana, deberías estar en clases.
— No tenía ganas de ir –contesto con pereza y sin querer discutir– ya iré mañana.
— Y yo no tenía ganas de que te educaras en casa, pero mira –Liz, por un segundo pensó en responder "pues no estudio en casa, debo ir donde los Burke" pero era una mala idea responderle– ... llamaré un taxi, te dejaré en la puerta para verte entrar.
— ¿Qué? -Liz se extraño, no había escuchado lo anterior- ¿Dónde?
— ||Estas por las nubes -reclamó enojada Petunia- te arreglas ya, el taxi apenas corte estará en minutos.
Ese día, muy desligada de su clase con la madre de Tobby, extraño Hogwarts, donde podía faltar a clases con tranquilidad y Snape nunca la castigaba o llamaba la atención por ello.
Al día siguiente, era algo nuevo, se podía ver a Elizabeth irradiar alegría y emoción, no había nada de diferente, todo era exactamente la misma rutina, pero ese día ni ella recordaba la desmotivación del otro día. Pero había sido una subida de ánimo particular, porque después le siguió cinco días iguales al primero. Donde sus ojos se podían impregnar de lágrimas por un simple pensamiento intrusivo, donde su pecho parecía oprimido y donde sus ánimos no eran los mejores. Donde la indiferencia de su madre la atacaba con más fuerza y aunque Dudley estaba ahí no era lo suficiente.
Ella recordaba días así en Hogwarts, pero aunque sus amigos no podían cambiar su estado, sus abrazos y compañía lo aligeraban un 2%.
Aunque los extrañaba, los días en que se encontraba así no solía contestar el comunicador y las cartas las contestaba de forma muy vaga.
Una carta de Harry la divirtió mucho, en ella interactuaba Dean, en la carta anterior que ella escribió le pidió a Harry que le comentará al moreno sobre un último partido de fútbol. En esta interactuaba el moreno. Harry le comentaba de los últimos entrenamientos para el partido que habría próximamente contra Hufflepuff.
Hogwarts había sido un infierno, pero extrañaba el ambiente sano que había allá, con sus amigos, con los que practicaba deportes muggles, con su primo y su grupo de amigos. Tenía varios conocidos, y ahora lamentaba el no haber pasado las últimas clases de Reggie con él.
Había dejado que los puristas, esos Slytherin clasistas y odiosos, ganaran. Ganaron cuando ella decidió en no regresar.
No estaban los problemas y el miedo que la abrumaba en Hogwarts, pero en casa se sentía mucho más sola. En su primer año cuando se sentía así, no había una amenaza de muerte, no había este drama conflictivo. Comenzaba a entender que este sentimiento, ese estado que la envolvía a veces, no era nuevo de este año, ni del anterior. La acompañaba de antes de Hogwarts, de ahí ya no podía hacer más memoria de su comienzo.
ESTÁS LEYENDO
Prima Dursley ~Harry Potter~
FanficPetunia siempre soñó con tener una hija, comprarle vestidos y hacerle peinados delicados y elegantes. Soñaba tener la niña más linda de la calle. Esa niña que una siempre uno giraba a ver en la escuela, la niña dulce y amable que toda madre ponía d...