Petunia siempre soñó con tener una hija, comprarle vestidos y hacerle peinados delicados y elegantes. Soñaba tener la niña más linda de la calle.
Esa niña que una siempre uno giraba a ver en la escuela, la niña dulce y amable que toda madre ponía d...
— ¿Segura que quieres pasar tu última noche acá con tu amigo ese y no con tu familia Elizabeth? –respondía ofendida su madre– estarás lejos tres meses antes de las vacaciones de Navidad.
— Segura madre, sino dime –comentó mientras terminaba de ordenar su baúl– ¿Cómo esperas ocultarle a papá que no voy a Headington School, sino a Hogwarts. Aparte los Look también van a Londres mañana, a la estación.
— Y cómo planeas que ellos no te descubran –comentó enojada– no sabes ni donde entrar, la plataforma de tu escuela esta escondida.
— Ellos solamente irán a buscar a un amigo de Gabriel, el hermano mayor de Tobby, y de ahí ellos se irán a dejar a los chicos a su internado –menciono cansada– aparte, tu lo dijiste, tía Lily era un monstruo. Y tu hija salió con su parte monstruosa.
Y entonces Petunia lo entendió, su hija esa noche también estaba despierta.
— Dije que la magia nacía en personas excepcionales.
Pero su hija no volvió a comentar.
Su padre, no muy convencido de dejarla quedarse una noche con su amigo Tobby, pero convencido por su mujer de que fuera así se despidió de ella con un gran abrazo y una gran sonrisa de orgullo. Seguro se le borra si sabe que soy bruja.
— Yo quería llevarla hasta el internado, Petunia –menciono Vernon decepcionado – mejor que ellos dejen al muchacho en la estación y nosotros llevamos a nuestra hija.
— No es nuestra Vernon –menciono con dolor– empiezo a notar como la sangre no pesa.
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Eli agradeció a los padres de su amigo por dejarla en la estación y conseguirle un carrito para todo su equipaje, el baúl, una maleta extra, su mochila y la jaula con las partencias de Winifred. Y en el collar de su gata pudo ver una carta.
Elizabeth, la plataforma para tu tren se encuentra entre la plataforma 10 y 9, debes atravesar el muro. Una locura, pero así lo hacen al parecer los mago,
Mamá.
— Definitivamente –suspiro dando un poco de razón a sus padres– están algo locos.
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Tal vez no dio la sonrisa más grande al ver la plataforma casi vacía al ser casi las nueve treinta, supuso que todos debían llegar pasadas las diez. Iba camino a lo desconocido, moría de nervios, que estaba haciendo, se aferro a la carta de su madre, lo sintió como un abrazó después de todo. Agradeció al chico que la ayudó a subir su equipaje y comenzó a caminar por el largo pasillo, debía admitir que se sentía agradable ver como dentro de los compartimientos se escuchaba risas o amigos se topaban y abrazaban. Dio una ligera sonrisa para el futuro. Solo esperaba encontrar eso que no encontró en el mundo muggle.
