Prima Dursley ~Harry Potter~

Cierre con nuevos afectos

 cerrando el año, cerrando primer año, cerrando el libro.

Elizabeth se sentía afortunada de haber pasado un gran día con sus amigos, de verdad se habían dedicado en darle un día especial. Nada pudo arruinar su día, quizás porque fue lista en evitar la mesa de Slytherin, y Mónica la había convencido de romper las reglas e ir y acampar en la torre de Astronomía.

— Me agrada el haber podido convencerte de hacer esto –dijo la morena a la rubia– una pijamada de chicas sin los tontos que llamamos amigos.

— Me agrada que me convencieras –habló la rubia absorta en el cielo nocturno– me pregunto si en algún momento dejaré de sorprenderme.

— Este mundo es tuyo Elizabeth –susurró la chica– solo tienes que apropiarte de esto. Tienes mi permiso.

— Gracias –susurró la rubia– por querer ser mi amiga. Gracias, por darme tu lealtad.

— De nada –dijo ya casi adormilada– solo no me falles.

Y es que Elizabeth no podía imaginarse pagando con la moneda que le habían dado. Sabía que las personas al crecer cambian sus interese, cambian su personalidad o su persona. No podía prometer que el grupo siempre sería lo que era o estarían juntos hasta viejos. Pero lo que durará, ella sería feliz y les pagaría con gratitud.

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Harry

Era 23 de Mayo y no podía pasarlo por alto, generalmente muy temprano en un día como este tía Petunia estaría ansiosa y planificando todo para que tuviera un día excelente su princesita. Harry no entendería jamás porque el 23 de Mayo estaba concentrado en Beth y el 23 de Junio en Dudley. Pero así era, y hoy siendo sábado, se preguntaba si su prima iba a desaparecer del castillo, por ir al mundo muggle con su malvada familia.

Pero mientras más transcurría el día libre, se iba dando cuenta que los amigos de su prima le celebraban como si de su cumpleaños se tratará. Y ella se veía feliz. Así que en un momento en la cena decidió ir con ella para saludar, después de todo ella había dado un esfuerzo por ser aliados. Ser buenos primos.

— Feliz día Bethie –menciono un poco cohibido con las miradas de los amigos de ella, en él– ¿Tú día especial fue tan especial como  todos los anteriores?

— Si –mencionó con mucha alegría– gracias por preguntar. ¿Encontraste lo que necesitaba para tu investigación?

— Si.– Ella quería preguntar lo que Ronald le había confesado, quería jugar ajedrez con lo que sabía y ganar. Pero ese día ya tenía un plan de celebración. – Te parece mañana Domingo, pasar la tarde juntos. Podríamos volar un rato.

— Claro –Harry quería convivir al comienzo y su prima siempre daba la instancia para convivir como primos, trataba de comportarse amena– te veré entonces en el campo a las 15hrs.

— Perfecto.

Y el chico volvió con sus compañeros de habitación y Hermione que compartían en la mesa de Gryffindor.

— El primer cumpleaños lejos de la familia debe ser difícil –mencionó la chica de pelo esponjado– mis padres me lo adelantaron a la noche antes de venir. Aún así era extraño.

— Mi cumpleaños es en vacaciones –menciono Neville– supongo que sería raro no tener a la abuela recordando historias de mi padre o a mi tío bebiendo y contando tonterías.

— Mi cumpleaños fue el primero de marzo –dijo Ron– fue normal.

—Casi toda tu familia esta acá  –dijo burlón Dean– ¿Cuándo fue tu cumpleaños Hermione?