Prima Dursley ~Harry Potter~

Capítulo ¿31?

En el carruaje Elizabeth se sentó junto a Raúl alejada del animal, lo más cerca de la puerta, mientras el tema de conversación seguía en el grupo, la rubia castaña noto como su amigo con quien había entrelazado su brazo para poder apoyarse se mostraba lejano a la situación.

— ¿Dónde estabas? — le pregunto en un leve susurro sin verlo —te busque por casi todo el tren.

— Perdí el tren, cuando llegue se había marchado, así que mi hermana se apareció en Hogsmeade y tuve que caminar hasta la estación.

— ¿Ya visitaste el pueblo?

— Si mi hermana no pareció importarle romperme la magia.

—¿Por eso tan enojado?, al menos te libraste de los dementores —. Mencionó tratando de bromear, pero su risueño amigo parecía mucho más afectado que eso.

— No quiero hablar Elizabeth — fue lo ultimo que dijo en sus susurros.

Pero lo que el grupo no sabía era que ese podía ser el último año del grupo conformado como estaba, llegaban a los trece años y habían amigos que por más fuerte fuera su vínculo, no siempre sería eterno. Y ese año se separaría el primer miembro sin darles razones, ignorando cuando le preguntaran en pasillos y que quizás solo a veces intercambiarían una que otra palabra.

Pero antes tenían que realizar un último acto como Fuck u Malfoy, aunque fuera por parte de ellos dos.

Al bajar del carruaje Elizabeth se quedo pegada a Raúl al ser él el que más le acomodaba debido a su silencio y poca energía en ese momento, parecía ser al único que podría soportar; pero entonces oyó una voz que arrastraba alegremente las sílabas: 

—¿Te has desmayado, Potter? ¿Es verdad lo que dice Longbottom? ¿Realmente tedesmayaste? Elizabeth dio una arcada de forma involuntaria junto con Raúl que ponía cara de fastidio, es que Malfoy no podía llegar menos insoportable, vieron como le dio con el codo a Hermione al pasar por su lado, y salió al paso de Harry,que subía al castillo por la escalinata de piedra. Sus ojos claros y su cara alegre brillabande malicia. 

El par de amigos intercambiaron una mirada y pasando por su mente una última jugada, sin saberlo asintieron, como si se hubieran podido leer las mentes.

—¡Lárgate, Malfoy! —dijo Ron con las mandíbulas apretadas. 

—¿Tú también te desmayaste, Weasley? —preguntó Malfoy, levantando la voz—.¿También te asustó a ti el viejo demen...

Pero su voz se vio atascada con una toz, se había trapicado tras la jugada de la Slytherin, Raúl le había entregado el balón de fútbol y tras sacar la pelota Elizabeth pudo darle en el estomago al rubio, Raúl corrió por la pelota y empezó a jugar con ella, como si los amigos estuvieran llegando a la entrada jugando o disfrutando un rato de jugar en el barro antes de entrar.

— Córrete Malfoy —mencionó el de pelo crespo con un codazo, seguido de Elizabeth corriendo y golpeando a Weasley en su alcance, quitándole la pelota a su amigo con los pies. — Es trampa Dursley.

Ambos salieron riendo para llegar en trote con pases hasta la puerta, donde veían desde la altura como un profesor se acercaba al grupo.

—¿Hay algún problema? —preguntó una voz amable. El profesor Lupin acababade bajarse de la diligencia que iba detrás de la de ellos.Malfoy dirigió una mirada insolente al profesor Lupin, y vio los remiendos de suropa y su maleta desvencijada. Con cierto sarcasmo en la voz, dijo:

 —Oh, no, eh... profe...sor.

— Me pueden devolver la pelota —, gritó Raúl tras volverla a arrojar ahora con el pie, para ver si le daba a la cabeza del platinado—. Por favor.