Petunia siempre soñó con tener una hija, comprarle vestidos y hacerle peinados delicados y elegantes. Soñaba tener la niña más linda de la calle.
Esa niña que una siempre uno giraba a ver en la escuela, la niña dulce y amable que toda madre ponía d...
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Reggie
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David
La primera noche no había sido tan complicada, salvo por la pelinegra preguntona o mejor dicho intrusa.
— ¿Eres prima de Potter, no?
— Si.
Respondió sin girarla ver, pues ordenaba las cosas de su baúl.
— Pensé que Potter no tenía familia en el mundo mágico.
— Después de la muerte de un familiar mediante magia cualquiera escapa o se escondería. Aparte que yo sepa. La atención sólo era de tío James y tía Lily. No de los hermanos de ellos o los tíos de Harry.
Estaba nerviosa, no quería negar a su madre o sus orígenes muggles. Pero no era secreto que en Slytherin sobre todo existían Puristas. Ella ni siquiera era mestiza como Harry. Solo era una nacida de muggles. Y nerviosa, solía hablar más.
— La madre de Potter no era una sangre sucia. Potter no arruino su linaje puro por una...
— Lo que digas de mi tía – menciono interrumpió a la chica de desconocido nombre– no me interesa. Si James se enamoró de ella, fue por su talento, porque para ser nacida de muggles patio varios traseros Puristas.
— ¿Cómo estás emparentada con Potter?
Esa chica si hacía buenas preguntas.
— Sangre –menciono con simpleza – ojalá solo fuera políticamente, pero sangre. Y si me disculpan, deseo dormir.
Así que agradeció esa mañana cuando despertó por el ruido de unos libros al caer y la pelinegra no estaba, ninguna de las chicas estaba en realidad, salvo por la chica que tiro sus libros y saludo con un débil hola.
Así que arreglada y caminando por los pasillos se dirigió a su mesa para desayunar. O era muy temprano o era tarde, pues no había mucha gente en las mesas.
— Señorita Dudley – comentó uno de los profesores y el único que iba vestido completamente de negro– su horario.
