¿Harry también irá?

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Elizabeth se encontraba leyendo en su cama, estaba muy concentrada, la mejor parte del fin de semana, era el tiempo que tenía para leer sus gustos o curiosidades.

"pasado mañana, ¿no? —preguntó Roger.—Sí. Es un listo de mil demonios. Es capaz de ver los puntos ocultos, como los veo yo, y por lo general logra evitarlos, más o menos. Hasta el momento se ha escapado por los pelos, pero todavía me tiene que llegar el turno de atraparlo. Las pasará canutas como caiga en algún..."

Pero el primer ruido del día la había sacado de su lectura, la voz de su madre gritando, pero se sentía lejana. Debe estar despertando a Harry. – pensó, y pudo percatarse de la luz que entraba por la ventana, otra vez se había desvelado leyendo– Su madre volvió a gritar.

—¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora!

— Al menos alguien durmió profundo por él y por mi –dijo acariciando a su gata– bueno, Dudley me imagino que aún no se levanta. A bañarnos.

La gata le dio una mirada y se empezó a limpiar la pata.

— Sabes que yo no puedo lavarme así –alistó la ropa que se pondría y tomo su toalla– día de baño.

— No creas que no vi luz saliendo de tu puerta anoche Elizabeth –la pequeña rubia de azulados ojos los cerro fuerte y se giró hacía la voz de su padre– pero por ser tu cumpleaños, lo pasaré por alto.

La cara regordeta y con un bigote proponente con una sonrisa escondido bajo este.
Elizabeth siempre se imaginó a la morsa de Alicia en el país de las maravillas como su padre.

Elizabeth siempre se imaginó a la morsa de Alicia en el país de las maravillas como su padre

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Así que con esa imagen en su cabeza sonrió y rio un poco.

—Gracias papá –dijo contenta y aliviada, su padre solía ser severo con ella, esperando así tener a la hija "señorita" perfecta– iré a ducharme, con permiso.

Cuando estuvo duchada y vestida salió al pasillo, bajo hasta el recibidor y entró en la cocina. La mesa estaba casi cubierta por los regalos de cumpleaños de Dudley y claramente de ella también. Parecía que su hermano había conseguido el ordenador nuevo que quería, por no mencionar el segundo televisor y la bicicleta de carreras. La razón exacta por la que Dudley podía querer una bicicleta era un misterio para ella, ya que su hermano aborrecía el ejercicio, excepto si conllevaba pegar a alguien, por supuesto. El saco de boxeo favorito de Dudley era el primo Harry, pero no podía atraparlo muy a menudo. Aunque no lo parecía, Harry era muy rápido. Eso siempre la ayudaba a cuando quería apostar con alguien que creía que Harry perdería, ella ya había aprendido que Potter siempre podía salirse con la suya.

Harry vio a su prima ingresar a la cocina, era la única que faltaba y la única que poseía una leves ojeras bajo sus ojos, que a minuto que pasaba están iban desapareciendo.

Eli, se dio cuenta que el cabello de su primo había vuelto a crecer, aunque se lo habían cortado el día de ayer.

«No hagas preguntas»: ésa era la primera regla que se debía observar si se quería vivir una vida tranquila con los Dursley. Y no había excepción en ningún caso, ni entre el matrimonio o los tres niños. Las preguntas ante cualquier tema, eran prohibidas.

Prima Dursley ~Harry Potter~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora