Deliverance ❧KookTae❧

Nineteen

Los ojos de Jimin observaban con impaciencia la entrada de lugar, esperando que su amigo se dignara a aparecer. Revisó sus mensajes y ninguno había sido leído aún. Había intentado marcarle a Hoseok algunas veces desde que se estacionó frente al bar, pero nunca contestó.

Ya estaban llegando demasiado tarde para el evento de Joohin y cada minuto Jimin se sentía más desesperado. Pero su desesperación no era más grande que los nervios por la probabilidad de tener que entrar al lugar para ir en busca de Hoseok. No cuando en dicho bar trabajaba cierto alfa que lo ponía con los pelos de punta.

Jimin había esta muy decidido a descubrir qué rayos se traía Min Yoongi con sus raras actitudes y su repentina presencia en las vidas de sus amigos. Pero pensar era muy distinto que actuar.

Miró inseguro a la entrada.

Por dios, estaba actuando ridículo por una nimiedad. No permitiría que su último extraño encuentro lo intimidara de esa forma. Así que decidió bajarse y entrar al lugar.

Rendezvous estaba tan concurrido como se esperaba de un sábado por la noche, por lo que no sería tan rápido dar con Hoseok. No lo vio por el primer piso, ni tampoco se encontró con el alfa de cabellos oscuros. No es como si lo hubiera estado buscando con su mirada. Se dirigió al área privada de arriba y fue donde encontró al beta bailando alegremente con algunos amigos, cuando este miró a Jimin, lo saludó animadamente, pero el alfa cabeceó hacia la salida para poder conversar tranquilamente.

—¿Por qué no respondías el teléfono? —le preguntó Jimin una vez se dirigieron al pasillo cerca de las escaleras.

Hoseok frunció el ceño, genuinamente confundido mientras se palmeaba los bolsillos. Entonces reflejó una mirada comprensiva pareciendo recordar algo.

—Ah, dejé el celular en mi abrigo y dejé el abrigo allá adentro en mi silla —explicó el mayor—. Tengo rato bailando así que no lo revisé, perdón Jiminie.

—Tenemos un compromiso con los Kim. Se supone que te recogería aquí para irnos hacia allá y estuve esperándote casi una hora afuera —explicó Jimin con calma. No estaba molesto, simplemente cansado de que últimamente Hoseok fuera más distraído e irresponsable respecto a sus compromisos sociales.

—Lo sé y me disculpé. No era mi intención, de verdad se me fue la noción del tiempo.

Jimin suspiró.

—Esta bien. Vámonos entonces.

Hoseok se mordió el labio.

—¿No dijiste que era tarde? Es que... Ya no tengo tantas ganas de ir, ¿sabes? Estamos pasando un rato agradable acá.

—Hoseok...

—Oh, vamos Jimin-ah —dijo el beta mientras se acercaba para deslizar sus manos por su cintura hasta la espalda del rubio, una sonrisa coqueta apareció en sus labios—. Quédate conmigo y divirtámonos un rato. Taehyung y su papá nos perdonarán si no vamos esta vez.

Jimin se quedó quieto, observando la forma en que Hoseok se inclinó para darle un rápido beso en los labios y lo miraba expectante.

—Fuimos bastante formales en asistir, Hobi. Incluso mi madre ya está allá y espera que vayamos juntos.

Hoseok dejó caer los brazos con un suspiro, su rostro cambiando totalmente a uno menos animado.

—No tengo ganas de ir, Jimin. En serio —repitió Hoseok, sus brazos cruzados sobre su pecho—. No estoy de humor para fiestas.

—No empieces de nuevo con eso, Hoseok. ¿No tienes humor de acompañar a tu amigo y su papá, pero si para quedarte aquí a embriagarte?

—Tú dímelo, Jimin. ¿Estás de humor para llevarme como tu amigo o como tu supuesta futura pareja? No estás en posición de juzgarme nada.