Twenty Seven

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Jimin soltó su cuarto suspiro del último minuto, y revisó su celular una vez más. Probablemente Taehyung se había dormido algo temprano dado que no había respondido su ultimo mensaje desde hace más de una hora.

Con un gesto malhumorado, tomó una cucharada de su vaso de nieve de chocolate. Y un vaso grande porque sus inquietudes de los últimos días lo ameritaban.

Sentado en un pequeño banco de piedra, contempló el enorme parque que, aunque era bastante popular y usualmente se encontraba concurrido, para ser media noche apenas había algunas personas paseando por ahí. A esas horas la vida nocturna de Seúl se encontraba más al centro.

Consideró mensajear a Hobi, tal vez podría pasarse por su casa y hablar un poco, excepto que desde su pequeña discusión de la semana pasada cuando se negó a asistir a la fiesta del papá de Taehyung, las cosas entre ellos se habían tornado tensas, más de lo que ya habían estado.

Y era comprensible. Hoseok no tenía por qué cargar con su mierda, por mucho que en esos momentos necesitara hablar con alguien. Jimin aun debía pensar con mucha seriedad sobre la relación que estaban teniendo y qué camino tomaría. Había una línea confusa entre sus deberes con su madre sobre el futuro compromiso con los Jung, y la veracidad de sus sentimientos por Hoseok. Lo amaba, de veras que lo hacía, pero su relación siempre había hecho que tornara un balance desigual en su corazón, inseguro sobre si lo miraba como su pareja porque su interior así lo deseaba, o solamente porque habían planteado esa realidad desde que tiene uso de razón.

Soltó un suspiro más y fue casi inmediato, una sensación caótica que se reflejó como un estremecimiento en su nuca, que sintió la presencia de alguien.

—Fácilmente podrías inflar un enorme globo con tanto suspiro —dijo la persona que se acercó. Jimin ya estaba mirándolo con ligera sorpresa, el ceño levemente fruncido al reconocerlo.

—Tú —le dijo el rubio con recelo. Y por alguna razón, mientras el aroma del otro alfa viajó hacia él, aquel peculiar rastro intenso con una extraña mezcla suave, sintió algo extraño en el pecho.

No le gustaba para nada la forma en que Min Yoongi lo ponía inquieto y nervioso.

—Yo —respondió él mientras se acercaba, tomando asiento a lado de Jimin. Llevaba un simple hoodie negro y un gorro del mismo color, dejando unos pocos mechones oscuros a la vista en su frente.

—¿Por qué siempre te encuentro en los momentos más inoportunos? —interrogó el rubio.

—Soy así de encantador —Yoongi le sonrió sombríamente—. Y no creí que las veces que te salvé el trasero se catalogaran como inoportunos.

—¿Las veces? —se confundió Jimin. Estaba seguro que la ocasión del callejón con los dos alfas idiotas había sido exclusivo.

Algo cruzó la mirada del pelinegro, pero Jimin no pudo estudiarlo porque él desvió su rostro.

—¿Por qué te ves deprimido Jinmi?

—No estoy deprimido.

Yoongi levantó las cejas.

—Debe ser grave si ni siquiera me corregiste.

Jimin, sin evitarlo, esbozó una pequeñísima sonrisa que apenas logró formar.

—Idiota —siseó—. Si esperabas que te corrigiera, claramente sabes mi nombre —llevó otra cucharada a su boca—. Lo sabía. Solo te gusta molestarme.

Yoongi acompañó su sonrisa.

—Me atrapaste.

—¿En la parte que sabes mi nombre o que te gusta molestarme?

Deliverance ❧KookTae❧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora