MÁS MÍA QUE SUYA

CAPÍTULO V

JACE.

— ¡Vamos Taylor, baja el hombro y bloquéalo! — escucho al entrenador gritar mientras me acerco cada vez más al defensor con el balón en mis manos.

Aumento la velocidad y la potencia en mis piernas, y al llegar hasta mi oponente hago un gran bloqueo con la ayuda de mi hombro y mi mano izquierda logrando que el defensor caiga al suelo. Corro lo más rápido que las piernas me permiten hasta llegar a la línea de gol. Yardas más adelante, otro defensa del equipo rival me espera, pero un bloqueador de mi equipo consigue derribarlo y así dejarme el camino libre. Una sonrisa triunfal se instala en mi rostro ¡El juego es nuestro! La adrenalina recorre mi interior, mis sentidos únicamente están enfocados en llegar a la línea. Y con la motivación de ya casi tener el partido en la bolsa, corro sin detenerme las últimas diez yardas que me quedan, y al llegar a la zona de anotación la algarabía de los presentes en el estadio inunda mis oídos.

— ¡Touchdown, y juego para Los Ángeles Eagles! — se escucha decir al narrador por los parlantes y de inmediato todo mi equipo se abalanza sobre mí.

— ¡Eres de otro planeta Taylor! — exclama Bale, el mariscal de campo chocando nuestros hombros.

— ¡T-A-Y-L-O-R! — comienzan a deletrear mi apellido todos los aficionados. — ¡TAYLOR, TAYLOR, TAYLOR!

Me quito el casco para detallarlos mejor, y en mí no se borra la sonrisa y la euforia que siento al ver todas las graderías repletas coreando mi nombre. Hemos ganado el juego, y no existe mayor alegría que esta. Para este deporte vivo, y por esto nací.

— ¡Taylor! — oigo al entrenador Meier llamarme a medida se acerca hacia mí. — Buen juego — manifiesta dejando una palmada en mi espalda.

— Gracias entrenador — replico. Segundos después mi visión se nubla por las decenas de flashes que alumbran mi cara.

— Jace ¿Cómo te sientes después del triunfo de hoy? — pregunta un reportero acercándome su micrófono.

— Satisfecho, fue una victoria muy importante para el equipo.

— Sabemos que solo faltan algunos meses para el final de campeonato ¿Crees que este año Las Águilas puedan llevarse la victoria? — cuestiona otro reportero, mientras decenas de cámaras y micrófonos captan y graban cada cosa que digo.

— Hemos trabajado duro para lograr ese objetivo, y no quiero hablar antes de tiempo, pero nos esforzaremos para ganar ese trofeo.

— Jace vámonos — escucho al entrenador decir, haciéndome caminar junto al resto.

— ¡Una última pregunta! ¿Si ganas el campeonato a quien será dedicado? — cuestiona una periodista caminando junto a mí.

— Principalmente a la afición, miembros del equipo y... — estoy a punto de decir, pero de repente el rostro de una persona llega a mí. — A mi familia, y todos los que son importantes para mí — finalizo terminando de adentrarme rápidamente a la zona de los camerinos.

— Equipo el día de hoy hicieron un excelente trabajo — manifiesta el preparador físico hacia todos los jugadores ahí reunidos, y todos comienzan a celebrar. — Alto, alto — los detiene. — Sólo tenemos permitido alegrarnos por hoy, porque debemos celebrar hasta que ganemos el campeonato.

— El campeonato ya es nuestro — replica seguro mi mejor amigo Dave, dándome un codazo.

— Nada es seguro, y aún no hemos ganado nada — interfiere nuestro entrenador con seriedad. — Los juegos se ganan haciendo el mejor trabajo en la cancha y no con palabras. Así que quiero que ahora más que nunca se concentren únicamente en ganar todos los partidos.