JACE.
Oírla gritar angustiada desde adentro es algo que, aunque me causa pena, no me provoca querer liberarla. Confirmar que el maldito de Leo Hertzman está vivo y que ella se escapó con él mientras todos estuvimos como estúpidos buscándola es algo que me ha hecho salir de mis cabales. Puedo asegurar que soy un hombre que sabe controlarse, pero que me vea la cara de tonto después de haberme humillado y esperado tanto por tenerla, me ha hecho perder el control y sentir esa ira que había contenido tanto tiempo.
Reprimí tanto este sentimiento que hasta había olvidado como se sentía. Plasmé solo mi buena cara ante los demás, pero ese demonio que llevo dentro volvió a resurgir y ya no lo puedo controlar. Porque ser bueno es algo que nunca ha servido de nada. Que yo sea bueno es algo que no le gusta a ella.
Prefiere a los tipos malos. Quienes la hacen sufrir y le arrancan lágrimas. Es a ese tipo de hombres que Gianna se entrega en cuerpo y alma. Es por eso que ese maldito la conquistó toda.
Y es por eso que a partir de ahora vera mi peor faceta.
Cuando estoy listo para retirarme después de escuchar sus gritos de exasperación dentro de la recámara, vuelvo a escuchar su dulce voz hablarme. Noté que está muy asustada. Y la entiendo, a veces hasta ya mismo me doy miedo.
—Jace ¿Estás ahí? —pregunta sonando desganada. —Yo... desconozco lo que te hice para que actúes así conmigo, pero necesito que me lo expliques —expresa. —Nosotros podemos conversar y solucionar lo que sea que pase.
Bufo al escucharla decir eso.
Es muy hipócrita de su parte si soy honesto. Conversar con ella es todo lo que he hecho, y al final no sirvió de nada.
—¿Por qué te empeñas en seguir con ese tipejo después de todo el daño que te causó? —suelto. —¿Por qué él y no yo? —cuestiono molesto.
—Jace existen cosas que no se pueden controlar —contesta entre sollozos. —Tu eres fantástico, pero yo no puedo elegir a quien amar.
—¡Si puedes! —grito soltando un golpe. —Si tan sólo te quisieras más sabrías que la opción correcta soy yo. Que fui yo quien demostró quererte antes que él.
—Eso no es así.
—Te quedarás aquí cuanto sea necesario —finalizo diciendo para luego marcharme.
Asegurándome de tener las llaves de la habitación en mi bolsillo, salgo de la casa y enciendo el auto. Manejo pensando en que haré, sintiéndome abrumado por tantos pensamientos. Es increíble que después de todo lo que hice tuviéramos que terminar en esto.
No fue ese día en que chocamos en ese elevador que supe de su existencia. Estuve al tanto desde mucho antes sobre la chica que era la asistente de Leo. Ya había visto algunas de sus fotos y también oído hablar de ella. Pero sí fue en ese momento en el que sus ojos me miraron por primera vez que algo en ella me cautivó.
Vi su bondad ese día, la energía única que irradiaba y por supuesto su belleza. A pesar de que en primera instancia todo fue un juego para vengarme de Leo por haberle arrebatado a unos de mis amigos a Marianne. Anhelaba darle una cucharada de su propia medicina quitándole a la chica que él quería.
Supe desde que la vi en persona porqué la escondía. Porqué en todo el tiempo que fingí ser su amigo jamás habló de ella, y nunca permitió que estuviera cerca. Él nunca fue un idiota, siempre fue astuto. Siempre supo que yo no era su amigo, si no dos personas que estaban cerca la una de la otra por intereses personales. Yo por venganza y él para poder controlar todos mis movimientos alrededor de su chica porque no podía evitar que algún día la conocería.
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MÁS MÍA QUE SUYA
Novela JuvenilGianna ha pasado los meses más difíciles desde su ruptura con el que fue el amor de su vida. Ella atraviesa una nueva etapa e intenta encontrarse a sí misma de nuevo. Cada vez queda menos de la chica sensible que conocimos en un principio, y va abri...