II

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Toc toc

Minho se extrañó, no conocía a alguien más que no sea Jungwoo y su madre.

Toc toc

"Jungwoo se fué hace bastante tiempo, capaz se dió cuenta de que se olvidó algo" pensó.

Toc toc

Cansado de escuchar ese molesto sonido se levantó del sofá y se dirigió hacia la puerta. Jungwoo no era, él gritaba cada vez que lo iba a visitar y su madre le avisaba por mensaje o llamada que estaba allí.

Abrió la puerta y se encontró con un chico desconocido, tenía ojos marrones, igual que su cabello, sus cachetes similares a las de una ardilla fué lo que más le llamó la atención.

--¿Se le ofrece algo?-- dijo minho intentando sonar amable. El chico delante de él, que era más pequeño de estatura, se le quedó mirando sin hablar --Perdona, ¿te ocurre algo, chico?-- al parecer con esas palabras hizo que aquel desconocido saliera de su burbuja, bajando la cabeza avergonzado. En ese momento pensó que aquel chico era tierno.

--Lo siento. ¿usted es Lee Minho?-- preguntó con voz suave. Lee no pudo evitar sonreír levemente por la ternura que era el pequeño.

--Así es-- respondió con voz calmada.

--Tome, es para usted-- el chico delante de él le extendió un sobre de color celeste. Inclinó una ceja, no recordaba haber comprado ni pedido nada. Y las únicas dos personas que conocía no eran de hacer ese tipo de cosas.

--Gracias.. pero ¿de quién es?-- preguntó a la vez que agarraba el sobre y lo analizaba. Al no escuchar respuesta levantó la cabeza y se sorprendió al no encontrarse con nadie. Miró a su alrededor en busca de aquel castaño, pero no estaba por ningún lado.

Entró a su casa bastante confundido. Se sentó en el sofá y abrió el sobre para encontrarse con un papel del mismo color que el envoltorio, la caligrafía era demasiado linda, elegante más bien.

Hola! :D
Sé que esto parecerá lo más raro del mundo, pero necesito que no le diga absolutamente
nada a nadie sobre esta carta.
Le haré una pregunta y usted responda en voz alta.
¿Cree en las almas gemelas?

Aquellas palabras escritas lo dejó un poco confundido.. aunque no solo fué por la carta y su interior, sino también por la circunstancia. ¿Por qué ese chico tan tierno le dió esa carta con ese contenido dentro? Pero sobre todo, ¿por qué esa pregunta tan de la nada?

--Esto es muy extraño-- dijo en un susurro para luego dejar el papel en la mesa --. ¿Esto es de verdad?-- siguió hablándose para si mismo --.. no, no creo en las almas gemelas.


(...)


Ese era el problema.

O tal vez no.

--Mo creo que ese sea el problema, han-- dijo Somi luego de analizarlo un rato --. Has tenido bastantes tareas en las que muchas personas no creen en eso, pero aún así tienen un alma gemela-- explicó la rubia mientras bajaba la cabeza a los papales del peliblanco protagonista de aquella charla.

--Entonces, ¿por qué no aparece?-- preguntó Jisung más frustrado que confundido --No existen personas sin almas gemelas..

--Eso lo sé-- dijo Somi un poco cansada de las repetitivas palabras del menor --. Intenta hacerte su amigo, te doy el permiso-- aquellas palabras hicieron que el castaño se sorprendiera.

Pocas, o hasta nulas, eran las veces en las que los cupidos tenían permitido entablar amistades con las personas comunes. O más bien el resto de los seres vivos que no sean cupidos. Mo porque sean cerrados de mente y crean que no es necesario, sino que son mucho más cariñosos y es muy común que se encariñen con rapidez. Lo que afecta a la hora de tener que decir adiós a la persona con la que hablaron.

--¿D-De verdad? ¿eso no es peligroso?-- Somi rió por la exageración del menor.

--No es peligroso. Solo intenta no encariñarte tanto con el chico, ¿si?-- dijo la mayor mientras le sonreía. El menor asintió un poco temeroso.

Salió de la oficina pensando en cómo hablarle a Minho sin quedar en un momento incómodo luego de su primer encuentro tan extraño. Al estar tan sumergido en sus pensamientos, no se dió cuenta que venía una persona delante suyo, haciendo que cayeran los dos al piso.

--Lo siento-- se disculpó rápidamente Jisung --, no estaba poniendo atención al camino-- dijo mientras levantaba la cabeza. se sorprendió al ver a Christopher ahí. Rápidamente se paró y lo ayudó a levantarse.

--No se preocupe, Ángel Han-- dijo christopher una vez se paró --. ¿Qué hace aquí y no trabajando?

--O-Oh.. le estaba comunicando algo a Somi noona..-- dijo Jisung nervioso.

Christopher era el jefe de los jefes. El dios supremo, para decirle de alguna forma. Él manejaba absolutamente a todos los ángeles, demonios, elfos y hadas que habitaban en el planeta tierra.
Aparte de manejar a dicho seres, también manejaba a los seres humanos.
Ayudaba en muchas cosas. En el caso de los Cupidos, él era quién elegía a las almas gemelas. Para el caso de los Demonios de la Muerte decidía quién debía ir al infierno. En el caso de los Elfos, ayudaba en la naturaleza. Y las Hadas lo ayudaban a él a proteger el planeta.

--Bien-- habló nuevamente el mayor con su voz potente pero serena a la vez --. Somi me dijo que te dió la tarea de un humano sin alma gemela, ¿es verdad?

--Sí, hyung-- respondió el menor aún mostrándose un poco nervioso.

--Right. Me imagino que ya lo conoces-- siguió hablando el mayor, a lo que el castaño asintió --. ¿Sabes la razón por la que no aparece el nombre de su alma gemela?-- esta vez el menor negó --Oh..-- luego de eso hubo silencio. Jisung pensó que tal vez el mayor estaba pensando en qué podría ser, hasta que se dió cuenta de que aquel señor era el creador de todo, por lo tanto, sabía quién era el alma gemela de Minho.. si es que tenía.

--Perdone..-- habló Jisung para llamar la atención del castaño mayor --usted, que es el creador de todo, ¿a quién le ha puesto de alma gemela?-- preguntó de forma tímida. El hombre delante de él sonrió.

--Me imaginé que me haría esa pregunta, Ángel Han-- y dicho eso se retiró, sin dar respuesta alguna. Jisung se quedó perplejo en su lugar, ¿y eso?

Cupid  ━  MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora