CONTINÚA LA AVENTURA CON NORMA.

194 6 0
                                    

LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES.

Los caminos de México de norte a sur y una máscara para la sociedad.

CAPÍTULO 2.

Luis solo miraba como le bajaba la bragueta, cayendo el pantalón junto con el calzón, con la ayuda de las manos de Luis quedo de fuera el enorme y duro garrote de diez gruesas pulgadas, haciendo viscos la joven al tenerlo tan cerca de ella, de inmediato se lo agarró con su mano derecha agitándoselo un poco. Enseguida abrió sus labios metiéndose tres pulgadas adentro de su boca, dándole una deliciosa chupada.
Haciendo brincar a Luis, ante la santa mamada de garrote que recibió de esa pequeña boquita, después se lo sacaba por completo, lengüeteándole toda la punta del garrote, para después, metérselo de nuevo en su cálida boca, tragándose ahora Norma seis gruesas pulgadas del excitado garrote chupándoselo con mucha gula.
Luis con sus manos con cariño le acariciaba el cabello castaño, que le llegaba al hombro a la chica, después de unos minutos de mamársela. Norma de nuevo se lo sacó de su
boca, lo agitó con su mano derecha, enseguida se puso de pie dándole un beso en los labios al desconocido, quien la miró a la cara, diciéndole:
-Lo chupas divino cabroncita, eres toda una mamadora de garrote profesional. -
Norma no dijo nada, le mostró una sonrisa traviesa, entonces lo beso una y otra vez en los labios, mientras con su mano derecha se lo seguía masturbando, hasta que ella le soltó el garrote, se dio la vuelta dándole la espalda, caminó muy despacio hasta la sala siendo seguida por él.
Enseguida, Norma se agachaba poniendo sus manos sobre el asiento del sillón, que había en la sala, y "madres" al quedar bien empinada se le miraron enseguida unas enormes nalgas, estaban súper deliciosas, yo describiría que era un señor culo el que se "comería" este cabrón.
Luis tragó saliva al mirar las nalgotas sin el pequeño short, muy despacio con las dos manos se las acaricio, enseguida le abría las nalgas encontrándole el pequeño fundillito que estaba adornado por una pequeña aureola rosa.
Ahora lo tocaba con su mano derecha todo el mojado bizcochito, colocándole la punta de su grueso garrote en los labios vaginales
sintiéndolos muy calientitos.
Luis se empujó hacia delante metiéndole siete pulgadas de su grueso garrote, haciéndola gritar de placer:
- ¡Ah! ¡Qué rico me entro! ¡Ah! ¡Ah! -
El trailero con sus dos manos la agarró de la caderita, comenzando a meter y sacar todo su garrote en esa panochita caliente, hundiéndoselo hasta donde las grandes nalgas se lo permitían, estaba tan nalgona que en esta posición no le entraban las diez pulgadas en su bizcochito.
Entre el delicioso zarandeó se le balanceaban los enormes senos de adelante para atrás, una y otra vez en cada nueva envestida que le daban entre las nalgas.
Norma levantó su cara mirando hacia la puerta de la entrada, después miró hacia la escalera, recordando aquella vez que Esteban su inquilino, los espió desde los escalones, descubriendo a Norma cogiendo con su hermano Pablo.
Ahora, la joven volteó a ver otra vez la puerta de la entrada, en ese momento pensó algo:
-Siento tan rico, pero que tal si entra alguien, Pablo y Esteban o mi madre, y me encuentran, bien ensartada por este desconocido, mejor nos subimos a mi cuarto. -
Así que entre los empujones de garrote que le daba, le comentó al desconocido:
-Luis vamos a mi recámara, no vaya a ser que entre alguien a la casa, y nos encuentre cogiendo aquí en plena sala. -
Él le manoseaba todas las nalgas, mientras su garrote entraba y salía sin detenerse ni un momento, en ese delicioso y caliente bizcochito, le contestó:
-Pero... pero tú dijiste que estás sola en tu casa, que hasta la tarde llegan. -
Norma medio volteando su cara, y entre los empujones que recibía en las nalgas, le respondió:
-Si estaré sola, pero tú no sabes las cosas que han llegado a pasar en mi casa, desde un pinche espía que nos puede ver cogiendo en la sala, hasta la pinchadura de una llanta, y no falta quien llegue deprisa a la casa de forma inesperada, eso es seguro. -
Luis se detuvo de empujar su garrote, le acaricio las nalgas, manoseándole muy suavemente cada centímetro del hermoso cuerpo, después le sacó su garrote del bizcochito, con su mano derecha le acaricio toda la mojada papayita.
Norma gozaba de estas caricias que la estaban excitando más su cuerpo a cada momento, ahora se enderezó por completo, enseguida se dio la vuelta besándolo de nuevo en los labios.
Luis la miró caminar hasta la cocina moviendo ese par de deliciosas nalgas, se agachó y con sus manos levantaba Norma toda su ropa, diciendo:
-Mi blusa negra y mi short negro... ¿No traía mi panti ni mi brasier? ¿Verdad? -
Por la pregunta tan rara. Luis la miró muy extrañado, con una sonrisa no entendiendo ni madres, solo le respondió:
-Te quité el short negro y después tú te quitaste la blusa y... no... no traías nada más, ja jajá quedaste completamente encueradita mi reina, no traías tu panti ni tu brasier, cuenta las prendas tu short negro y tu blusita negra. ¿Por qué preguntas y cuentas tu ropa Norma? -
Ella regresando sus pasos, caminó hasta donde estaba Luis parado, mirándolo muy seria le contestó:
-Te digo, que han pasado cosas en esta casa, y no falta el que me busque para darme mi tanguita, que se me olvidé tirada en el piso... es un secreto y tú no lo entenderías. -
En ese momento Norma se acordó de aquel día, en que Esteban su inquilino y "hermano" de su religión, la buscó
mientras ella se bañaba, él abrió muy despacio la puerta del baño, jalando con cuidado la cortina, mirándola toda desnuda, pero al ser descubierto solo le expresó:
-Te traje tu panti porque la dejaste tirada junto al sillón de la sala Normita, no quería que se te perdiera. -
Ella sonrió, solo de recordar aquella rica cogida en el baño con "el hermano" Esteban.
Ahora Norma se giró dándole la espalda a Luis, comenzando a caminar desnuda con rumbo a la escalera, él al ver que ella se iba, solo se subió el pantalón agarrándolo con las dos manos para que no se le cayera, sin perderla de vista admiraba ese hermoso cuerpo desnudo dar cada paso, subiendo las escaleras.
Se le miraban deliciosas esas dos nalgas moverse, ahora Luis caminando detrás de ella con una mano le iba agarrando las nalgas, llegando hasta el segundo piso de la casa entrando en la recámara de Norma, al ingresar Luis a la alcoba
de ella, le pidió:
-Pon el seguro de la puerta por favor. -
Luis no entendía, que si estaban solos. ¿Por qué tantas precauciones? Pero solo le obedeció y enseguida cerró la
puerta apretando el botón y girándolo para que nadie abriera la puerta. Con una sonrisa le señaló:
-Estamos solos Norma. ¿Por qué te preocupas tanto? -
-Créeme y entiéndeme, que si alguien llega a la casa sube a las recámaras y me escucha gemir de placer, querrán entrar a mi recámara para consolarme. -
-Ja jajá, tú estás bien pinche loca, ja jajá. -
Ella sonreía, al recordar aquella tarde que su madre y ella tenían relaciones lesbianas en su recámara, estaba acostada en la cama, disfrutando de las lamidas de bizcochito que le daba su madre, cuando abrieron la puerta entrando desnudos su hermano Pablo y Esteban, quienes nerviosos dijeron:
-Oímos gemir a Norma, y dijimos tal vez necesite ayuda para venirse. -
Norma continuaba sonriendo, de aquellos recuerdos, que eran los secretos obscuros de la familia, mientras Luis se reía sin entender nada de lo que ella decía.
La joven sin voltear a verlo solo se arrodillo en la orilla de su cama, dejando sus nalgas bien paradas, viéndosele un señor culo, sus piernas las colocó entre abiertas, recargando sus antebrazos en el colchón, su cara sobre de estos, esperando que la siguiera fornicando el desconocido.
Luis por un momento admiró esas grandes nalgas, que se le miraba deliciosas, veía su bizcochito en medio de las piernas adornado por los vellitos castaños esperando impaciente su garrote.
Luis no perdía de vista ni un segundo ese hermoso panorama que tenía enfrente de él, mientras con torpeza
se quitaba con mucha prisa la camisa, el pantalón, los calzones, quedando ahora él también completamente desnudo en la recámara.
Dio unos pasos muy despacio fue acercándose a Norma, acariciándole de nuevo con sus manos las grandes posaderas, inclinándose un poco besándole cada nalga lamiéndoselas con su lengua.
Después de un momento se puso de pie enseguida, con su mano derecha se agitó el garrote, poniendo la punta en el caliente bizcochito.
Metiéndole todo el garrote sintiendo el bizcochito tragarse cada gruesa pulgada de su garrote, haciendo gritar de puro placer a esta pinche putita religiosa:
- ¡Oh! ¡Mi Dios! ¡Ah! ¡Dámela toda! ¡Ah! ¡Mi panochita! ¡Ah! ¡Mi bizcochito se lo está tragando! ¡Ah! -
Luis con sus dos manos, la agarraba de la cintura, mientras su garrote se lo metía y se lo sacaba con furia, se excitaba solo de escucharla gritar, pidiendo ella desesperada que la
estrujara y se la diera completa entre sus dos nalgas.
Mientras Luis cadereaba estiraba sus brazos, con sus dos manos le acariciaba toda su espalda, enseguida fue recargándose sobre la espalda de ella, lamiéndole su cuello.
Le acariciaba con sus manos los grandes senos que se movían al ritmo de los empujones que le daba, con sus dedos suavemente le apretaba los dos pezones besándole la mejilla a la joven, quien se quejó:
-Apriétamelos, mas ¡Ah! ¡Qué rico! ¡Ah! ¡Así! ¡Ah! ¡Ah! -
Decía gritando como desesperada, sintiendo como este extraño la manoseaban de una forma deliciosa todo su cuerpo, después de manosearle los grandes senos por un rato, y estarle empujando el garrote entre las nalgas. Luis se volvió a enderezar acariciándole las nalgas.
Norma sentía tan rico ese grueso garrote fornicarle su bizcochito, que la muy puta movía sus nalgas de izquierda a derecha pidiendo a gritos le siguiera bombeando su bizcochito. Luis le dio una fuerte nalgada dejándole marcada la palma de su mano en la blanca piel, enseguida le colocó nuevamente sus dos manos en su caderita, comenzó con más fuerza a meterle y sacarle todo el grueso garrote.
Viendo que la puta con fuerza seguía moviendo su cadera de izquierda a derecha como queriéndolo tumbar, se sacudía de forma deliciosa,
escuchando en la habitación sus quejidos de lujuria y de placer:
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Más! ¡Ah! ¡Dame! ¡Ah! ¡Ah! ¡No pares! ¡Húndelo todo! ¡Ah! -
Luis con sus dos manos le abría las nalgas, admirando el pequeño fundillito que estaba escondido en medio de estas, colocándole la yema del dedo índice en este, tratando de
hundírselo, hasta que ella le pidió:
-Déjame chupártelo ¡Anda déjame! ¡Déjame mamártelo! -
Luis con su mano derecha le dio una fuerte nalgada, retumbando la habitación, dejándole marcada la palma de su mano y la piel roja, sacándole enseguida su enfurecido garrote. Norma rápido se bajó de la cama hincándose enfrente de él, abriendo los labios tragándose el mojado y grueso garrote, metiéndoselo ocho pulgadas adentro de su boca tocando su garganta.
Lo sacaba pasándoselo por sus mejillas, escupiéndolo y
volviéndoselo a tragar, levantaba la vista mirando la cara de gusto que ponía Luis.
Quien con sus manos le acariciaba con ternura el cabello castaño, temblándole las piernas con esa
boquita de mamadora profesional que ella tenía, mientras que su mano derecha lo masturbaba de forma deliciosa, subiendo y bajando en todo su grueso garrote.
- ¡Ah! ¡Así putita! ¡Ah! ¡Lo chupas divino! ¡Ah! ¡Pinche golfa! ¡Ah! ¡Así mámalo! ¡Ah! ¡Ah! -
Norma sonrió, al escuchar como la llamaba, se sacó el garrote agitándolo con su mano derecha, sacó su lengua golpeando la cabeza del garrote con la punta de su lengua, para después volvérsela a tragar ocho pulgadas adentro de su boca, una y otra vez hasta que Luis le suplicó:
- ¡Ya dame panochita! ¡Ah! ¡Ya dame tu bizcochito! -
Norma se sacó el garrote de su boca, dejando un hilo de baba entre sus labios y la punta del garrote, sonrió soltándolo de su mano.
Ahora se sentó en la esquina del colchón en la mera orilla de la cama, muy despacio se acostó. Luis con sus manos le agarró las dos piernas mirándole los muslos adornados por el bizcochito peludo que estaba abierto.
Le miraba sus dos grandes senos, su carita que ya estaba roja por la calentura y toda embarrada de saliva, entre abría la boca y cerraba los ojos, no sabiendo Luis de donde salió
esta deliciosa putita, solo sabía que estaba ahí bien abierta de piernas para poder seguir fornicando con él, ahora con su mano derecha le colocó la punta de su garrote en su caliente bizcochito, de un solo empujón se lo dejo ir hasta adentro de la apretada papayita.
Ante el silencio de la habitación se escuchó el quejido de Norma:
- ¡Ah! ¡Ah! -
Quien cerró los ojos, disfrutando su cogidota. Luis cadereaba sin detenerse, mirándole los grandes senos zangolotearse de arriba para abajo a cada nuevo empellón que le
daba en la panochita, tragándose el bizcochito toda la gruesa vergota en esta posición por varios minutos.
Norma ya tenía su carita toda roja, su tez blanca no lo escondía para nada, entre el interminable mete y saca de
grueso garrote en su caliente
papayita, la joven ya muy desesperada se acariciaba con sus dos manos sus senos, apretándose con sus dedos los pezones, girando desesperada su carita de derecha a izquierda, sintiendo un delicioso escalofrió recorrer su columna vertebral anunciándole el clímax de
esta deliciosa fornicación.
Mientras el garrote, no le daba tregua ni un momento a ese delicioso y caliente bizcochito, al ser presa de su caliente orgasmo.
Norma abría la boca quejándose de puro placer:
- ¡Ah! ¡Me! ¡Vengó! ¡Ah! ¡No pares! ¡Ah! ¡No! -
Luis miraba como la joven abría la boca con los ojos entre cerrados, la hija de puta llegaba al mismo paraíso caminando entre las nubes, mientras ese grueso garrote le seguía
masturbando de una forma divina todo su caliente bizcochito, dando ahora su cuerpo de brincos involuntarios descargando por completo su ardiente orgasmo.
Luis seguía metiendo y sacando su grueso garrote, sintiendo como se contraía el bizcochito en su caliente éxtasis, hasta que por tanta metida y sacada, también fue presa de un
delicioso escalofrió que recorrió toda su espalda, sintió la leche en la punta de su garrote.
Norma ya "volvía a tierra"
entreabriendo sus ojos mirando sacar el grueso garrote de su derramado bizcochito.
Puso Luis las piernas rígidas, su mano derecha ya subía y bajaba de manera rápida sus diez pulgadas, alcanzaba su eyaculación expulsando chorro tras chorro de leche caliente, volando en el aire cayendo en ese delicioso cuerpo que tanto lo excitó, embarrándole los senos, el estómago, los vellos del bizcochito quejándose en su venida con gritos de placer:
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Me Deslechó! ¡Me! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! -
Se agitaba con su mano derecha todo el hinchado garrote, hasta que al final solo lo tallaba en la panochita sintiendo los vellitos acariciar la sensible cabeza, mientras Norma mantenía las piernas levantadas y bien abiertas para él, sonriendo
mirando a su nuevo amigo y amante hacer graciosos gestos en su venida.
- ¿Estás bien? ¿Te gusto mi bizcochito? -
Luis se sentía flotar en su caliente orgasmo, entre abría los ojos mirando la sonrisa de Norma, con su mano se sacaba las últimas gotas de semen, con trabajos le contestó:
-Estas deliciosa Norma, espero que nos volvamos a ver, que rica panochita tienes, que nalgas te cargas mamita. -
Norma ya se sentaba en la orilla del colchón, se puso de pie levantándose de puntas besándolo en los labios, agarrándolo del cabello jalándolo con sus manos hacia ella, preguntándole: - ¿Ya quieres comer? -
Luis sonrió mirándola toda embarrada de leche en su cuerpo, pero a ella no le importó en lo más mínimo, se salió de la recámara completamente desnuda, caminando rumbo al baño del pasillo para limpiarse su cuerpo.
Luis miró esas deliciosas nalgas moverse exagerando su caminar desapareciendo de su vista al salir de la habitación.
Después de unos minutos se acomodaba Luis su camisa cuando Norma regreso desnuda, enseguida la miraba ya ponerse el vestido negro con el que la encontró en la calle,
mientras se vestía el joven le preguntó:
- ¿Porque no adornas tu cuarto con un poster o algo Norma? Se ve muy fría la pared. -
-Bueno, te diré una cosa Luis, me gusta mucho el grupo de rock pop THE SALEM, me gustan todas sus canciones, es más me las se todas amo la canción "mujer y mujer", "alegría tonta", pero mi madre me regaña si pongo un poster de ellos o de cualquier artista, ella es muy estricta en ese sentido, es por nuestra religión. -
Al escuchar estas palabras Luis le expresó;
-Pero. ¿Por qué? Yo en mi tráiler tengo mis pósters de los artistas que admiro. -
-Bueno, tú eres tú, pero en mi religión prohíbe la idolatría, si pongo un poster dirán que los idolatro, así que solo los admiro en silencio, no puedo poner algo de ellos, eso me traería problemas. -
Luis se quedó callado ante la respuesta de ella, solo pensaba preguntándose:
- ¿Qué pinche mamada es esta? Esto si es una putería, sí, que pinche mamada de respuesta me diste, mira esta deliciosa esta pinche puta barata, pero, que alguien me explique.
¿Cómo puede dar la puta las nalgas a un desconocido, pero no puede poner un simple poster en la pared? No entiendo que pinche religión es esta. ¿De qué se trata su pendejo desmadre? -
Hasta que Luis rompió el silencio preguntándole:
-No entiendo. ¿Tu religión te deja coger, pero no idolatrar? No entendí, o sea puedes parar el culo y dejarte coger por quien quieras, pero no puedes poner unos pósters en la
pared por que se enojan. -
- ¡Claro que no pendejo! En mi religión no me dejan ni fornicar, ni puedo adulterar, no puedo tener sexo fuera del matrimonio, está prohibido hacerlo, pero el poster si se ve pegado en la pared, y la pinche cogida que nos dimos no se ve.
¿Quién se va a enterar que me cogiste? Nadie me revisara las pinches nalgas para buscar tu atole, tú me gustaste y no vives aquí, tú te vas y nadie sabrá lo que pasó entre nosotros, todo lo hicimos a
escondidas. ¿Correcto? -
-Bueno, viéndolo de esa manera no afecta a nadie, es más ni se te nota que te acabo de coger tu bizcochito, no perdiste nada. -
- ¡Ya cállate pendejo! Mejor vamos a ver que te invito de desayunar, anda sígueme. -

Gracias por seguirme.
Los invitó a leer mis novelas publicadas aquí en wattpad

La arlequín el cartel Arellano Vázquez. (Erótica)
El pacto. (Erótica de terror)
Los caminos de México de norte a sur. (Erótica)
La TRILOGÍA de Amanda Morton.
"Las profecías del mundo Kawa."
"La salvación de la Tierra."
"Los guerreros de Yutzi." (Fantasía)
Las cartas de "EL CLUB 69 DE ARIES. "Yolanda me contó..." Y "mis raíces familiares". (Erótica)
Las brujas de la montaña, las bestias del infierno. (Terror)
Las muñecas de Lalith, el jardín de las almas perdidas. (Terror)
Negocio redondo, violencia, drogas y sexo el camino a la perdición. (Erótica)
The Salem tour sin fronteras, drogas, sexo y rock pop. (Erótica)

Soy Humberto David Arellano Vázquez. Aries.
davidarellano400











LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES. LA SIRVIENTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora