LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES.
Los caminos de México de norte a sur y la sirvienta.
CAPÍTULO 10 extra.
Luis ahora le colocó sus brazos y sus manos en las piernas de ella, bajándola con cuidado poniendo su espalda sobre la maleta negra, como eran tres las maletas apiladas, le
quedaron sus grandes nalgas a la altura deseada, pero desafiando la gravedad.
Luis con sus dos manos la sostenía para que no se cayera, ahora en esta posición le miraba sus grandes senos, esos pezones, que eran obscuros, grandes y deliciosos, le miraba
toda su papayita que estaba bien abierta, rodeada de vellitos negros que la adornaban, su clítoris estaba muy mojado y salido.
Ella, con su mano derecha, le agarró el duro garrote poniéndose la punta en la entrada de su mojado bizcochito.
Mirando como de un solo empujón le entró hasta el fondo, comenzando otra vez a mover Luis su cadera, disfrutando de ese caliente panochita, escuchando a la chica desespe-
rada decir:
- ¡Ah! ¡Dame! ¡Ah! ¡Muévelo! ¡Ah! ¡Qué rico! ¡Ah! ¡Ah!
-
Entre el delicioso bombeo, miraba Luis los enormes senos moverse de arriba para abajo, Ana cleta entre el zarandeo cerraba los ojos, manoseándose con desesperación sus
senos, se pellizcaba sus pezones y su clítoris, buscaba la muy golosa un nuevo orgasmo.
Después de unos minutos entre
los quejidos ella gritó:
- ¡Ah! ¡Qué rico! ¡Ah! ¡Dame en mi culito, casi me vengó! ¡Dame! ¡Dame! ¡Ah! ¡Ah! -
Al escuchar esta suplica, Luis detuvo los empellones mirando el hermoso cuerpo de la chica, que estaba sudoroso y a punto de estallar en un nuevo orgasmo, le sacó su grueso
garrote que estaba bien mojado, con sus manos la levanto más de su cadera.
Enseguida, Ana cleta se colocó sus manos en cada una de sus nalgas, abriéndoselas mostrándole todo
su pequeño fundillito obscuro que estaba semi abierto por el
consolador que la masturbo tan delicioso.
Él enseguida le colocó la punta de su grueso garrote en la entrada del pequeño fundillito, de un empujón se lo trago la cabrona, mirándole abrir los ojos y la boca escuchándose
unos gritos de puro gusto en el camarote:
- ¡Ah! Mi fundillito ¡Ah! ¡Qué rico! ¡Dame! ¡Ah! ¡Ah! ¡Muévete! ¡Ah! -
No le dijeron dos veces, Luis ya cadereaba adentro de ese delicioso y goloso fundillito, mirando como Ana cleta con sus dos manos se agarraba desesperada sus grandes senos,
pellizcándose con sus dedos sus pezones, miraba ese delicioso y goloso bizcochito entre abierto, adornado de sus vellitos negros.
Ahora ella soltaba uno de sus senos, bajando su mano derecha acariciándose su estómago, bajándola más poniéndola en su clítoris, que estaba muy sensible al tacto. Enseguida, con sus dedos se lo tocó, sintiendo un delicioso golpe
eléctrico que la hizo brincar, pero todavía así comenzó a masturbarse muy suavemente.
Mientras ese grueso garrote ya le entraba ocho pulgadas adentro de su goloso fundillito, los minutos pasaban en esta deliciosa fornicación.
Luis estaba excitándose con los gritos
de la chica, que muy desesperada buscaba un nuevo y caliente orgasmo, sintiendo Luis como se le comenzaba a hinchar su garrote, para derramarse adentro de ese goloso fundillito, que le apretaba bien rico.
En el camarote se mezclaban los gritos de los dos, con la música que se escuchaba:
- ¡Ah! ¡Dame! ¡Ah! ¡Mi fundillito! ¡Ah! ¡Qué rico! ¡No pares! ¡Ah! ¡Así! ¡Ah! ¡Dame! ¡Ah! -
- ¡Oh! ¡Aprietas bien rico! ¡Ah! ¡Te lo tragas bien rico! ¡Ah! ¡Ah! ¡Qué nalguitas tienes! ¡Ah! -
Luis hacia los empujones más rápidos, y fuertes en esas deliciosas y grandes nalgas, mirando a Ana cleta apretar sus dedos de su mano izquierda en su pezón, girando desesperada, su cara de izquierda a derecha, ya sentía un delicioso calor invadir todo su cuerpo, nuevamente le recorría su vértebra llagando hasta el clímax, explotando su caliente orgasmo entre sus piernas, donde su mano derecha le mastur-
baba de una forma divina su clítoris, abriendo la boca gritando su venida:
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Me vengó! ¡Ah! ¡Me! ¡Ah! -
En su venida, su fundillito apretaba el grueso garrote que entraba y salía sin detenerse ni un momento, sintiendo ahora Luis caliente su cuerpo, la leche llego hasta la punta, estaba por alcanzar la eyaculación.
Apretó sus piernas, comenzando a derramarse adentro del pequeño y goloso fundillito, chorro tras chorro de caliente leche se lo inundaban, haciendo más intensa la culminación de esta putita en celo.
Que en ese momento nuevamente caminaba entre las nubes, alcanzando el séptimo cielo, temblando todo su
cuerpo de puro placer con unos espasmos.
Mientras Luis entre los empellones de las nalgas, sentía salir toda su leche
caliente, chorros tras chorro continuaban inundándole todo
su goloso fundillito, que le apretaba de maravilla, se seguía moviendo despacio aunque tenía sus ojos perdidos y su boca entre abierta, mezclándose sus gritos de placer con la música y con los quejidos de su amante en turno.
En la radio se escuchaba, a Gabriel Villegas y serpientes de Durango, con su canción "Amantes prohibidos".
- ¡Ah! ¡Oh! ¡Oh! ¡Trágatelos! ¡Oh! ¡Qué rico aprietas! ¡Ah! ¡Qué nalgas tienes! ¡Ah! -
- ¡No pares! ¡Ah! ¡Mi fundillito! ¡Ah! ¡Ah! ¡Qué rico! -
Hasta que poco a poco comenzó a detenerse Luis, temblándole las piernas en su venida, quedando aún nueve pulgadas del garrote adentro del fundillito, mirando a Ana cleta
reaccionar ya regresando a "tierra".
Luis con sus manos le sostenía sus piernotas, mirándole sus grandes senos que se le veían bien hinchados después de sus calientes orgasmos, ella se le quedo mirando diciéndole:
-Coges de maravilla Luis, hay mi fundillito está bien trabado, que rico. -
Él sonrió mandándole un beso, moviendo un poco su cadera, muy despacio gozaba los últimos momentos adentro de ese delicioso fundillito, hasta que la escuchó decir:
-Ya bájame goloso, libérame mi culito que me empieza a doler. -
-Estas bien deliciosa Ana, espero antes de irme a otro lugar poder volverte a ver, para coger otra vez contigo. ¿No te gustaría? -
- ¡Claro! ¿Por qué no? ¿Sabías que mi prima Angélica y yo somos muy putas? -
Al escuchar esta pregunta. Luis enseguida sonrió negando con la cabeza contestándole:
-No... no lo sabía, vieras que ni me había dado cuenta, aunque paran igual las nalgas para que se las cojan. -
En seguida le sacó su garrote de su fundillito, continuaba sosteniéndole las piernas con sus manos, mirando lo abierto que tenía su fundillito después de la cogida, comenzándole a salir la leche caliente de este, cayendo unas gotas al piso del camarote.
Bajó con cuidado Luis a la chica hasta que puso ella sus pies en el piso.
Ana cleta sonriendo, enseguida se colocó su mano derecha entre sus nalgas, embarrándose los dedos de la leche caliente que aún se le escurría, preguntándole:
- ¿Tienes papel o algo para limpiarme mi culito? -
-Déjame ver, por aquí tengo papel higiénico. -
Luis buscó en una caja que tenía en su camerino, dándole un rollo de papel higiénico en su mano, miró muy detenidamente ese hermoso cuerpo desnudo, digno de una hermosa diosa azteca, preguntándole:
- ¿Me dejas tomarte una fotografía para el recuerdo? -
Ella mientras se limpiaba, volteó a mirar los pósters, viendo las fotografías de las mujeres, después lo miró directo a la cara, contestándole: -Pinche maníaco, coleccionas a las
mujeres que te vas cogiendo. ¿Verdad cabrón? -
Luis continuaba mirándola con una sonrisa, admiraba cada centímetro de ese hermoso cuerpo desnudo que lo deslechó con tanto placer, después de pensar por unos segundos, le contestó:
-Prefiero tener sus fotografías que dejarles hijos de recuerdos. -
- ¡Pinche sínico! No me niegas a verte cogido a todas esas mujeres, incluyendo a mi hermosa prima-hermana, Angélica, ahora también quieres presumir a otras mujeres que me cogiste aquí en tu tráiler, que en esta esquina me abriste
de nalgas y te deslechaste en mi fundillito. -
-Vamos amor, no seas moralista, solo quiero una fotografía para el recuerdo. -
Ella lo miró directo a la cara, pero no le contestó, se terminó de limpiar su cuerpo con el papel, poniéndose enseguida su minifalda negra, se puso su brasier y su blusita negra, acomodándose sus grandes senos, que amenazaban con salirse.
Entonces, estiró su brazo derecho sosteniendo su tanguita blanca en su mano, le expresó:
-Tómame la fotografía y quédate con mi tanguita de trofeo, te la haz ganado, gracias por traer mi paquete, me harán muy feliz cada que lo use eso te lo garantizo. -
Él sonrió ante el comentario de la chica, extendió su mano derecha recibiendo su tanguita, enseguida miraba la pequeña panti blanca, se la colocó en su nariz y en su boca
respirando profundo, después se acercó a ella besándole los labios, al terminar su largo beso le decía:
-Gracias, los conservaré por siempre en mi cofre de los tesoros. -
Enseguida se agachó Luis abriendo su maletita negra, en donde estaba guardada su cámara fotográfica, y en donde también tenía guardada, la tanguita negra de Norma Vergara.
Puso adentro la tanguita blanca de Ana cleta, cerrando la maleta, para que no fuera a ver la otra tanguita y se diera cuenta que tenía otro trofeo.
Rápido, Luis se enderezó mostrándole su cámara a la chica, quien le preguntó:
- ¿Por qué no tienes un poster de
serpientes de Durango? -
El trailero sosteniendo la cámara le contestó:
-Te prometo Ana, buscar y conseguir un poster de la banda serpientes de Durango, para pegarlo en mi camarote y acordarme siempre de ti. -
-Está bien, eres buen perro Luis, ya tómame la fotografía y la pegas junto a mi prima Angélica en el poster del
"TSUNAMI", el grupo de rock pop THE SALEM. -
Luis sonrió al escuchar este comentario, preguntándole:
- ¿Ya te enteraste de las noticias? Sí que fue un gran desmadre. -
- ¡Claro! Amo a este grupo musical, el mago, la gitana, la hechicera y mi hermosa bruja... -
Luis levantó su cámara enfocando esa pícara sonrisa, y a los dos enormes senos morenos de la joven, quien le brindo mucho placer, con ese hermoso cuerpo.
Ana cleta sintió el
flasheo azul de la cámara escuchando el clic. Enseguida, ella se inclinó agarrando la caja y metiendo el consolador azul en está, preguntándole:
- ¿Me dejas ir a mi casa a dejar
mi caja? -
- ¡Claro amor! Aquí te espero, me tengo que vestir. -
Le contestó el chofer sosteniendo la fotografía con su mano derecha, que se empezaba aclarar para pegarla en el poster.
Luis se agachó dejando la cámara en la maletita, enseguida se enderezaba con un plumón en la mano izquierda,
ella se acercó besándolo en los labios, con su mano izquierda lo agarró de los huevos apretándoselos un poco, sonriendo muy coqueta le expresó:
-No me tardaré mi amor. -
-Oye, me firmas tu fotografía. -
Le pidió Luis mostrándole el marcador negro, ella dándole la caja enseguida agarró con su mano izquierda la fotografía, y el plumón lo agarró con su mano derecha preguntándole:
- ¿Cómo te apellidas? Luis... ¿Qué? -
-Luis Estrada Camacho. -
Al escuchar sus apellidos la joven empezó a escribir:
"Para mi amigo Luis Estrada que vive en los caminos de México de norte a sur, tu amiga Ana Montes."
- ¿En qué poster pongo tu fotografía? -
Ella volteó a ver los pósters por un momento, entonces le contestó:
-Ya te dije que la pongas junto a la de mi prima Angélica, con el grupo de rock pop THE SALEM...
¡Mira! Aquí tienes tu fotografía. ¿Me das mi caja por favor? -
-Aquí tienes tu caja amor, gracias por tu autógrafo y tu pequeña tanguita la guardare como algo muy especial, como un trofeo. -
Ella recibió en sus manos su caja, enseguida, se daba la vuelta caminando unos pasos saliendo del camerino del tráiler, sintiendo la mano de él, agarrarle de nuevo las nalgas, ya pasándose a la cabina del tráiler.
Con una gran sonrisa de satisfacción se sentó en el asiento del copiloto, abrió la puerta bajándose con cuidado del tráiler, cruzando enseguida la
calle hasta su casa.
Cinco minutos después, regresaba Ana cleta, mirando a Luis que ya estaba en el volante del tráiler, se encontraba fumando un cigarro Cáncer Filters 100's.M.R. escuchando
tranquilo el radio, en donde el comercial decía:
-Para ese día tan caluroso, nada mejor que tomar una cerveza Guante al Hígado. M.R. bien fría, con su noqueante sabor que te refresca M.R. de la cervecería tres pasos orgullosamente mexicana... tome con medida. -
Regresamos mis amigos con la música que a ustedes les agrada, este es el dúo llamado J.J De Jerez Jaqueline Jiménez y Janeth Juárez, esta bachata que se titula "recuerdos de un
amor".
Luis estaba muy pensativo
escuchando la radio, mientras Ana cleta regresaba cruzando la
polvorienta calle, llegando hasta la puerta del copiloto, la joven con su mano derecha abrió la puerta, subiéndose al tráiler con mucha dificulta, cuando se sentó enseguida cerró la puerta giró su cabeza
mirándolo muy seria por un momento. Le reclamó:
- ¡Pinche ojete! Ya se te enfrió la cola. ¿Verdad? Ahora sí, que se maté, o que se suba como pueda la pendeja, qué más da pues. ¡Ya dono las nalgas la pinche putita! ¿No?... -
Al escuchar la queja, Luis parpadeo reaccionando de inmediato volteando su cara para ver a la joven, expresando:
- ¡No!... no es cierto, se me fue amor, estaba yo escuchando la radio y se me fue la onda, perdóname Ana...
sé que debí bajarme y ayudarte para que te subieras...
por favor perdóname. -
Ella escuchaba viéndolo apenado, le contestó:
-No te preocupes a lo mejor no nos volvemos a ver, pero ya se lo pinche ojete que tú eres con las mujeres...
culero. -
Luis no sabiendo como enmendar su error le decía:
-Perdóname Ana, mira, dejamos la carga y te llevo a tu mandado y te regreso a tu casa... -
-Ay gracias, pero de seguro que la pendeja suba sus bolsas del mandado. ¿Verdad? Porque no se vaya a herniar el varoncito por cargarlas, si me cuesta trabajo subir sola al pinche tráiler, ahora con las pinches bolsas cargadas con lo que compre, pues nada más te arrancas y me dejarás en el mercado como tu pendeja, no más mirando cómo entre el polvo te alejas de mí cabrón. -
- ¡No! Ya perdóname mi amor, no mames... es que no mames. ¿Quién te aguanta? ¿Quién eres Ana? No te enojes, mira escúchame, descargaré en la bodega de cartón y cajas
S.A de C.V. y de ahí te llevo y te cargo todo tu mandado mi vida hermosa. -
Diciendo esto. Luis metió la velocidad a su tráiler moviéndose del lugar antes que más se enojara y se bajara Ana cleta, quien empezó a sonreír, diciéndole:
-Aquí en mi pueblo mandamos todas las mujeres, y te aguantas cabrón.
¿Me oíste? Deberías de ver cómo me traigo al pinche Melquiades. -
-Ja jajá Melquiades ja jajá se oye re piñata ese nombre, ja jajá. ¿Es tu marido? -
Ante las risas Ana cleta puso una cara seria contestándole:
-No, yo soy soltera, Melquiades es mi primo-hermano, cuando tú llegaste estaba él en el establo trabajando el cabrón. -
-Tú me asustas Ana, uno cogiendo afuera de tu casa, y no te pregunte si eras casada, soltera, viuda, divorciada o que pedo contigo. -
-La verdad, si no hubiera habido nadie en mi casa, te hubiera pasado a mi recámara para coger, y hasta te invitaba a chingarte un taco, yo soy quien más cocina en mi casa,
bueno, a veces me ayuda mi mamá Pancha o mi tía Gladiola,
y por cierto Luis. ¿Tú eres casado? -
- ¡No! Viva la paz, amo mi libertad, imagínate, una esposa como tú, si ya esperaba que me golpearas por no ayudarte a subir al tráiler... deberás se me paso, no fue mi intención
dejarte subir sola. -
-Es bueno, que conozcas a la mujer en todas sus etapas.
¿Cómo no te quejaste por lo caliente y puta que soy cuando cogimos? Como no dijiste, por tu culito no mi amor, porque te vaya a lastimar, apenas te conozco y no quiero lastimarte,
ahí si cabrón, te valió pura madre, y tres kilos de verdura, valiendo tres metros de verga, dásela por el culo es de ella no es mío, que sufra la cabrona.
¿No? Me metiste el pinche consolador y tu pinche garrote en mi culito. ¿Verdad? Y dijiste ¡Trágatelo puta! ¡Trágueselo hasta que se derrame, pinche zorra calenturienta! ¡Ándele
quería andar de pinche puta facilona! ¡Quería donar las nalgas! ¡Trágueselo todo, pinche puta en celo! -
-Pues... pues... pues, tú no te quejaste, creí que lo gozabas...
es más, tú misma me lo pediste, me dijiste: dame por mi culito, pensé que te gustaba como te estaba sodomizando, apenas te conozco... okey Ana, cometí un error por no ayudarte a subir al tráiler, perdóname, sabes, por eso soy soltero, para no pelear con nadie, hoy estamos juntos y algún día nos volveremos a ver, algún día... y se acabó solo
pasémosla bien por ahorita, ¡Vale! -
Ante lo que escuchaba del trailero, ella se le quedo mirando muy seria refutándole:
-Imagínate cabrón, que fuera yo tu esposa, y te encontrará tus pinches fotografías pegadas en tu puto camarote, con ese bonche de pinches putas de mierda, culos guangos,
que presumes avértelas abierto de nalgas y cogido, además, haber aceptado unas pinches pantaletas por trofeos. -
-Oye, cuidado con lo que hablas, ahí está la foto de tu prima-hermana Angélica, y nota lo que estás diciendo. -
-El que sea de mi familia, no le quita lo puta a la cabrona, si está ahí pegada, es porque ya te donó las pinches nalgas o... ¿Me dirás mentirosa cabrón? -
-Sabes, tú ya me asustaste, realmente. ¿Quién eres Ana
Cleta? Apenas te conozco, y te estas poniendo muy histérica, ya perdóname, me apendeje por un momento, y no te ayude a subir al tráiler, perdóname por favor. -
- ¡Ah! Ahora te asusto y apenas me conoces. ¿Cómo no te asuste, cuando me tenías desnuda recargada en las maletas, con tu garrote entre mis nalgas? ¿Cómo no te asustaste, cuando me abrí de nalgas? ¿Por qué no saliste corriendo espantado? ¡Ay mi dios! ¡Esta puta quiere garrote por el culo! ¡Sálvame señor! -
-Me rindo Ana, perdóname por no ayudarte a subir. Dime. ¿Qué quieres escuchar de mí? -
Ella lo miró por un momento, y muy coqueta le contestó:
-Nada no quiero escuchar nada de ti... ¿Me darías un beso? -
Él, la miró con su sonrisa otra vez en sus labios, mientras manejaba, acercó su cara besándola en la boca, enseguida ella le preguntó:
- ¿Me cogerías otra vez? -
Luis por un momento miró el camino en el que manejaba, al escuchar la pregunta, volteó a verla contestándole:
-Eres muy bonita, pareces una diosa azteca, me gustaste mucho, y si te cogería otra vez. -
Para su sorpresa de él, le dio un fuerte golpe con el puño cerrado en el brazo, a la altura del hombro, gritándole:
- ¡Ahí si olvidaste el miedo! ¿Verdad cabrón? Ahí si te cogería otra vez. ¿Verdad? No te espantaste de quien reamente soy. ¿Verdad? Hijito de la chingada. -
Sorprendido al sentir el golpe, el trailero volteó a mirarla
gritando: - ¡Ay! ¡Me dolió! Tú eres muy especial muñequi-
ta. ¿Lo sabias? -
- ¡Claro que lo soy! Soy muy especial... yo soy especial,553
entérate de eso. -
Lo miró Ana cleta detenidamente, él se sobaba el hombro
con su mano izquierda mirando el camino. Pasaron los mi-
nutos hablando en el calle que pasaban, cuando Luis volteó
de nuevo a mirarla ella le preguntó: - ¿Te casarías conmi-
go? -Está historia continuará...
Gracias por seguirme.
Los invitó a leer mis novelas publicadas aquí en wattpad
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davidarellano400
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LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES. LA SIRVIENTA.
General FictionDespués de terminada la novela erótica titulada: NEGOCIO REDONDO violencia, drogas y sexo el ca- mino a la perdición. Ahora solo queda leer, estas historias eróticas tituladas: Las cartas de EL CLUB 69 DE ARIES. En donde las personas dan su punto d...