GOZANDO A LA SIRVIENTA.

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LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES.

Los caminos de México de norte a sur y la sirvienta.

CAPÍTULO 5 extra.

Alicia sonrió al escuchar estas falsas promesas. Fumaba de vuelta su cigarro mirando la cara del joven, lo corrigió diciendo:
-Me bajaré sin una caricia, porque si me tocas el rasguñado serás tú. -
Luis sonriendo bajó su mano derecha poniéndola en el estéreo, le subió al radio para poner música y hacer ameno el camino.
Terminaba la canción "vida mía" del grupo serpientes de Durango, el locutor empezó a decir:
-Continuamos con su estación, radio juventud 1780 de F.M. como ya les informamos desde las dos de la tarde se hizo formal la noticia, el senador y que ahora ya era presidente de los Estados Unidos, Rogelio Villagrán murió en su casa a la una de la tarde, a pesar que había muchos guardias cuidando toda la vivienda, se dice que en la recámara matrimonial se oyeron dos disparos.
Tal parece, que Rogelio Villagrán asesino a su esposa Esther Franco, la que sería la primera dama de este país, la mató con una pistola calibre treinta y ocho, y enseguida se dio un tiro en la cabeza, estaban los dos cuerpos tirados en medio de la recámara, que tragedia es esta mis amigos, les mantendremos informados de los cambios de información que tengamos, nuestro más sentido pésame con estas malas noticias.
Ahora, nosotros continuamos con nuestra programación regular, en este momento nos canta Jorge Morales Sierra, el rey del acordeón, que ya está por grabar su nuevo material
discográfico en un estudio en California, por el momento esto que se titula "las horas sin ti" súbele a tu radio, estas en la frecuencia perfecta radio juventud 1780 de F.M. -
-Se murió el senador Rogelio. ¿Escuchaste Luis? -
-Se suicidó, ya lo habían dicho cuando manejaba, es la última noticia ahorita, porque en la noche lo balearon en la pierna, en la madrugada le mataron a su hija Diana.
Y ahora, ya está muerto junto con su esposa Esther. ¿Tú lo puedes creer Alicia? Ya era el presidente de una nación y mira ahora, se quedó sin nada, lo que abarca la palabra nada. -
-Me dio gusto saber, que un hispano ocuparía el mandato en Estados Unidos, pero ahora todo se acabó, el sueño se terminó de la noche a la mañana. -
- ¡Que puta vida! Era un hombre bueno, lo platique con una amiga de nombre Norma, estaba también muy triste ella, por la muerte de su hija Diana Villagrán. -
-Pues, si es una mala noticia para todos los hispanos en Estados Unidos. -
Después de intercambiar sus puntos de vista, Luis puso en movimiento el tráiler, entrando a la carretera platicando los dos jóvenes.
Luis miraba hacia el camino y a veces volteaba a mirar a la pelirroja. Observándole detenidamente los
enormes senos de piel blanca que se cargaba, después miraba la cara de la chica.
Alicia entre la plática se acomodó abriendo sus blancas piernas, poniendo sus nalgas casi hasta la orilla del sillón recargando toda su espalda en el asiento, cuando Luis volteó de nuevo para mirarla, ella bajo su mano derecha acariciándose encima del short su bizcochito, volteando a ver la cara de Luis.
Quien tenía su vista en la mano que acariciaba la papayita, no creyendo lo que veía.
Enseguida, puso su vista en la cara de Alicia mirando su sonrisa pícara. Ella le expresó:
-Mira a la carretera pendejo o chocaremos. ¿Qué? ¿Quieres ver cómo me masturbo mi bizcochito? -
-Eres una loca, estoy manejando... no me distraigas por favor, deja de manosearte la panocha. -
-Ya noté que estas manejando, pero no dejas de mirarme ni un minuto los senos. ¿Te gustan? ¿Son grandes? No
respondas porque se supone que estas manejando, tu trabajo es ver la carretera, y no estar volteando para verme a cada momento, que es lo que hago o como se me zangolotean los
senos con el movimiento de la carretera. -
El trailero trago saliva, ahora, volteando a ver el camino, no evitando regresar de nuevo su cara, mirando los grandes y blancos senos, bajando la vista, viendo la mano derecha de Alicia, que seguía con su mano abierta acariciándose todo su
bizcochito tallándose el short con la palma de su mano.
Con nervios Luis le contestó:
-Claro que me gustan tus senos, son enormes, son grandes, son deliciosos, son mega milk, me gustas mucho, porque tienes un cuerpo hermoso y eso tú ya lo sabes. -
No quitaba la vista de ella mientras manejaba el tráiler, mirando solo por dos o tres segundos la carretera y giraba de nuevo volteando a verla, sin esperarlo.
Alicia quitó la mano de su bizcochito, ahora con sus dos manos se agarraba su camiseta blanca, enseguida la muy atrevida se la quitaba por completo, tirando sus lentes obscuros al sacarla de su cabeza.
Enseguida, la aventó en el tablero volteando a verlo con una sonrisa. Luis miró el brasier que sostenía las dos bolotas de carne gritando:
- ¡No mames! ¿Qué estás haciendo? ¡No mames! ¡Mira esas cositas! -
- ¿Cositas? ¿Les llamas en diminutivo? ¿Cositas? Tú dijiste son enormes, son grandes, son deliciosos, son mega milk. ¿No son grandes? -
Le preguntó Alicia, quien con su pícara sonrisa lo volteó a ver, le sonrió quitándose ahora su brasier que era de color blanco, dejando al aire libre sus dos grandes senos, dejándole ver al trailero sus pezones que eran grandes y rosas, se
antojaba para mamarlos, chuparlos, lamerlos una y otra vez sin despegarse de estos por un buen rato.
- ¡Su puta madre! ¡Están deliciosos! ¿Qué estás haciendo pelirroja? -
- ¡Mira la carretera pendejo! ¡Me llamo Alicia! ¡Alicia! ¡No pelirroja! -
Luis rápido enderezó su cara mirando a la carretera, ya el tráiler comenzaba a pisar el acotamiento por su falta de concentración en el camino.
Él con sus manos agarraba duro el
volante centrando el tráiler en el carril de la carretera, volteó su cara con una sonrisa nerviosa.
Ahora, Luis veía que Alicia con sus dos manos se había quitado su pequeño short azul, quedándose solo con su mini tanguita de color negra, que apenas le cubría, ese delicioso
bizcochito.
Tragando saliva Luis no creyéndolo le preguntó:
- ¿Qué haces? ¿Te vas a encuerar aquí? ¿Estás loca? -
Alicia sin responderle, recargaba toda su espalda en el respaldo, enseguida levantó su cintura, y con sus dos manos se quitaba su tanguita dejándole ver ahora todo su cuerpo completamente desnudo, manteniendo su sonrisa, volteó ella su cara para ver lo, contestándole:
-No estoy loca, estoy caliente... muy caliente, y tú me gustaste mucho. -
El trailero con una sonrisa nerviosa, volteaba su cara una y otra vez, mirándole de lleno su bizcochito que estaba bien rasurado, era una rajita rosita simplemente se le veía delicioso.
Mientras Alicia dibujaba una sonrisa pícara en su cara, estiró su mano izquierda, agarrando la cajetilla de cigarros cáncer filters ® poniéndose un cigarro en la boca.
Sacó la chispa el encendedor prendiéndose la flama, encendiendo el cigarro de inmediato, aspiró profundo.
Enseguida sacó el humo por la boca, se recargo en el asiento abriendo sus piernas de par en par sin la menor pena, con su mano izquierda usaba sus dedos, muy despacito se abría su
bizcochito sobándoselo muy suavemente, masturbándoselo con mucha delicadeza.
Luis al mirar cómo se acariciaba toda su papayita, sabía que esta cabrona se masturbaría hasta venirse, ahora para gozar ese delicioso cuerpo decidió, estacionar el tráiler buscando un lugar en el camino.
Pero rápido, cinco minutos después, se estacionaba en un ancho acotamiento, enseguida ponía el freno de estacionamiento, mirándola a la cara le preguntó:
- ¿Me prometes no rasguñarme si te toco? -
Alicia, ahora, tenía los pies subidos en el tablero, estaba con las dos piernas bien separadas, con su mano derecha se seguía masturbando todo su bizcochito, el cual ya brillaba de lo mojado que lo tenía, ella volteó a mirarlo, ya tenía su carita bien roja, tal parecía que casi alcanzaba el clímax.
Le respondió:
-Si me desnude, es para que me jodas toda mi papayita, y me chupes mis senos, para que me acaricies todo mi cuerpo, yo no te golpearé, ni te rasguñare, te prometo que seré toda tú ya. -
-Está bien cabroncita, pero pásate para el camarote, estaremos más cómodos. -
Alicia sonriendo bajaba los pies, se acercó a él para besarlo en la boca, fundiéndose los dos en un desesperado beso, probando Luis los labios de su nueva aventura.
Ahora, estiraba sus manos tocándole los enormes senos, que eran de piel
blanca y muy suave, bajó su mano derecha acariciándole de lleno todo el bizcochito, que ya estaba sumamente mojado y listo para fornicar, entonces le expresó:
-Vamos Alicia pasémonos para atrás. -
Luis se pasó primero al camarote, con sus manos hacia a un lado las cortinas negras que lo cubrían, enseguida, Alicia entró al camarote, mirando por un momento los poster y las
fotografías instantáneas de otras chicas, con su nombre y firma en estos.
Mientras ella miraba el pequeño lugar. Luis con cuidado en una esquina ponía las tres maletas negras apilándolas una sobre la otra.
Al terminar de acomodarlas, le comentó:
-Híncate Alicia sobre las maletas, tus deliciosas nalgas quedaran a buena altura. -
Ella al escuchar esta propuesta, lo beso en los labios una y otra vez, sintiendo las barbas y el bigote frotar suavemente su cara.
Luis con mucha lujuria le beso la cara, el cuello, los senos, después bajó más sus labios chupándole y lamiendo cada pezón, que era delicioso y suavecito, mientras los chupaba, bajaba sus dos manos acariciándole de lleno las nalgas que ella tenía, se sentían duras, firmes simplemente eran deliciosas.
Después de recorrer su cuerpo con caricias, le volvió a decir:
-Vamos híncate preciosa, te besaré tus deliciosas nalgas, me gustan mucho, en verdad están enormes, quisiera fueran mías de por vida. -
- ¿De por vida quisieras tener mi culo? Tú estás bien pinche loco. -
Después de decírselo, ella le obedeció al instante, arrodillándose sobre las maletas, ahora Luis pudo ver que no se equivocó al decir, deliciosas nalgas, al hincarse ya estaban en su máximo esplendor, sí, eran en verdad muy grandes y blancas.
Luis se agachó, tocándole las nalgas con sus dos manos, abriéndoselas muy despacio, admirando el pequeño fundillito rosa, que estaba hundido entre estas, acercó su boca sacando su lengua, lamiéndola una y otra vez en todo el delicioso fundillito.
Mientras con sus dos manos suavemente le acariciaba las grandes nalgas.
Alicia solo se empinaba más, para dejar bien paradas sus hermosas nalgas, y que su amante en turno, la hiciera suya como él quisiera, hasta que Luis, después de unos minutos
dejó de manosearle las grandes nalgas, y de chuparle todo su
pequeño fundillito, quedándole bien mamado y bien lamido.
Ahora, el trailero se levantó quitándose con prisa y mucha torpeza la ropa, no perdiendo de vista a la hermosa joven que esperaba ya ser cogida por él.
Alicia seguía estando de rodillas, también volteaba a mirar el cuerpo que él tenía, al quitarse sus calzones estaba viéndole muy atenta el garrote, que estaba ya bien erecto, eran diez gruesas pulgadas de duro garrote, que le daría placer en su bizcochito.
Al quedar desnudo dio unos pasos quedando detrás de ella, con su mano derecha con los dedos le acarició toda su papayita, que estaba ya bien mojada, metiéndole ahora muy
suavemente la punta de los dedos. Enseguida, Luis con su mano izquierda se agitó su garrote poniéndolo más duro.
Colocándole la punta en el bizcochito sintiéndolo muy calientito, empujó despacio y de inmediato se separaron los labios vaginales, recibiendo en el primer empujón solo cinco pulgadas de grueso garrote, haciendo que se quejara la chica de placer:
- ¡Ah! Mi bizcochito ¡Ah! ¡Húndemelo! ¡Ah! -
Sintió delicioso entrar en esa caliente papayita, ahora el trailero le colocó sus dos manos en la cinturita, enseguida comenzaba a bombear el caliente bizcochito con su garrote,
una y otra vez.
Mientras Alicia le paraba más las nalgas, quejándose la muy puta de placer, en ese delicioso mete y saca
de delicioso, grueso y duro garrote.
Sus dos senos se le balanceaban de adelante hacia atrás, ante los empellones que recibía entre sus nalgas, sintiendo ella con cada empujón, entrarle más y más adentro de su bizcochito.
- ¡Oh! Estas deliciosa Alicia ¡Ah! Que ricas nalgas tienes ¡Ah! -
Le metía casi nueve pulgadas de su garrote en medio de sus enormes nalgas, estas de lo grande que las tenía no le dejaban entrar todo su garrote, después de unos minutos se
detuvo un poco.
Luis recargándose sobre la espalda de Alicia, con sus dos manos de una forma desesperada le acariciaba los enormes senos, apretándole con sus dedos muy suavemente los pezones, sin dejar ni un momento de caderear en esas nalgas que lo excitaban más a cada momento.
Alicia de forma sensual, volteaba su cara, escuchaba la respiración agitada de Luis, encontrándose con la cara de él, que estaba de lado, dándose un beso en los labios, mientras sus manos recorrían todo su cuerpo, después de un momento Luis se enderezó, quitándose de la espalda de ella.
Ahora le agarraba las nalgas abriéndolas con sus manos, mirando detenidamente ese pequeño fundillito, que se antojaba chuparlo una vez más.
Luis le dio una fuerte nalgada, que retumbo en el camarote, se llevó dos dedos a la boca chupándoselos, llenándolos muy bien de saliva, enseguida con sus manos de nuevo le abrió las nalgas, mirando el pequeño fundillito que estaba hundido entre estas, mientras con su garrote le seguía bombeando el bizcochito, le metió el dedo índice en el fundillito.
Enseguida, le metió el dedo medio hundiéndoselo hasta a dentro, escuchando Alicia quejarse al sentirlos penetrar en su culito:
- ¡Ah! ¡Qué rico! ¡Que me haces en mi fundillito! ¡Ah! ¡Que rico! ¡Ah! -
Luis casi sacaba sus dedos del fundillito, y le metía hasta donde podía su garrote en el bizcochito, después casi le sacaba su garrote, y le hundía los dos dedos haciéndola temblar de placer.
Sin que ella lo notara le metió tres dedos en el apretado fundillito, Alicia sentía como aumentaba el calor en su cuerpo, apretaba sus manos sintiendo anunciarse su culminación en este delicioso acto sexual.
Mientras, las deliciosas e interminables metidas de garrote y los dedos no acababan, después de dos minutos de estar en esta posición, sintió un delicioso escalofrió recorrer toda su espalda, su vientre estaba hirviendo.
Luis sintió algo muy caliente en su garrote, enseguida se lo sacó de su bizcochito, dejándole solo los dedos dentro del pequeño fundillito, continuando masturbándola de una forma divina.
Alicia estallaba a gritos, en su caliente clímax, explotando el orgasmo entre sus piernas, anunciándoselo al mundo:
- ¡Ah! ¡Ah! ¡Me vengó! ¡Me! ¡Ah! ¡Ah! -
Esta puta, cerraba los ojos y abría la boca, entre los deliciosos escalofríos que recorrían todo su cuerpo caliente, comenzó a soltar chorros de líquido caliente por su bizcochito, como si se estuviera meando, la muy puta se venía en su caliente orgasmo mojando todo a su alrededor.
Con su culminación se entre abrían los labios vaginales, soltando los chorros y chorros, que salían de la panochita, embarrándose los muslos, el piso, el garrote, salpicando las
maletas era un increíble orgasmo que tenía esta mujer.
Luis se agachó un poco, mirando no creyendo todo este desmadre que en segundos, hacia ella en su camarote, pero, valiéndole madre, después del sorprendente orgasmo, le metió otra vez su garrote en la mojada papayita, sintiéndola muy caliente y babosa, ahora le sacó los dedos del fundillito, agarrándose con las dos manos de la caderita, metiéndole de forma más rápida su grueso garrote.
Hasta donde esas deliciosas nalgas se lo permitían, rebotándole los huevos a cada nuevo empellón, escuchando los gritos de Alicia que no paraban ante su potente orgasmo.
Ahora, sintiendo más liquido caliente, salir de su papayita mojándole los huevos y todo su grueso garrote, pero él no se detenía de bombear el derramado y caliente bizcochito.
- ¡Ah! ¡No te detengas! ¡No! ¡Ah! ¡Me! ¡Ah! -
Decía Alicia desesperada, agitando su cara de izquierda a derecha, siendo presa de otro delicioso orgasmo.
Luis no se detenía hasta que comenzó a sentir un calor invadir todo su
cuerpo, apretó sus piernas sintiendo la leche en la punta, dándole seis bombeadas más en el bizcochito, enseguida le sacó su garrote agitándolo con su mano derecha alcanzando el clímax con su eyaculación.
Bajó la vista no creyéndolo Alicia con su mano derecha se masturbaba su papayita, mirando salir más liquido caliente del bizcochito cayendo este embarrando todo el piso.
Entonces, Luis sintió salir de su garrote potentes chorros de caliente esperma batiéndole las nalgas y la espalda a su amante en turno.
- ¡Ah! Estas deliciosa ¡Ah! ¡Ah! ¡Qué nalgas! ¡Ah! -
Se quejaba en su venida, con su mano izquierda le acariciaba las nalgas abriéndoselas un poco, colocándole su derramado garrote, tallándole la gruesa punta en todo su apretado fundillito, embarrándolo de leche caliente.
Alicia empinada "aterrizaba a tierra" ahora volteó a mirarlo viendo como él abría la boca, temblando de pies a cabeza al explotar en su éxtasis, mientras le restregaba su garrote
entre sus grandes nalgas, caminando a un entre las nubes disfrutando el clímax, después de un minuto se quedaron los dos quietos, ella le preguntó:
- ¿Te gustaron mis nalgas? ¿Te gusta mi cuerpo? -
Él, al escuchar las preguntas, aún con su vista perdida le sonrió tratando de enfocar en la cara de ella, entonces le contestó:
-Desde que te vi de espaldas, me encantaron tus nalgas, la verdad, están deliciosas, nunca me imaginé tenerte encuerada y bien empinada, pero mira, que delicioso desmadre hiciste, parece que te measte aquí adentro, esta mamada solo la había visto en los videos pornográficos, nunca creí que fuera real que mojaran todo al venirse. -
-Pues ahora ya viste que es real, siempre me vengo mojándome todo bien rico. -
Luis le dio un beso en los labios, acariciándole con sus manos los grandes senos que estaban bien hinchados, enseguida buscó en la orilla del camarote, encontrando una jerga roja poniéndola en el piso para secarlo, dándole enseguida, un rollo de papel higiénico, para que la chica se limpiara las nalgas y la espalda de su leche caliente, recibiéndolo ella en su mano derecha comenzándose a limpiar.
Ahora, con una sonrisa Alicia le preguntó:
- ¿Crees que solo los hombres pueden embarrar y hacer un desmadre cuando cogen? Todas tenemos derecho de hacer nuestro desmadre, cuando cogemos. -
-No, pero me sorprendiste al venirte así, la verdad me encantó ¿Me ves quejándome? Es fantástico, acaso. ¿Me quejó por batirse mi piso? Me mojaste hasta los pinches huevos, ja jajá pinche cabrona ja jajá, me gustó esta cogida que nos dimos. -
La joven Alicia, también rio ante el comentario, limpiándose su cuerpo de los espermas que tenía embarrados. Enseguida con la jerga, limpiaba lo salpicado de sus maletas.

Gracias por seguirme.
Los invitó a leer mis novelas publicadas aquí en wattpad

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Soy Humberto David Arellano Vázquez. Aries.
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