LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES.
Los caminos de México de norte a sur y la sirvienta.
CAPÍTULO 17 extra.
Ella reaccionando se colocó su dedo índice en su clítoris, que estaba al rojo vivo y muy sensible al tacto, haciéndola brincar al tocárselo.
Ahora con el garrote en su fundillito, le desencadeno otro caliente orgasmo, siendo el cuerpo de ella presa, de unos incontenibles temblores y deliciosos escalofríos,
Llegando por tercera vez al clímax, apretándole de una forma deliciosa ese grueso garrote, que más se hinchaba adentro del apretado fundillito.
Escuchándose más gritos de placer:
- ¡Ah! ¡Qué rico! ¡Ah! ¡Me! ¡Ah! ¡Vengó! ¡Ah! -
Excitándolo más los gritos de placer de su nueva amante.
Luis sin detenerse de caderear, ni un segundo, entre ese par de nalgas, sintió un delicioso calor recorrer su vértebra, anunciándole ya su eyaculación.
Ahora metió y sacó más rápido su garrote, dándole otras tres fuertes nalgadas a Graciela, dejándole esas nalgas, bien rojas y con su palma marcada.
El trailero puso sus piernas rígidas, en ese momento alcanzaba el clímax, su leche llegaba a la punta del garrote,
mirando ese par de nalgas, que ahora tenía enfrente, como se tragaba ese goloso fundillito todo su grueso garrote, sin ninguna protesta.
Escuchaba los quejidos de esta puta en celo, que no paraba de derramarse, y ahora.
¡Bum! Luis, en la habitación gritó, al sentir salir su semen:
- ¡Ah! ¡Me vengó! ¡Ah! ¡En tus nalgas! ¡Ah! ¡Me! ¡Ah! ¡Ah! -
Comenzó a eyacular adentro del fundillito, que se contraía con el caliente orgasmo de la mujer, soltando unos potentes chorros de leche caliente.
Entre ese delicioso mete y saca, salía chorro tras chorro de caliente atole, inundándole todo el fundillito de su amante en turno.
Quien sintió, muy caliente entre los
tallones que le daba, con su mano izquierda se apretó uno de sus pezones.
Mientras su mano derecha, no se detenía de masturbar su clítoris, la muy puta comenzó hacer presa de un cuarto orgasmo, contrayéndose todo su bizcochito y su fundillito.
Con su mano apretaba con fuerza su pezón, parándole más las nalgas, sin saber que su fundillito, era completamente batido de atole caliente, aprisionándole ese garrote de una forma deliciosa.
Luis ahora, caminaba entre las nubes, disfrutando estas deliciosas nalgas, manoseándoselas con gula, ya estaban muy rojas por las nalgadas que le dio.
Hasta que él, ahora comenzó a bajar
los empujones que le daba al fundillito, hasta poder quedarse quieto detrás de ella.
Después de la deliciosa deslechada. Luis se inclinaba sobre la espalda, manoseándole los dos grandes senos, sintiendo a Graciela completamente quieta, con su respiración muy agitada.
Ahora, la beso en la mejilla, saboreando el sudor que le escurría de su frente, contrabajos le susurró al oído:
-Coges divino mi reina. -
Miró Luis, la cara al rojo vivo, la mujer aún tenía los ojos en blanco, estaban entre cerrados, todavía la muy puta se encontraba disfrutando de su cuarta venida, estando bien
ensartada entre sus nalgas.
Luis continuaba manoseándole los grandes senos, que estaban bien hinchados, sintiendo los pezones duros, erectos entre sus dedos.
Con su garrote bien ensartado, soltando las últimas gotas de leche, en ese apretado fundillito, que lo derramó de una forma tan deliciosa. Después de un minuto, de estar los dos quietos Graciela le expresó:
-Déjame levantar mi amor, eres todo un macho, no puedo creerlo, contigo me vine hasta cuatro veces, me volviste loca... que delicia. -
Luis, se fue levantando despacio de su cuerpo, sacándole con cuidado su garrote de entre las nalgas.
Graciela sintió como se le salía de su fundillito, poniéndose enseguida la
mano derecha entre las nalgas, con sus dedos el índice y medio, sintió bien abierto y dilatado su fundillito, podía meterse con facilidad tres dedos, embarrándoselos de la leche
caliente, que se le escurría, se los llevó a la cara mirándolos batidos.
Ahora, le expresaba:
-Eres un cabrón, me diste por mi
chiquito, y ni me avisaste, no supe a qué horas me ensartaste tu garrote en mi fundillito, solo sabía que me venía de nuevo sintiendo bien rico. -
Miraba ella el semen que estaba embarrado en sus dedos, y sentía escurrirle entre las nalgas toda la leche, que agarraba camino fuera de su cuerpo, le decía:
-Eres todo un garañón, me cogiste bien rico, ni siquiera me dejaste acostar, para que me abriera de las piernas. -
-Perdóname Graciela, yo escuché y vi cómo te venias, después del segundo orgasmo, saque mis tres dedos y te lo di enseguida por el culo, y tú te volviste a derramar.
Así que te di hasta que te viniste por cuarta vez, no aguante más y me desleché adentro de tu fundillito, dije que más da, apretabas bien rico tu fundillito en tus orgasmos. -
Ella sonrió ante la explicación, poniendo otra vez sus dedos en su fundillito llenándose de más leche, la cual ya le escurría entre las piernas, con una sonrisa le preguntó:
- ¿Te quieres bañar conmigo? -
Luis sonrió, asintiendo con la cabeza, recibiendo un beso en sus labios, sintiendo al rojo vivo la cara de Graciela.
Ella caminó unos pasos, agarrando una cerveza Guante al Hígado ® fría, enseguida la destapó, bebiéndola sintiendo el frio liquido quemar su caliente garganta.
Enseguida, Luis también agarró una cerveza, destapándola y bebiéndola casi hasta la mitad del bote, escuchando a Graciela decirle:
-Si me empinó, ¿me enjuagas las nalgas y te tomas la cerveza Guante al Hígado. M.R.? -
Él se quedó mudo, poniendo una cara de.... ¿Qué? Ahora ella sonrió diciéndole:
-Es una broma, pusiste una cara de
qué asco, que te hubieras visto al espejo, ya se te bajó lo caliente verdad cabrón.
Pero la verdad, me chupaste mi bizcochito y mi fundillito como nadie me lo había hecho. -
-No, si quieres lo hago, te escurro más cerveza entre tus nalgas y te chupó todo tu fundillito, eres muy hermosa Graciela. -
-Ya acábate esa cerveza y vamos a bañarnos, te propongo algo pantera... ¿Pantera me dijiste? ¿Verdad? -
-Si soy pantera, bueno me apodan el pantera. -
-Bueno te propongo pantera, que cuando me traigas un viaje o te lleves un viaje de mi empresa, tú seas el dueño de mis nalgas, te lo ganaste pinche garañón. -
-Para mí eso sería un gran placer Graciela, imagínate volver a comerme tus deliciosas nalgas. -
Ella sonrió ante el comentario, enseguida bebió su cerveza fría terminándosela, se le quedo mirando diciéndole:
-Dime una cosa pantera. -
- ¿Qué? ¿Qué quieres que te diga? -
- ¿En dónde has estado todo este tiempo? Me gustó, como me cogiste. ¿Sabes de cuantos palos nos hemos perdido? Te garantizó que ya mis nalgas tienen un nuevo dueño, de eso no tengo duda. -
- ¿En dónde he estado? ¿En dónde? Escucha, eh estado en los caminos de México de norte a sur de este a oeste, y ahora sé, que nos hemos perdido de mucho sexo nena, eres hermosa, preciosa y divina, eres dueña de un cuerpo excitante, eres divina. -
Graciela lo escuchaba, mientras muy despacio, se acercaba para besarle los labios, acariciándole muy
delicadamente su barba con sus dos manos, saboreando esos labios con sabor a cerveza y un fuerte sabor a sexo.
Después de varios besos le expresó:
-Vente bañémonos, ya tengo tu leche escurrida hasta las rodillas. -
Él bebió su cerveza hasta terminársela, mirando esas deliciosas nalgas, alejarse entrando al cuarto de baño, escuchándose abrirse la regadera.
Enseguida, Luis entró abrazando a
Graciela por la espalda,manoseándose todo el cuerpo durante el tiempo en que se bañaron.
Pasados cuarenta minutos, ya estaban los dos nuevamente en la planta baja de la casa, precisamente en el librero, en donde estaba la bolsa negra de plástico con el dinero.
Ella se agachó recogiéndolo, dándoselo de nuevo en las manos. Ahora le comentó:
-Mira pantera, quedamos que este dinero, era por la cogida que me diste. -
Luis sonrió al recibirlo, dándole un beso en los labios. Graciela se volteó dándole la espalda, el trailero ahora con toda la confianza del mundo, le acaricio las nalgas, mirando abrir la puertita del librero.
Graciela de otra bolsa de papel, con su mano derecha sacaba unos gruesos fajos de billetes, por un momento miraba a la cara de Luis, diciéndole: -Estos son, otros cien mil pesos, estos son la recompensa por los datos de la captura de la sirvienta. ¿Okey? -
Al escuchar estas palabras.
Luis con la boca abierta, miraba ese gran fajo de billetes, que ella le enseñaba, diciéndole:
-No, como crees... -
Graciela mirando al trailero le preguntó:
- ¿Qué? ¿No es suficiente lo que te doy? -
-No, yo digo, los primeros cien mil es suficiente, y te lo agradezco con todo mi corazón, no necesitas darme más dinero, bueno, me diste hasta tu hermoso cuerpo. -
-Okey pantera, recibe estos billetes también. -
Diciendo estas palabras. Graciela metió la mano a la bolsa de papel, sacando otro grueso fajo de billetes. Ahora diciéndole:
-Son otros cien mil pesos, te estoy dando trescientos mil pesos, cien de recompensa, cien por el palo que me
echaste y me debes tú, otro palo igual o mejor que este. -
Él solo sonrió, al no creer todo el dinero que recibía diciéndole:
-Vamos mi amor, con el primer pago es más que suficiente. -
-Okey, cuando llegaste me dijiste que le cambiarias a tu tráiler el aceite, los filtros, las llantas y no sé qué más, agarra la bolsa de papel, también adentro tiene doscientos mil pesos más, te estoy dando medio millón de pesos, y con esto me deberás, tres ricos y deliciosos palos, y déjame decirte ni siquiera me dejaste mamártela. -
Mientras Graciela le explicaba, y se quejaba de podérsela chupar, le puso la bolsa de papel en sus manos, que ahora sumaban, el medio millón de pesos.
Luis estaba nervioso y pensativo, con todo este dineral, tenía la boca abierta, ahora él le decía:
-Pero... pero. ¿No necesitas este dinero? Es mucho dinero, no como crees, vamos, mi cambio de aceite y el servicio de mi tráiler suman a lo mejor...
Exageró, tal vez tres mil pesos, y dramatizo el pago, vamos estamos en los noventas, las cosas son caras y suben a cada día, pero tu si exageras un poco, es medio millón de pesos, lo que me estás dando.
¿Lo sabes? ¿Estas consiente del dineral que me das? -
Ella, al escuchar negarse a aceptar el dinero, sonrió diciéndole:
-Guarda todo ese dinero en la bolsa negra, te lo estoy obsequiando, ahora voy a calentar el desayuno, y te contaré algo extraño, que me pasó con la sirvienta. -
Después de decir esto. Caminó ella hacia la cocina, meneando de una forma sexi sus grandes nalgas, llevándose en su mano derecha su periódico, depositándolo sobre la mesa de cristal en donde comerían. Luis guardo todo el dinero en la bolsa de plástico negra, como ella se lo ordenó.
Enseguida, se sentó en una silla en frente a la mesa, mientras Graciela le servía el desayuno.
Entonces, la licenciada Graciela le empezó a explicar:
-Escúchame bien, lo que te contaré pantera. Cuando detuvieron a Alicia en la camioneta, encontraron tres maletas de viaje, grandes de color negras... -
Luis al escuchar esto sonrió, pensando:
-Lo sabré yo, casi me mata la sirvienta, cuando me las quitó. -
Él siguió escuchando a Graciela contarle:
-La policía abrió las maletas, hasta que estuve yo presente, tenía algo de ropa en el interior, te vas a reír, pero tenía unos consoladores, que eran grandes y muy gruesos... ja jajá. -
-Ja jajá, esos se los hubieran dejado a los policías ja jajá, para que se entretuvieran un rato. Ja jajá. -
-Sí, que detalle, hubieran sido felices ja jajá. Bueno, las maletas contenían todo lo que me robo la sirvienta, los seis millones de dólares, los cuales, me querían decomisar los policías, hasta que les demostré, la procedencia de estos, y las pendejas preguntas de....
¿Porque no los tenía en el banco?
Además, estaban mis joyas, las cuales son muy finas, mis collares, las cartas tontas de amor de mi juventud, los papeles importantes de los negocios de Hugo.
Estaban las monedas viejas de colección única, solo esas arre basaban los dos millones de pesos, los centenarios, que son más de un millón de pesos, todo eso es un dineral.
Pero, aparentemente Alicia, la
sirvienta, no gasto nada de mis pertenencias, o no tuvo el tiempo para hacerlo. -
-Pues eso es tener muy buena suerte, recuperar todo sin que te falte nada, pero tú me estás dando medio millón de pesos. -
-Bueno, te sigo explicando pantera. ¿Quieres jugo de naranja u otra cerveza Guante al Hígado M.R.? -
-Con otra cerveza me harás muy feliz. -
Graciela fue hacia el refrigerador, abrió la puerta sacando dos cervezas, regresó sus pasos, poniéndolas sobre la mesa, diciéndole:
-Okey toma, aquí está tu cerveza. -
Graciela sirvió el desayuno comenzando los dos a comer, y continuó explicando:
-Bueno, escúchame bien, una de las maletas, tenía novecientos mil pesos, que era el dinero adquirido por Alicia, con la muerte de Socorro, mi amiga y la ex patrona de ella.
Pero, también había más joyas en la maleta, había más de tres millones de pesos, que de seguro eran de la caja fuerte de Socorro Esquivel, eso ya es seguro. -
-Insinúas, que antes de trabajar con ustedes. ¿Alicia le robo también a su otra patrona? -
-Sí, y me da miedo afirmar, que ella también, la asesino por robarle ese dinero. -
-No me digas eso, la sirvienta era ladrona y asesina. -
-Yo diría que era la ladrona, y la perfecta asesina, porque la policía nunca la vinculo, ni con el robo, ni con el asesinato de mi amiga Socorro Esquivel, y no te digo el otro apellido, porque te reirás pinche irrespetuoso. -
-A vamos, si no me reí de tus apellidos, Montoya dos Amantes del Madero. -
Apretó Luis los labios, aguantándose la risa. Graciela lo miró fijamente y le expresó:
-Eres un pendejo Luis. -
Enseguida, ella le sonrió, diciéndole: -Okey, es Socorro Esquivel Madero. -
-Ya vez, no me reí de su apellido. Pero creo que esquivo el madero, pero no el chingadazo. Ja jajá. -
- ¿Lo ves pantera? Pinche irrespetuoso. -
Ella ahora sonrió, agregando:
-Eso dice mi hijo Gerardo, un día si me hizo reír, que gritaba la mujer socorro esquivé el madero, pero no esquivó el chingadazo, ja jajá tiene gracia porque es mi hijo ja jajá. -
- ¡Ah! ¡Claro! Es tu hijo apláudanle. -
-Bueno, te cuento, la policía le preguntó a Alicia que.
¿De dónde era esas cosas? Y ella comentó que todo era mío, se aferró a que el contenido de las tres maletas era mío, y así lo sostuvo con la policía. Sabia la sirvienta, que si negaba ser
mío, los policías averiguarían de donde lo sacó, descubriendo que ella asesinó a Socorro Esquivel, que eso es seguro.
Así que en los separos de la comandancia, hable a solas con Alicia, antes de negar ante los policías, lo que era o no era mío ese dinero, y las joyas. Ella me dijo:
-Perdóname por robarte Graciela. -
- ¿En que estabas pensando? Tú ya eras parte de mi familia. ¿Por qué lo hiciste? -
-Fue una pinche tontería, vi un lado fácil. Perdóname... perdóname por favor. -
Graciela miraba esos labios, que la hicieron amarla, miraba ese hermoso cuerpo que la envolvió, haciendo despertar de nuevo el placer lesbiano, escuchando decirle:
-Todo lo que hay en las tres maletas es tuyo Graciela, todo.... solo la ropa es mía y los consoladores son míos, pero... pero todo es tuyo lo sabes... todo... todo te pertenece, lo sabes. -
Graciela giró su cara, mirando hacia la ventana polarizada, viendo solo su reflejo en esta, impidiendo saber quién afuera los miraba, o si los podía escuchar alguien lo que hablaban.
Así que, se acercó más a Alicia, casi dándole un beso en la mejilla, susurrándole le preguntaba:
-Dime, solo una cosa.
¿De dónde es lo que sobra? Tu bien sabes Alicia, que ese dinero ni esas joyas me pertenecían, dime. ¿De dónde las agarraste? -
-Perdóname por robarte Graciela, perdóname... sé que hice mal, mucho mal. -
-Dime Alicia, contéstame o negaré que es mío. ¿De dónde robaste esas joyas y el dinero? Son muchos millones y no me pertenecen, tú lo sabes muy bien. -
Alicia, ahora la miró directo a los ojos, enseguida en voz baja le expresó:
-Por favor Graciela, quédatelas, son tuyas esas cosas, el dinero y todas esas joyas te pertenecen, por favor, di que son tuyas, te lo suplico, quédatelas, no quiero morir en la cárcel.
Te prometo, que a nadie le contaré lo nuestro, nuestra relación sexual, o lo que viviste con tu amiga Socorro.
Yo cuando salga de aquí, me desapareceré de tu vida, nunca me acercaré a tu casa, ni le haré ningún daño a tus gemelos, a Rebeca y a Gerardo.
Me callaré lo que hubo entre nosotras. Pero, por favor, dile a la policía que todo es tuyo... por favor, te lo suplico, pero di Graciela, que esas cosas te
pertenecen por favor. -
Se miraron en silencio por un momento, poniendo Alicia ojos de súplica, mirándole escurrir sus lágrimas por las mejillas.
Graciela ahora, con miedo imaginaba y aseguraba que Alicia mató a Socorro Esquivel, para robarle su caja fuerte.
Pero, comprendía que la condena sería más grande, si la policía descubría que Alicia era la asesina de Socorro.
Graciela la miró una vez más, sabiendo que también su secreto obscuro, estaría a salvo, nadie en su vecindario, ni su familia se enterarían, que Graciela en su casa había tenido relaciones lesbianas con su sirvienta, y con su amiga Socorro Esquivel.
Al salir del cuarto de separos, en donde estaba Alicia, el policía enseguida se acercó a Graciela preguntándole:
-Y bien licenciada, dígame.
¿El contenido de las maletas es suyo? -
Volteó Graciela su cara, para ver a Alicia a través de una ventana polarizada, quien estaba esposada, y sentada en una silla llorando.
Graciela trató de sonreír, quitando su cara tan seria, le respondió:
-Eran tantas las cosas, que guarde por mucho tiempo, que no recordaba que ese dinero y esas joyas también me pertenecen...
todo es mío, a excepción de toda la ropa y de los... que son de ella. -
-Entiendo, licenciada Graciela. Ahora Alicia Rosas Rico, será encarcelada por el robo y por el abuso de confianza, con unos años y una buena conducta, la joven podrá salir libre de la cárcel. -
Al escuchar este corto relato, Luis le decía:
-Déjame ver si entendí, tú aceptaste como tuyas esas joyas y el dinero que Alicia robo, para que no investigará la policía, el asesinato de tu amiga Socorro. -
-Sí, porque por el robo, le darán a la sirvienta dos años de cárcel, y por el asesinato, le daría como treinta y seis años de prisión, si bien le iba.
Cuando la sirvienta dijo que no quería morir en la cárcel.
Concluí que ella asesino a mi amiga Socorro. Yo acepte las cosas como de mí propiedad,
Entre el dinero y las joyas, que estoy segura eran de la difunta Socorro Esquivel, casi suman cuatro millones y medio de pesos, así que tú me diste a ganar, ese dinero por señalar en donde estaba Alicia...
En donde estaba mi sirvienta. -
Luis al escuchar esta cantidad de dinero, se quedó de nuevo con la boca abierta, tratando de demoler su desayuno.
Ahora escuchándola decir:
-Ya vi que no eres nada ambicioso pantera, y siendo justos, te propongo darte un millón de pesos, por tu ayuda, es hablando en serio, y sin juegos ni engaños. -
Al escuchar la cantidad de dinero que recibiría, contrabajos le contestó:
-Qué bueno que hablamos serios, sino, ya te debería nueve palos bien dados en tu bizcochito mi hermosa Graciela. -
Graciela sonrió ante el comentario, diciéndole:
-La verdad, te soy sincera, la verdad desde el principio, pensaba darte un millón de pesos. Pero dije, no se me vaya a infartar del gusto, y ya no disfrute de su dinero, tú te lo ganaste. -
Luis sonreía, escurriéndosele unas lágrimas de sus ojos, por la alegría que sentía, al recibir esta noticia de este dinero, ahora se ponía de pie acercándose a ella, dándole un beso en los labios diciéndole:
-Gracias, no esperaba esto. -
-Ya te dije pantera, cuando vengas a mi negocio, tendrás que pasar primero por mi cama, tienes una cita conmigo, serás mi amante de planta, ese será nuestro secreto. -
-Si mi amor, te visitaré más seguido. -
-Bueno. ¿Ya acabaste? Pondré los trastes en el fregadero, para que los lave Rebeca cuando llegué de la escuela.
Ahora, hasta tengo miedo de contratar una sirvienta, lo que me hizo Alicia topo con el dinero.
Pero, qué tal si me secuestran a uno de mis hijos, esa es la maldición del dinero, y te recomiendo usarlo prudentemente y no enloquezcas por tenerlo. -
-Lo haré mi amor, tendré mucho cuidado. -
-Lee, mientras el periódico pantera en lo que limpio la mesa, voy a pasar al baño y nos vamos por tu tractocamión, tienes que llevar mi carga para Monterrey. -Está historia continuará...
Gracias por seguirme.
Los invitó a leer mis novelas publicadas aquí en wattpad
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LAS CARTAS DE EL CLUB 69 DE ARIES. LA SIRVIENTA.
פרוזהDespués de terminada la novela erótica titulada: NEGOCIO REDONDO violencia, drogas y sexo el ca- mino a la perdición. Ahora solo queda leer, estas historias eróticas tituladas: Las cartas de EL CLUB 69 DE ARIES. En donde las personas dan su punto d...