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Can seguía mal y hasta el siguiente día llegaría el doctor, su debilidad estaba siendo tanta que no podía pararse por un minuto, el alfa estaba desesperado, todos estaban ahí comiéndose las uñas de la preocupación.

La madre del menor le trataba de colocar el cuerpo a la temperatura ideal, estaba muy frío para ser un hombre lobo, Tin marcaba sin cesar al doctor, la alfa estaba cocinado unas hierbas para ver si servían, el padre del omega buscaba posibles doctores pero no conocía a alguien especializado en omegas.

Todo estaba tan mal, no sabían qué hacer, solo podían esperar y cuidar del menor.

Can veía a su alfa y con la mirada le pedía que se acostara con él, el alfa sin saber más que hacer cedió, se acomodó y atrajo el frágil cuerpo de su pequeño sobre él, le besó y apenas el menor correspondió el rose, sin duda una escena para hacerte llorar.

Can respiró lentamente llenándose los pulmones con el olor de su alfa, le encantaba y calmaba, le daba fuerzas.

Tin sintió eso y produjo hormonas para calmar a su pequeño, tenía 16 aun y ya estaba muy mal, debía ser catalogado como el peor alfa de todos los tiempos.

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Type estaba enterado de lo sucedido por Tharn, se sentía tan preocupado por su pequeño amigo, al día siguiente iría a verlo, él entendía que la familia debía estar cuidando del menor. Suspiró pesadamente y se acercó a su alfa quien le abrazó brindándole calma.

- Él se pondrá bien, es fuerte, por algo eres su amigo —mencionó el alfa y el omega se apegó a él, sonrió y como pudo besó los labios de Tharn, su pareja.

- Eso espero, no sé qué haría sin él —dijo el chico, el rubio era como su hermano y no podría soportar si lo perdía.

Los brazos de Tharn le sostuvieron, las lágrimas del omega no tardaron en salir, estaba tan preocupado por Can que se había olvidado que estaba a una semana del cumpleaños del mencionado.

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Can despertó alterado, sentía ardor dolor, se apretó el vientre bajo, le dolía todo el estómago, los gemidos lastimeros despertaron a Tin quien vio al menor y lo trato de checar, pero era imposible el menor se estaba apretando muy fuerte, lo alejo un poco y pudo ver sangre, no sabía de dónde salía, solo sabía que estaban manchadas las sábanas con sangre, mucha.

Tomo su teléfono y marcó al doctor, estaba muy mal.

- Ya voy —dijo el doctor al contestar.

- Está sangrando, no sé de dónde no logro dejar que deje de apretar el vientre, las sábanas están manchadas, demasiado.

- Llévalo de inmediato a mi hospital, yo iré ahí también, no demores —dijo preocupado el doctor.

Con mucha dificultad convenció al menor de que debía salir, pero el omega dijo que se fuera, el saldría, no quería qué su alfa viera que pasaba, aunque ni lo sabía.

Al retirarse las sábanas de encima, Can se encontró todo manchado no sabiendo bien de dónde era el procedente, fue al baño y se dio un baño, estaba débil, pero con lo poco que tenía y mucho esfuerzo logró vestirse, sabiendo el procedente del sangrando y callándoselo.

MARQUÉ [TINCAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora