MARQUÉ [TINCAN]

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Tin terminó de firmar unas cosas, checó otras y ya fastidiado salió de la empresa, quería a su omega con él e iría a casa, al estar en el carro se desvió, quería comprar algo para su pequeño, llegó a una joyería y al pasar su vista por diversas cosas vio un lindo collar, simple, solo una joya de color azul, un azul tan hermoso como los ojos de su pequeño, la cadena era de plata, simple la piedra no era tosca, perfecta para el pequeño, lo pidió.

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Can había comido muy bien, saludable, la alfa le había consentido, le hacía preguntar qué había pasado con su omega, pero se guardó sus preguntas, sonrió al sentir el olor de su alfa, se paró y bajando las escaleras rápidamente llegó hasta el alfa quien acababa de entrar, se lanzó a su cuerpo y el mayor sorprendido apenas logró tomarlo para que no cayera, el menor escondió su cara en el cuello de alfa mientras aspiraba el olor de su alfa, amaba el olor tan penetrante del más alto, le amaba.

Tin acomodo el cuerpo delicado de su alfa bien sujeto a él, y subió a su habitación, necesitaba quitarse su traje y el menor no quería separarse de él, lo sentía.

Le acostó en la cama al llegar, le besó rápidamente y se separó, se quitó rápido el traje, tomo un vaquero una camisa y se la colocó ante la atenta mirada del omega, sonrió y fue a donde el menor, le tomo de las mejillas y le beso profundamente y con amor.

Can gimió y jaló al mayor haciendo que el cuerpo cayera sobre él, sonrió ligeramente y abrió las piernas haciendo que su alfa se acomodara entre ellas y le siguió besando.

Tin tomó las caderas del menor y alcanzo a escuchar el gemido tan ligero de dolor que su omega trato de callar, se separó, levantó la prenda del menor y vio las marcas en su cadera, eran moradas, se notaban mucho en la piel lechosa de su pequeño, se sentía frustrado.

Sobo con sus manos suavemente la zona, el menos suspiró aliviado el calor de la mano de su alfa calmaba el dolor que sentía, sonrió, Tin se acostó a su costado y atrajo el cuerpo del menor.

- No me escondas estas cosas bebé —dijo abrazando el cuerpo pequeño de omega.

- Lo prometo —juro el rubio y se estiro hasta logar el contacto de sus labios con los del más alto.

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Era de noche, el mensaje de Tin de que todo estaba listo le había llegado, todos ya iban de camino, había varias camionetas donde iban, sería raro ver tanto lobo junto llegar, pensarían que van con intenciones de atacar.

Type iba a su costado, y eso le hacía feliz.

Al llegar a la casa, salió y coloco su contraseña, entraron todas las camionetas, lo bueno era que todo el terreno estaba rodeado de una barda que por el interior se cubría por arbusto.

La gran residencia se imponía al costado derecho y la mansión, más pequeña estaba al izquierdo, ambas hermosas, Tharn le indico a Tum y su madre donde debían ir y ellos fueron su ahora hogar de pareja.