MARQUÉ [TINCAN]

04

En el baño aún se encontraba el pequeño omega, quien se había negado a salir entre lloriqueos y quejidos, no se había levantado siquiera, seguía hecho bolita ahí sentía una gran necesidad de parte de su omega, necesitaba la calidez del alfa, lo necesitaba y no sabía ni quién era. Respiraba hondo mientras sus ojos seguían empañándose por las lágrimas, sus mejillas rosas y la marca roja, le picaba y dolía.

Fai Kirakorn se había quedado ahí, ya no lo abrazaba ya que el menor se había alejado solo queriendo al alfa rodearle en su calor y calmándolo, su madre no sabía qué hacer, le dolía verlo sufrir, pero también era consciente que el omega solo pedía al alfa y ella no podía ayudarlo sin saber nada de este.

La marca pic más y el dolor se intensificó haciendo que el omega llorara más fuerte y que su cuerpo temblara, se sentía desolado, abandonado por su alfa y sus chillidos se volvieron más lastimeros, si lo escuchabas podrías sentir su dolor por estos chillidos, la mujer salió del lugar sintiendo una punzada, necesitaba la calma que su alfa le daba, necesitaba estar calmada para poder medio ayudar a su hijo.

El alfa la miró, había escuchado todo y abrazó a la mujer quien sollozó en su pecho, se sentía culpable y el alfa lo sabía, la arrulló y fueron a la cocina donde la mujer preparo dos tazas de té para ella y su hijo mientras respiraba hondo sintiendo el olor calmante que estaba desprendiendo su alfa.

Un olor fuerte e intenso los hizo verse, poco después la puerta fue aporreada con desesperación, ellos dos fueron hasta ahí, el alfa abrió la puerta dejando a la omega detrás de él.

Dos alfas estaban ahí, uno se veía angustiado y el otro estaba más serio, el los miró, haciendo que el alfa de ojos verdes se empezara a angustiar y sentirse al borde ya que desde ahí podía sentir el dulce olor de su omega y sabía que lo necesitaba y él igual.

Él lo supo de inmediato, el de ojos verdes era el alfa de su hijo, así que asintió sabiendo lo que rondaba la mente del alfa ahí, abrió la puerta dejando a la vista las escaleras dejando al chico entrar a buscar a su hijo para que parase sufrir su pequeño, el alfa ahí los vio y sonrió levemente.

- Señor, solo vine con mi amigo —dijo el chico.

Tin llego al segundo piso y tomó el camino en donde el olor empezaba a ser más intenso, más embriagador, llegó a una habitación y fue directamente al baño donde escuchaba sollozos, desprendió más su olor y los lloriqueos calmaron, suspiró antes de entrar pues sería la primera vez que vería a su omega sin estar en estado de ebriedad.

Frente a él estaba un pequeño en el piso sentado, su cara estaba levantada, sus ojos mirándole con curiosidad, sus mejillas regordetas estaban rojizas y llenas de lágrimas, sus ojos brillosos y la marca estaba roja además contaba con una hermosa piel lechosa que se veía suave, sonrió para calmarlo y se acercó agachando, el omega levanto los brazos necesitado y el alfa le levantó dejándolo parado y los brazos del menor le rodearon el cuerpo en un abrazo fuerte, necesitado, se agachó hasta estar cerca de la marca donde sopló suavemente para después pasar su lengua con lentitud sintiendo la piel caliente, el omega se estremeció en sus brazos, los cuales le estaban abrazando cálidamente; sonrió.

Bajo sus manos a la cintura donde la tomó con seguridad impulsando el cuerpo del menor mientras él se paraba correctamente, el menor entendió y envolvió sus piernas en las caderas del mayor, apoyó su cabeza en el hombro mientras sus manos estaban sujetándose por el cuello, el alfa lo sujeto bien y bajo con cuidado para no caer.

El omega se había calmado, su cuerpo había dejado de doler y quemar, la marca ya no le picaba, ni nada, se sentía pleno y cálido.

- Gr-gracias —tartamudeó el menor.

El alfa no contestó y al bajar vio a los padres del omega ahí, sus ojos en el cuerpo del pequeño que estaba en sus brazos, protegido, Tharn miraba con cariño la escena.

El padre suspiró, sabía que el alfa se lo tenía que llevar, pero eso no quería decir que su hijo estaba listo para eso, era un niño apenas. La omega le tomó de la mano y le sonrió, el entendía.

- Señores lamento como pasaron las cosas, nunca pensé conocer así a mi omega, ni marcarlo así, pero como comprenderán él debe estar a mi lado.

- Entendemos cariño, mi bebé estará mejor a tu lado —habló la omega.

- Me retiro —los hombres asintieron y lo dejaron salir de la casa, Tharn salió primero abriéndole la puerta trasera y el entrando para manejar.

Tin se adentró al coche, el omega estaba calmado y respiraba el fuerte olor del alfa que le gustaba y pegaba su pequeña nariz ahí haciendo presión.