MARQUÉ [TINCAN]

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Tum estaba sorprendido y a la vez se sentía inútil, él nunca le habría podido dar todas esas comodidades que Tharn, otro alfa, le había dado a su manada, no era envidia, pero se sentía mal consigo mismo, sabía que toda la manada lo merecía, pero él sentía que el realmente no había hecho nada, le debía mucho a ese alfa, se sentía mal, como alfa que era.

La madre del moreno maravillada entró, ella era la segunda al mando, checo las habitaciones, había más de las que necesitaban, suspiró, era una locura, no podía creer que ayudar a un omega tan bueno, como lo era Type les daría todo eso, sonrió, y les ordenó donde iban todos los omegas, que no eran demasiados fueron a la planta alta, para mejor protección para ellos, aunque sería difícil que alguien pasara la gran barda y la seguridad de todo ese terreno.

Ya cada quien en su lugar se dedicaron a descansar, Tum por su parte, no durmió, la costumbre le obligaba estar despierto para vigilar que nada pasara.

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Tharn entro a la mansión, con su omega en brazos, el menor estaba aferrado al cuello del más alto, sonriente y feliz, era una locura, se pegaba al esculpido cuerpo de su alfa por necesidad, le necesitaba, y mucho.

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Una pelea se desató en esa pequeña y pobre casa, el alfa gritaba, siguiendo golpes, mismos que recibía el pequeño omega de ojos azules, a sus cortos 16 años su vida había sido más que dura, la omega no hacía nada, solo veía como su alfa maltrataba s su pequeño, no era que no le quisiese pero ella solo obedecía a su alfa, y no quería hacerlo enojar, sería peor, el menor sangrando por diferentes lugares logró pararse, su padre, si se le podía llamar así, le golpeó tan fuerte que el débil omega se desmayó, la madre alarmada se acercó, el alfa se enojó y la golpeó, todo era culpa de ella, si solo le hubiera dado un alfa, no un inservible omega.

Después de marcharse muy molesto el alfa, la mujer como pudo levantó a su hijo, le llevó al hospital, odiaba ver la brutalidad con la que trataba a su hijo, sus ojos estaban rojos y de ellos corrían lágrimas, de dolor, impotencia y temor de perder a su pequeño.

Una revisión, unos sedantes, y unos medicamentos lograron que el menor se estabilizara, era un omega aún muy chico, siempre se la vivía encerrado ya que su padre decía que era una vergüenza, suspiró el olor era extraño en ese lugar, le desagradaba, su madre entro en un mar de lágrimas, hizo una mueca que le dolió, su labio estaba partido, tenía un ojo hinchado, unas costillas también, su madre se acercó, las lágrimas seguían corriendo.

- Tienes que irte —dijo triste, no quería estar lejos de su pequeño, pero no quería ver que un día su alfa le matara, no quería. -Ten, lo saque de mi cuenta, esa no la conoce tu padre, diré que te escapaste, cuídate, eres fuerte, te amo mi pequeño —dijo y sin poder soportar escuchar la voz rota de su hijo salió, apresurada, dejando a su hijo con la cuenta del hospital pagada y un sobre lleno de dinero, un pequeño omega de 16 años abandonado en la habitación de un hospital.

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Can estaba mejor y estaba sobre su alfa, quien estaba dormido, estaba feliz, se sentía raro, quería salir, quería transformarse, saltaba inocentemente sobre su alfa, trataba de despertarlo con besitos pequeños en la cara pero Tin parecía una roca, se escuchó un ruido fuera de la casa y se asustó saltando fuerte sobre el mayor quien gimió y por instinto tomó las caderas del menor, se sentó y enterró su cara en el cuello del menor.

- Hules tan bien —dijo con su voz ronca, el menor sonrió, le daba cosquillas la respiración de su alfa.

- Quiero salir — demandó inocentemente el menor.

- Solo aguanta tantito, podemos hacer algo rápido antes —dijo el alfa pensando en la erección que el menor había provocado.

- No hay nada mejor que lo que quiero hacer, quiero transformarme —dijo el menor con un puchero.

Tin suspiro, a veces se le olvidaba que Can estaba pequeño aun, suspiró resignado, el menor se paró y salió gritando que lo esperaba en la cocina, suspiro y entró al baño, se encargaría de lo que provocó el menor, sin darse cuenta.

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Fai estaba feliz, iban de camino a la casa del alfa de su hijo, necesitaba verlo, era su pequeño y no había podido ya que viajaron por un pequeño negocio, pero ya podía ir a ver cómo es Alfa trataba a su pequeño.