Temperance

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La templanza viene a decirnos que somos ángeles con los pies en la tierra, bebemos de 2 aguas, las del plano material y las del plano celestial, estamos en proceso de mezclar las aguas. Pronto lograremos nuestro deseo, pero antes, debemos resistir, templarnos. Paciencia, todo pasa...


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La luz que los envolvió hizo arder sus cuerpos, Flavio dio un grito desgarrador, del mismo modo que Selima cuando cayeron en tierra y Argos de desplomó inconsciente a su lado.

― ¡Argos!

Exclamó Selima, viendo como el príncipe apenas pestañeaba. Flavio se observó, estaba completo, estaban cerca del río, a algunos kilómetros de Zama.

― ¿Qué fue eso?

― Nuestro príncipe es un hombre especial — replicó Selima secando el sudor de su frente — Pero, esto, ha sido demasiado para él.

― Desconocía que los evolucionados hicieran esto.

― No podría haberlo hecho si no te hubieras entregado al proceso.

Explicó la muchacha.

― La teletransportación implica activar cada centro de poder, incluido los que están fuera del cuerpo físico y eso... eso es... la prueba más fehaciente de divinidad que un humano necesita.

― ¿Es un ángel?

― Todos lo somos — dijo con una sonrisa angustiosa —. Somos ángeles con los pies en la Tierra, el ADN de la fuente fluye en nosotros, pero, lo hemos olvidado...

Flavio negó, esto lo confundía, lo hacía sentir cosas extrañas, su cuerpo en ebullición todo el tiempo.

― No temas...

― No tengo miedo.

― Lo tienes — afirmó la mujer —. Pero, todo estará bien, estás en un proceso de lucha interna. Ríndete, aquieta tu mente. Ahora, vamos, hay que llegar a Zama...

El general se puso de pie y observó la fortaleza en el horizonte.

― Van a matarme apenas ponga un pie allí.

― No lo harán — replicó —. Has salvado al príncipe, nadie te hará daño.

Flavio tomó en sus brazos el cuerpo de Argos, el cual, todavía ardía. Y se dirigieron hacia allí. Los guardias que estaban en la entrada de inmediato se pusieron en alerta.

― ¡Traemos al príncipe!

Gritó Selima, levantando las manos. Los soldados se acercaron y se cubrieron la boca.

― ¡Avisen a Darius!

Dijo uno de los hombres, tomando en sus brazos al príncipe mientras que otros sujetaban a Flavio y lo inmovilizaban.

Argos - Dioses y bestias (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora