Un mundo partido en dos. La humanidad debatiéndose entre el bien y el mal. Evolucionados y bestias. Dioses y mortales. Seres imposibles de alcanzar y hombres cuya sed de venganza y violencia es indestructible.
Argos quiere cambiar eso, desde siempr...
La muerte o arcano 13 significa morir a un estadio de nuestra vida y resurgir como alguien nuevo. Vida, muerte, vida. Muero como determinada persona y renazco, avanzando. Eliminando lo que me hace mal, destruyendo lo que me limita, alejando a los seres que no son buenos para mí. Es una transformación profunda, al hueso. Nada será igual después de esto...
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El choque de las espadas fue tan nítido, de la misma forma que los gritos desgarradores que vinieron después.
― Craso...
Flavio se giró en el túnel que lo llevaba a la libertad para volver por su príncipe.
― ¡No!
Raquel lo sostuvo del brazo, embargada en llanto y desesperación.
― No puedo dejar que muera, él nunca lo haría.
La muchacha lo observó con sus ojos empañados por las lágrimas.
― No van a matarlo, no ahora...
Tironeó de Flavio para que se moviera hacia adelante. Cassandro apenas se movía.
― ¿Cómo lo sabes?
― Van a esperar a la Fiesta de la diosa del fuego.
― Eso es en dos semanas.
Raquel tragó saliva.
― Si sobrevivimos a esto, debemos planear su rescate. Será la única chance que tendremos.
Flavio cerró los ojos y decidió mover sus pies hacia adelante. Tenía una promesa que cumplir a Craso. Debía proteger a Argos, como fuera, pero, antes de eso, debían llegar hasta él.
Llegaron a la playa, el viento con toda su fuerza soplaba y la luna iluminaba con un fulgor increíble.
― ¿A dónde?
― Por acá...
Raquel señaló hacia uno de los botes que estaban sobre la playa. Se acercaron a él.
― Desde aquí llegaremos a las costas de Mercia y, de ahí, podrás avanzar hasta Nínive.
― Dudo que la gente de Mercia nos tienda la mano.
Raquel negó.
― La madre de Cassandro pertenecía a esa región. Lo harán, confía en mí.
― No tengo tiempo para visitas incómodas.
Dijo Flavio en un tono enojado, tirando del bote hacia la orilla para que Raquel y Cassandro abordaran.
― Ninguno de nosotros. Acabamos de desatar la guerra. Mi padre y Eusebio nos van a perseguir donde estemos.
El general agarró los remos y el pequeño bote comenzó a mecerse en las aguas. Su vista volvió hacia la fortaleza de Essenia.
