lovely - lipsoul

O21

Después de una conversación profunda, que ChaeWon presentará a JaeMin, el niño que estaba también en los juegos con ella, un niño educado y revoltoso, también luego de conocer a la madre de JaeMin e intercambiar números porque los dos habían congeniado bien, tal vez podrían juntarse otra vez.

Fueron hasta el patio de comida donde habían varios puestos de comidas mayormente chatarra que seria su almuerzo de ese día, ChaeWon pidió comer hamburguesas y para no hacer más filas pidieron en el mismo lugar, JinSol pidió algo más pequeño, sabiendo que ChaeWon comería con suerte la mitad de la hamburguesa y no querría más, agregando que comería las patatas fritas y el refresco, seguro no comería mucho de la hamburguesa. JungEun pagó por la suya y esperaron hasta que los dos pedidos estuviesen listos para sentarse en una de las tantas mesas del recinto. YeRim a veces robaba unas papas de JinSol o de JungEun para comer, aunque ChaeWon las tenía un poco más escondidas no queriendo compatirle a su hermana menor.

—uhm... Hay u-una tienda de electrónicos cerca... y y-yo bueno...—JungEun ni siquiera la miraba, con las mejillas sonrosadas.

—¿Quieres que vayamos?

—¡No!... d-digo, no lo sé. Dijiste que esas cosas eran... raras.—JinSol apretó los labios, entonces su comentario sí había sido tal vez hiriente para la rubia.

—No es raro, JungEun.—Se apresuró en negar y ChaeWon las miró confundidas, no entendía nada de lo que hablaban.—Solo es algo que yo no conozco, podemos ir, si tu nos acompañaste, es nuestro turno.

Luego de comer JinSol les dijo a ChaeWon y JungEun que se adelantaran mientras ella debía cambiar a YeRim. La pequeña obedientemente tomó la mano de la rubia acompañándola hasta el lugar, una tienda con buena iluminación y estantes llenos de cosas que para ChaeWon eran completamente desconocidas pero que JungEun conocía más que bien.

—¿Por qué venden tarjetas verdes?— La infante apuntó hacia una de las repisas del estante donde varias placas se encontraban en grupos de a 20 cubiertas por un plástico.

—Son para...—JungEun no sabía como debía explicarle algo asi a un niño muy pequeño, era complicado.—¿Conoces los autos de juguete? Los de a control remoto.—ChaeWon asintió.—Si no tuvieran los circuitos, estos; no funcionarían, aquí se ve tooodo para que funcionen.

—¿Tu has hecho uno?

—No... Pero, hago cosas parecidas.

—¿Cómo qué?

—Son muchas cosas, wonnie, no podría decirte solo una.—ChaeWon estaba confundida.—Pero ¿Sabes? Te contaré algo.—Se agachó a la altura de ChaeWon soltando su mano para no lastimarla, la pelinegra mirándola con ojos bien abiertos.—En mis clases, estamos aprendiendo a hacer robots.

—¿¡En serio!?—JungEun sonrió enternecida por la emoción de la pequeña.

—Aún no soy muy buena, pero tu serás la primera en verlo.

—¡Sí!—Volvió a levantarse tomando una vez más la mano de ChaeWon buscando entre los pasillos y estantes lo que necesitaba para seguir con su proyecto, no debía terminarlo ahora, pero sería como un "Proyecto de verano" no era obligación, pero para JungEun que no hacía nada más que... nada, en vacaciones seria una gran diversión.

JinSol llegó un rato después con YeRim en sus brazos cabeceando y con sus ojos cerrándose, al acercarse a la rubia soltó un pequeño quejido estirando sus brazos hasta ella y JungEun la cargó, la peliazul rápidamente tomó la cesta que llevaba JungEun con sus materiales y sintió la mano de ChaeWon buscar la suya hasta dar con ella y seguir buscando en los pasillos.

—¿Para que sirve todo esto?— Preguntó mientras JungEun colocaba en la cesta con algo de dificultad por la pequeña en sus brazos un paquete con ocho pilas.

—Tengo un proyecto de verano, y ya no tengo materiales..., no los que necesito.—Dejó algo más que JinSol no conocía.

—¿Te dejan tareas para el verano?

—No, no es obligatorio. Solo no tendré mucho que hacer y prefiero hacer esto que quedarme viendo series en mi sofá.

—¿Y cual es el proyecto?

—¡Es un robot!— ChaeWon respondió alegremente, JinSol frunció leve el ceño.

—¿Es posible?

—Espero no pienses en esos de las películas.—JinSol hizo una mueca que respondió la pregunta de la menor.—De aquí a septiembre tengo que lograr que se mueva a control remoto, o vía Bluetooth, solo eso.

—Supongo que si son tres meses no debe ser muy fácil.

—No, no lo es. Por eso quiero hacerlo también.

JungEun pagó sus cosas, eran las tres de la tarde y decidieron ir por helado, YeRim seguía plácidamente dormida en el hombro de JungEun sin importar el ruido común de un centro comercial un sábado donde muchos salían.