Muchos, muchos años después...
En un pequeño pueblo en mitad de la nada, una joven presenciaba tan maravillosa y melancólica escena mientras Morfeo la sostenía con fuerza entre sus brazos.
Al menos, hasta que el sonido de su alarma la despertó.Gruñendo con molestia, rodó hasta el filo de la cama, apagando el aparato de un golpe.
Se estiró haciendo temblar cada músculo de su cuerpo, al tiempo que su hermana pequeña entraba en la habitación con una mirada cargada de exasperación y enfado.− ¿Sigues en la cama? Mamá nos está esperando para desayunar con Darcio, sabes como se pone si le hacemos esperar, Brina - dijo mientras abría las cortinas de la habitación, permitiendo la calurosa luz del sol atravesar los cristales, irritando los ojos de la mayor.
− Mis ojos Nad, por Fuego, me acabo de despertar y ya me estáis cabreando – se restregó los ojos con el dorso de la mano, frunciendo el ceño y gruñendo nuevamente.
− Arriba, antes de que mamá decida subir a buscarnos. Además, es el primer día de clase. MI primer día de clase en el INSTITUTO, ¿te lo puedes creer, Brina? - fantaseó la menor apoderándose de la enorme cama en la que aún se encontraba la mayor luchando por no volver a quedarse dormida.
− Increíble, sinceramente no me lo puedo creer. Nadiya, te mandé aquí para despertar a tu hermana, no para que te pusieras a cotillear con ella como marujas de patio que no tienen nada mejor que hacer. Las dos, arriba, ya – ordenó Eira, la más afectiva y cariñosa de las progenitoras, asomando la cabeza por la puerta de la habitación con la mirada azul más mortífera que alguna vez se haya visto en este siglo – Y tú, esta noche cenamos juntos, en familia, así que nada de escapaditas al bosque, ni al trabajo ni a casa de tu tío. Después de clase, derechita a casa, ¿entendido? - demandó con un largo y perfilado dedo apuntando a su primogénita, quien sonrió de medio lado.
− Si madre, cumpliré con las falsas expectativas que le has impuesto al muy inteligente de tu novio sobre mí y mi increíble cambio durante el verano en el campamento – Eira resopló y abandonó la habitación rodando los ojos.
− Vaya, parece que Bri ya ha enfadado a mamá. Menudo récord – la más pequeña de las hermanas, Calla, bromeó tumbándose también en la cama de la mayor, quien, muy a su pesar, se encontraba intentando recoger la habitación para cumplir las órdenes de su adorada madre.
− Están haciendo la receta de papá, ¿sabéis? Esa de las tortitas con chispas y sirope de chocolate, junto con el famoso batido de fresas de mamá – comentó Nadiya al tiempo que cerraba los ojos suavemente.
− No me gusta que ese sujeto se haya adueñado de las cosas de papá -
− Bueno, siempre podemos robarle el libro de recetas y enterrarlo en el jardín donde nadie nunca lo vuelva a encontrar – sugirió la mayor, haciendo brillar con picardía los ojos de las dos pequeñas – pero no hoy. Eira tiene razón, por mucho que me cueste admitir eso. Si seguimos como vamos llegaremos tarde a clase y, Nad, es tu primer día así que a dar buen ejemplo. Y tú, monstruito número dos, baja a desayunar ya, sin rechistar, ninguna de las dos. -
La más mayor se dirigió distraída al baño principal de la casa, pensando en cuánta razón tenían Nadiya y Calla sobre el insufrible novio de su madre y su devoción por querer pretender ser alguien que no era. Se metió en la ducha aún con el pensamiento de robarle el libro de recetas que alguna vez perteneció a su adorado padre.
Cerró los ojos ante el contacto del agua helada con su cuerpo desnudo, haciendo vibrar cada fibra del mismo en agradecimiento.Sus sentidos se agudizaron de tal manera que casi puedo escuchar a su madre quejándose de que no llegarían a tiempo si no se daban prisa. Casi. Estaba tan acostumbrada que ya era capaz de escucharla en su mente.
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𝑺𝒆𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒑𝒊𝒂 ~
FantasíaEn el pequeño pueblo de Royal Earth, jóvenes y adultos están condenados a vivir bajo las estrictas reglas del poderoso Gobierno de Control de Elementos. Teniendo prohibida la relación entre individuos de fuera de "la gueto", Brina aprenderá a vivir...