ELEGANTE, SEXI.

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Después de lo de anoche, no he querido volver a hablar con Pansy. No me he atrevido, en realidad. Ahora entiendo por qué dicen que los de Slytherin son malos. Vaya que sí.

Bajo a desayunar y me encuentro el gran comedor bastante vacío. Sólo hay unos cuantos de Hufflepuff, y el trio de Gryffindor. Me acerco a Granger, Potter y Ron. Al parecer están hablando de algo profundamente porque cuando me siento al lado de Harry los chicos siguen hablando.

Por las caras que ponen, parecen indignados. Hermione sujeta un periódico, y en la portada sale un señor calvo y sin nariz. Ueee, para un momento. ¿Sin nariz?

Harry, que me estaba observando, y por lo que se ve ha adivinado mi cara, me dice:

— Voldemort. El peor asesino del mundo. Mata a dos o tres personas al día, pero la policía no lo encuentra —me informa Harry.

— Pues claro que no —replica Hermione—. Tan poca cosa no podrá encontrarlo jamás. Tiene que intervenir la CIA o el FBI.

— Hermione, baja de tus nubes —dice Ron mientras chasquea los dedos delante de la cara de su amiga—. El FBI y la CIA tienen cosas más importantes, como terroristas que matan a medio mundo, por ejemplo. Aquí tienen que intervenir los Aurores.

— ¿Aurores? —pregunto yo.

Los chicos se miran entre ellos. A ver, soy nueva, no pillo casi nada de lo que dicen.

— Aurores, sí —afirma Hermione—. Son como cazarecompensas pero capturan en vez de cazar, y lo que capturan son asesinos en serie. Como Voldemort, por ejemplo. Y ahora que lo pienso —dice mientras mira a Ron rápidamente —, quizás tenga razón.

— ¿Ah, sí? —pregunta Ron, sorprendido.

— Siempre ese tono de sorpresa.

——————

La clase de informática con mi madre no ha estado del todo mal. A sus alumnos les ha encantado cómo explica su nueva profesora. Los de este colegio parecen muy atrasados con la tecnología, como si fueran como mi padre.

Me he tenido que sentar todo el día con Crabbe, a quien al parecer, le ha gustado y todo. Hemos charlado y no es un mal tipo. Le gusta comer mucho y dice que algún día reventará, pero que no le importa.

Cuando llego a la casa de Slytherin, lo primero que hago al entrar en la sala común es sentarme en un sillón. El más cercano, el que está al lado de la chimenea.

Pero hay algo debajo. Algo... Humano. Mierda. Creo que me he sentado encima de algo. Oh, oh.

Me levanto rápidamente y miro al chico que hay en el sofá. No es un chico cualquiera. Es un chico elegante, sexi. Rubio y de ojos grises. Que me mira sonriendo de medio lado.

¡No, no! Todos menos él... ¿Por qué siempre tengo que acabar metida en algún lío?

— P-perdona —digo como puedo.

— ¿Se estaba cómodo encima de mí?

Su pregunta me hace ruborizar.

— Sí, supongo que sí —miento. Pues no, era un bulto que molestaba, en realidad.

Oh, mierda. Pansy. ¿Estará por aquí? Si ha visto la escena seguro que es capaz de matarme. Empiezo a buscar por todos lados cuando la voz sexi de Draco me interrumpe.

Sexi no, sexi no, sexi no... Piensa en algo desagradable... Hagrid desnudo. No TAN desagradable. Draco desnudo. ¡Eso no, idiota! Canta, canta.

La cucaracha... La cucaracha, ya no puede caminar

— ¿Qué dices? —me pregunta Draco.

Me encojo de hombros y me marcho a la mesa, pues alguien entra a la sala común y como sea Pansy no quiero que me vea cerca de SU novio.

En efectivo es ella, y parece que suspira cuando me ve cara a mis deberes. Se acerca a Draco y lo besa. Éste la coge por la cintura y la trae hacia sí, mirándome. Consigue que haga que me ruborice.

Malfoy & MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora