LA BATALLA FINAL (I)

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Me levanto de la cama, y me voy poniendo blanca por segundos.

— Ron —dice Ginny —, ¿es una broma? Mira que si lo es... —empieza a amenazarlo, pero Hermione la interrumpe.

— No es ninguna broma, ¡Voldemort lo avisó! ¡Avisó a Dumbledore de que esto sucedería!

— ¿Y por qué un sábado? —pregunta Fred, molesto.

— ¡Los sábados son para descansar! —replica George.

Yo los miro con cara de "¿En serio?".

— ¡Están atacando Hogwarts y os preocupáis sólo porque es un día de descanso!

— Pues sí —dicen ambos gemelos a la vez. Vaya, parecen tan tranquilos.

— ¡Tenemos que cambiarnos e ir enseguida! —dice Harry, preocupado.

— ¿Te crees que hay tiempo para eso, Harry? —replica Hermione.

— Yo no pienso aparecerme ante Voldemort con un pijama de patitos —replica Ron.

Así que decidimos cambiarnos enseguida y echar a correr hacia el castillo. Es un día nublado, de lluvia, además. El agua nos da en la cara y el barro hace que vayamos más lentos. Vamos vestidos lo más cómodamente posible, pero principalmente de negro, por si tenemos que escondernos.

— ¿Alguien ha visto a Dan? —pregunta derepente Pansy.

Es cierto. No está. Pero ahora no importa. Lo que sí me gustaría saber es dónde están mis padres: si luchando o simplemente comprando algo en la ciudad de aquí al lado. Ojalá sea esto último.

Cuando llegamos al puente de Hogwarts vemos a mucha gente que yace en el suelo, tal vez muerta o tal vez desmayada. Echamos a correr tras el puente. Cuando lo pasamos, un mortífago nos ataca. Debe ser de los idiotas, ¿cómo se atreve a atacar a un grupo mucho más numeroso que él?

Oh, los idiotas somos nosotros. ¡Hemos venido desarmados! Cada vez el mortífago está más cerca. Sonríe con frialdad, apuntándonos con su afilada espada. Pero alguien pasa rápidamente a su lado y le raja la espalda con su espada. No puedo creerlo.

— ¡Profesora Sprout! —exclama Neville, claramente asombrado ante la valentía de su profesora favorita.

— ¡Tenéis que apropiaros de unas espadas ya! —nos dice.

Yo cojo la del mortífago recién caído. Neville y Luna las de un par de personas que están por ahí tiradas, muertas. Me duele comprobar que no son mortífagos. Son unas chicas de segundo de Ravenclaw. Veo a Hermione echarse a llorar. Esto se le ha ido de las manos a Voldemort.

Oh, no. Otro mortífago que viene a atacarme. Desenvaino mi espada y me defiendo como puedo. Me ataca otra vez, y otra, y otra. Me está desgastando. Está haciendo que me canse. Quiere que me rinda. Pero no lo voy a hacer. Sigo defendiéndome, hasta que su espada toca mi brazo. No lo atraviesa, pero sí hace una herida bastante profunda.

Noto un dolor intenso. Dios, creo me voy a desangrar. Y ahí está el mortífago, sonriendo ante su victoria, sujetando su espada por encima de mí. Un sólo movimiento y me atravesará el cuello.

Malfoy & MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora