LA MARCA TENEBROSA

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Sin darme cuenta, he acabado en el lavabo. Me he metido en un cubículo y he empezado a llorar estando sentada encima de un váter. No tengo ganas de volver a la casa de Slytherin, junto con Pansy, que seguro que me acribilla a preguntas. Ni junto con Draco, aunque dudo que esté ahí. Seguramente estará en la enfermería, con la enfermera Prompfey tratándolo.

Por mí, como si se desangra... SECTUSEMPRA! NO, BROMA, POBRE MI MALFOY QUERIDO ♥*

A eso de la hora decido que mejor me marcho a la casa de Slytherin. No porque quiera, sino porque con la hora que es, lo más seguro es que estén casi todos cenando.

Cuando llego a la sala común, me encuentro a algunos de primero hablando frente al fuego. Los ignoro, aunque quizá debería decirles que es la hora de cenar.

No. Que se apañen.

Ya en mi dormitorio, me cambio y me meto en la cama. Me quedo dormida en pocos segundos.

—————

Me despierto con los ojos hinchados y la boca pastosa. Uf, me noto cansada y débil.

Me pongo el uniforme y la túnica verde, y salgo a la sala común, donde hay un par de segundo de bachillerato. Me saludan y yo a ellos.

Ya en el gran comedor, me acerco a la mesa de Gryffindor, donde están Hermione, Ginny y los demás... Los saludo y se sorprenden al verme allí.

— Sí, he decidido cambiar de aires un poco —digo. Y me sorprendo cuando alguien se sienta a mi lado.

Me giro y veo que es Pansy.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto, tan sorprendida como todos los demás.

Slytherin y Gryffindor son los que especialmente se llevan mal. Pero realmente me sorprende por lo de Draco.

Ella se encoje de hombros.

— No lo sé, me has dejado sola y he querido venir.

Asiento sin más. Entonces me fijo en Luna, quien lleva un ejemplar de El Quisquilloso, el periódico de su padre. Cuando me fijo en la portada, me tengo que frotar los ojos varias veces para asegurarme que la imagen es real.

¡Es el tatuaje de la calavera que tiene la boca abierta con una serpiente en ella y que Draco tiene tatuado en su brazo!

Leo el título: LA MARCA TENEBROSA.

¿Cómo? Empiezo a temblar.

— Luna —la llamo conteniendo mis ganas de tibutear—. ¿Me... Dejas ese... Periódico?

Ella asiente y me lo presta.

La Marca Tenebrosa ha sido calificada hoy por parte de un Auror, quien ha capturado a un seguidor de Voldemort, y le ha visto un tatuaje.

"Primero lo pasé por alto —nos explica el Auror—, pero después me fijé en que el seguidor de Voldemort, a los cuales los llamamos mortífagos, porque así quieren que los llamen, acariciaba mucho su tatuaje. Le pregunte por qué, y me lo dijo sueltamente: era La Marca Tenebrosa, la marca que hace identificar a un mortífago. Me quedé de piedra"

Así pues, para saber si alguien es un mortífago (fiel seguidor de Voldemort) únicamente han de mirar si tiene La Marca Tenebrosa, que gracias al Auror, sabemos que se coloca en el antebrazo izquierdo. La Marca es una calavera con la boca abierta de la cual sale una serpiente.

No puedo evitar mirar a Draco, quien me devuelve la mirada desde la mesa de Slytherin. Él sostiene el mismo ejemplar que yo.

La cosa se está poniendo fea, muy fea.

————–—

He pasado un día de clases aburridas. Quería que los profesores se callaran en todo momento. Sólo quería pensar en La Marca de Draco. Él, ¿un mortífago?

Vale que podía llegar a ser arrogante, estúpido, pedante, sexi...

Hagrid, acude. ¡AYÚDAME!

Pero, ¿seguidor de un asesino en serie? No. Eso no encaja en él.

Me tumbo en la cama de mi dormitorio y pronto consigo quedarme dormida. Al poco, mi amiga Pansy me despierta. Yo bufo como un gato y abro un sólo ojo, pues abrir los dos me cuesta trabajo.

— ¿Qué quieres, Pan...sy? —me cuesta hablar.

— Es la hora de la cena.

— No tengo hambre —le digo, y hundo mi cabeza en la almohada.

Es tan cómoda y esponjosa. Imita a la perfección a Ron... Ron, tan dulce.

Otra vez me quedo dormida.

— Despierta —oigo que susurra una voz en mi oído.

¿Ron? No, él no puede entrar aquí.

Miro a mi alrededor, pero no hay nadie. Con mucho esfuerzo me pongo boca arriba y me estiro. Ahora mismo solo llevo mi pijama de pantalón corto y una camiseta corta de pijama que al estirarme, ha dejado ver más de lo que quería enseñar.

Me siento de golpe y me mareo un poco, pero alguien me coge. Oh, manos suaves y cálidas... Sólo puede ser él.

— Mortífago —gruño mirándole a los ojos. Esos irresistibles ojos grises.

Hagrid depliado. Hagrid depilado. Bah, es imposible.

— Preferiría que no me llamases así, Beckett —me dice Draco dando un paso al frente y dejándose ver.

Ay... Qué rostro de ángel malo.

¡HAGRID!

— Yo preferiría que no me estrangularas —añado, con una sonrisa falsa. Que cambio enseguida por una cara de asesina *como cuando Katniss se pone celosa en una foto porque Tris abraza a Peeta. No si sabéis cuál es, pero yo me río mucho jaja*.

— ¿Vas a seguir recordándolo?

— Siempre.

— Entonces espero que ese siempre cambie de odiarme, a amarme. Adiós.

Y sale por la puerta.

¿A qué diantres había venido, pues?

Malfoy & MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora