Fragmentos, de eso se trata todo. Segundos de vida que te elevan o te hunden en la desesperación más profunda. Una vez que abro mis ojos, el maldito sentimiento de siempre invade cada milímetro de mi piel. El mismo que vengo acarreando por tanto tiempo ya, que casi me acostumbro a sus efectos secundarios: ardor en el pecho, dificultad para respirar profundo y un incontenible deseo de romper el mundo en trillones de micro partículas.
He caído en la cuenta que las sesiones con Elena parecen sacarlo a flote: reacciona como una especie de animal enjaulado, violento y desesperado por alimentarse.
Suspiro con cansancio, pasándome una mano temblorosa por mi cabello arremolinado por la brisa. Fijando la vista en el vaivén de las ramas de unos álamos que tengo enfrente, no puedo dejar de notar como todo a mi alrededor parece filoso, si me muevo unos centímetros a la izquierda de mi Yamaha voy a desangrarme.
Basta, Noah. Aunque sea intenta sacudirte esta pesadez de encima. Deja de actuar como un idiota congelado en el pavimento que la gente ya te mira raro.
Tengo que salir de aquí, subirme a mi moto y dejar que la vida se me pase volando con cada kilómetro que acelero. Balanceo mi pierna izquierda por encima del asiento de cuero y entonces sucede: mi celular vibra en el bolsillo trasero de mis jeans negros. Con el corazón acelerado retumbando en los oídos, lo saco en menos de un segundo, pero el alma se me cae al suelo de ver que no es Park quien me ha mandado un mensaje. Es Savy que quiere verme. Cuesta tragarme la desilusión, sin embargo, a la vez me alegra un poco el hecho de que a mi hermana mayor le interese saber cómo estoy.
Savvy: Pssssttt? Te extraño. Cafecito hoy en The Spot???
Noah: Okay, nos vemos en 15'.
Savvy: LLevo toalla? jeje
noah: Muy graciosa uwu
***
Conducir me aclara la cabeza, y a decir verdad anhelo una buena taza de café con alguien en quien confío plenamente. Ni bien entro a The Spot, Savy ya me está saludando con su melena de cabello rubio atado en una coleta alta que ondea con el movimiento de su brazo. Es hermosa, por dentro y por fuera. Haría lo que fuera por ella, es mi mejor amiga y la única razón por la cual sigo en pie. Su eterno optimismo y calidez me ha mantenido a raya cada vez que mis pensamientos depresivos deciden jugarme una mala pasada. Hace tiempo he dejado de esconderle mi tristeza. Ella ve a través de mí con prístina claridad, y mentirle solo logra romperle el corazón, cosa que odio más que a mi mismo.
—¿Y? ¿Cómo estuvo la sesión? —No se anda con rodeos, cosa muy típica de ella.
Devuelvo su amplia sonrisa con otra lo mejor que me sale. Aunque una vez que nuestras miradas se encuentran, me cuesta mantenerla, viendo con dolor como intenta esconder la preocupación en sus ojos.
ESTÁS LEYENDO
Dueles Tan Bien (ChicoxChico)
Teen FictionNoah Riley, de diecinueve años, se despierta desorientado, empapado hasta los huesos y solo en las costas de Rockaway Beach, Brooklyn. Después de una petaca de licor Jägermeister, bastante autodesprecio, y muchas malas decisiones borrachas, no tiene...