Es una delgada línea entre el amor y la locura: decido cruzarla.
Quiero hacer lo correcto por Park. Los médicos, mi familia y amigos me siguen diciendo que el cuerpo que yace en esa cama de hospital, desde hace casi un mes y medio, es mi novio.
No lo aceptaré No puedo. ¿Cómo podría? No lo entiendo. No entiendo cómo el mundo sigue girando y yo no sigo adelante.
Una mañana me despierto en el asiento trasero de un pequeño coche azul, rodeado de latas de refresco vacías y bolsas de plástico arrugadas y toda esa mierda que coexiste en el interior de un vehículo y nunca se limpia.
Caigo en la realidad y recuerdo la razón por la que estoy en él: Tyler me lo ha prestado. Así puedo viajar al hospital y volver a nuestro apartamento vacío más rápido. Para que la lluvia no me haga chocar la moto contra los robles que decoran el estúpido estacionamiento, del estúpido centro de salud, lleno de estúpidos médicos que no hacen más que mantenerlo en un respirador.
Sin importarme mucho, con la mejilla pegada al vinilo, me concentro en los envoltorios de plástico, las bolsas viejas y pegajosas de gomitas de frutas y los pañuelos de papel arrugados. Los últimos son culpa mía. Me bajo del auto, y me duele el sol en mi frente; duele el suelo bajo mis pies y hasta el estúpido aire duele.
Me siento desollado. Lo que sea que me mantuvo en una pieza hasta hoy se ha desprendido. Bajo mis ojos cansados a mi pecho: casi espero ver mi corazón colgando fuera, un latido lento, casi muerto.
Fragmentos de la noche anterior, hace solo unas horas, vuelven a filtrarse en mi piel.
La madre de Park me dijo que los médicos le darían una semana más antes de desconectarlo del respirador y dejar que la naturaleza siguiera su curso. Parecía serena, pero luego su mirada se encontró con la mía y me agarró y no me soltó.
Por encima de mí, las palomas revolotean en el álamo.
¿Cómo se llama la enfermera que me dice constantemente que vaya a casa a descansar un poco? Tiene el cabello encrespado y sus ojos son amables. ¿Candy? Ella está a cargo de él. ¿Kara? Ella está a cargo de mantenerlo cómodo. Karen. Su nombre es Karen.
Mi estómago se enrolla en nudos. Intento caminar, moverme, tal vez incluso correr, pero ¿adónde? ¿Hacia quién?
No puedo moverme ¿Así será a partir de ahora? ¿Incluso levantar una extremidad requerirá un gran esfuerzo y causará tanto dolor al mismo tiempo?
La puerta de nuestro apartamento se abre y mi corazón se acelera; tal vez todo era una mentira, una pesadilla estúpida y sin sentido. Y Park aparecerá, parpadeando bajo la intensa luz de la mañana, una mano cubriendo su hermoso rostro, mientras la otra agarra su suéter de lana marrón que lo protege de la fría brisa invernal.
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Dueles Tan Bien (ChicoxChico)
Teen FictionNoah Riley, de diecinueve años, se despierta desorientado, empapado hasta los huesos y solo en las costas de Rockaway Beach, Brooklyn. Después de una petaca de licor Jägermeister, bastante autodesprecio, y muchas malas decisiones borrachas, no tiene...