Capítulo 15

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La mañana llega sin misericordia y trae consigo el regusto agrio de la soledad

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La mañana llega sin misericordia y trae consigo el regusto agrio de la soledad. Siento su falta en cada hueso que niego a arrastrar fuera de la cama.

¿Cuán patético suena eso? Mucho, lo sé.

Hace menos de dos semanas, me regocijaba llamándome un lobo solitario. Ahora, si tuviera que volver a esa versión de mí mismo, no sabría por dónde comenzar a buscar.

Hace mucho frío afuera, y todo en lo que puedo pensar es en lo mucho que quiero sentir el calor de los brazos de Park a mi alrededor. Es tan surrealista reflexionar sobre estas cosas, no me reconozco, nada de esto es propio de mí en absoluto.

Me escabullo un poco para agarrar mis cigarrillos de la mesita de noche y recuerdo su nariz arrugada, cómo me reprendió por mi vicio. Enciendo uno, me siento en la cama y observo las volutas grises girar perezosamente, del mismo color que sus ojos anoche: ese condenado azul profundo que se torna grisáceo vaya a saber por qué.

Mientras seguía dejándolo entrar en mi vida, vi la tormenta formándose en sus pupilas cuando le conté sobre Caleb. Todo él, cambiando, oscureciendo. Tal vez fue el clima afuera, tal vez fueron las luces, pero tal vez... fue obra mía. Quiero creer que mis palabras tuvieron ese efecto en él, quiero creer que yo pude haber sido el responsable, el catalizador de sus emociones encontradas.

También quiero creer que soy digno de su afecto, aunque sé que estoy roto en tantos lugares que ya ni siquiera puedo llevar la cuenta. Su voz, su roce, me trae de vuelta de este sitio oscuro que visito al menos dos veces al día. Si tan solo supiera cómo encontrar una llave que cerrara esa parte de mí para siempre; si tan solo pudiera dejar de sufrir.

Los eventos de ayer llegaron tan inesperadamente; nunca podría haber adivinado como resultaron las cosas que se desarrollaron a nuestro alrededor. Ni en sueños podría haber previsto el impacto de tener a Park conmigo, durante horas y horas...

Su presencia me envolvió en un capullo, aislándome del mundo en el que siempre estoy, al menos por un tiempo. Lo dejé todo, lo di todo. Poniendo mi cara en su cuello, dejé que todo se me fuera de control. Valió la pena.

Tengo una sesión con Elena hoy, así que ordeno mis divagantes pensamientos y me arrastro al baño.

Como siempre, al pasar por delante del espejo de pared, le doy un breve vistazo. Tengo esa costumbre: si lo hago rápido, casi puedo sentir como si Caleb estuviera conmigo, como si él fuera el que me espiara, y podemos compartir unos segundos donde estamos ambos, siendo hermanos, y no solo yo, mis demonios y mi vacío.

Mientras me preparo para salir, mi celular suena, es Savy.


Savy: Holi. ¿Todo en orden? Hace mil años que no se nada de mi hermanito menor.

Noah: ¡Hola! Saliendo, sis. Corriendo a una sesión con la psiquiatra. Pobre mujer no sabe qué hacer conmigo. LOL

Savy: ¡JA! ¡Bueno, mejor entonces que vayas yendo, pero maneja con cuidado!

Dueles Tan Bien (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora