Capítulo 34

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Esto es lo que sucede cuando la vida de tu novio se reduce a siete días, ciento sesenta y ocho horas, hasta que lo desconecten del respirador.

Ya no puedes procesar nada.

No se te ocurren más excusas para no reconocer que todos tenían razón menos tú. Park es el chico que yace en la cama del hospital que has estado cuidando desde que comenzó esta pesadilla. Es su mano la que has estado sosteniendo muy suavemente, con miedo de lastimarlo aún más.

Siete días.

Decides hacerlos contar.


***


El primer día le regalo flores y tiempo.

La noche anterior, me dirijo a Pratt, abro mi casillero y saco más de trescientas hojas de papeles de colores brillantes y cuadrados.

Busco en Google cómo doblarlos en flores de origami: cada uno de ellos.

No duermo.

No tomo descansos.

 Sé que además de dárselos a él; le estoy dando el tiempo que se necesita para hacerlos.

Con cada pliegue, le estoy dando segundos de mi vida. Con cada flor gana parte de un minuto. Ato tantos como puedo a los tallos de cartón y los arreglo en ramos. Por la mañana, con los ojos llorosos y las fosas nasales ardiendo por el agotamiento, los coloco junto a su mesita de noche y por toda la habitación del hospital.

Cada minuto, cada pliegue es un mensaje mío para él.

El segundo día, le doy palabras y definiciones. No quiere decir que hable con él, no, no hago eso en absoluto... Aunque dolería muy bien, es demasiado. No podría soportarlo: esperar que su cadencia llene la habitación.

En cambio, empiezo una lista de las palabras que amo.

Libertinaje—indulgencia en los placeres sensuales; como las muchas veces que pasamos juntos bajo las sábanas viendo el mundo chocar frente a nuestra ventana.

Azur: azul cielo; como el color de sus ojos, lo primero que recordé del misterioso chico que me salvó de los brazos del océano.

Vertiginoso: alegre y frívolo; como su risa un domingo por la mañana, junto a volutas de café caliente y muffins de dulce de leche con aroma a vainilla.

Las palabras no tienen nada en común, pero eso es lo que me gusta de ellas, una yuxtaposición de emociones y recuerdos que Park despierta en mí. 

Hay tantas palabras en nuestro idioma; llegamos a conocer tan pocas de ellas. Quería más palabras entre los dos. Dos muy específicas que nunca tuve la oportunidad de decírselas en voz alta.

Dueles Tan Bien (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora