16 El viejo hospital

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Al día siguiente, en medio de la sala común donde se solían tener las juntas, estaba Tom con Luz, Lucy, Mary, Mario, Sergio, Isabela y otros agentes del Senado pensando sobre el siguiente plan que se debía poner en practica después de escuchar la historia o más bien la información que Luz les había otorgado. Tom aun lado de ella, se levantó y miro a Isabela.

—Sé que estas investigando a Patricia, jefa de los detectives que últimamente nos han estado acompañando en este caso no tan peculiar—señaló Tom, que con sus manos sostenía una hoja llena de nombres escritos por él mismo—Sé que muchos no están de acuerdo conmigo sobre la jefa de los detectives, pero se me hacer raro que dicha mujer no sepa nada sobre el caso y sobretodo de los pocos y brillantes pasos que hemos dado. Además, debo mencionar que las sectas que en un tiempo hemos eliminado o mantenidos al margen, han regresado y con un gran espectáculo.

—Muertes.

—Exacto—Tom señaló a otro agente del Senado—Todo esto empezó con una simple muerte, y va a terminar con un surgimiento de sectas que pretenderán acabar con la sociedad y de paso con nosotros, El Senado.

Todos estaban de acuerdo con Tom, pero seguía sin haber un plan. Isabela, con elegancia y seriedad que se le caracterizaba, se puso de pie y comenzó hablar.

—Tenemos que mantener vigilada Patricia desde la mañana hasta la noche, las 24 horas. Ahora, tenemos que mandar agentes a que vigilen la casa de campo donde el padre Agustín supuestamente se fue a limpiar los pecados, y digo esto, porque hace unos días, el padre que tenemos aquí, le comentó la situación a nuestro querido Tom—la mujer levantó sus manos, como si quisiera darle un abrazo—¡Felicidades Tom!, aceptaste el caso y ahora ese padre está ligado con todo esto.

—Como les dije, la Liga es muy tonta para hacer negocios—recordó Tom.

—Quiero que aseguren el Senado, que mantengamos vigilado al padre que está aquí como refugiado, como ya sabrán se dice que tenemos ciertos oídos de nuestros enemigos aquí en estas paredes. Yo me encargaré de hablar con el esposo de Patricia para adelantar el caso y así mantener una vigilancia más estricta.

—Bien, yo voy contigo—Daniel se ponía de pie—Quiero también que vayan siguiendo cada marca que le van dejando a los cuerpos, al parecer Tom se equivocó o ¿Me equivoco? —Tom con un movimiento con la cabeza afirmaba que se había equivocado—Bien, con esta nueva información que nuestra amiga nos acaba de dar, damos por entendido que estas nuevas sectas van atraer algo muy grande.

—La seguridad en las calles se va a reforzar. Al parecer hay más almas que podrán estar provocando un desastre no deseado—señaló Víctor.

—Ahora, Tom, ¿Cuáles son tus planes? —cuestionó Daniel—Desgraciadamente, regresaste a dirigir el Senado de nuevo. Así que todos te escuchamos.

—Va—Tom como de costumbre sacaba un puro y le prendía mientras explicaba—Vamos a ir a la casa de la vecina de Luz, quiero que manden primero a Cesar y a Laura—Tom sé detuvo un poco para dar sus primeras bocanadas—Una vez estando ellos ahí, nosotros entramos, esto lo hago para que Isabela se le facilite la investigación que lleva sobre Patricia. Una vez que ellos entren sin ningún documento firmado por un juez, la mujer tendrá el derecho de levantar una queja, esto dará pie a que Patricia se dé cuenta que ellos, la fiscalía, está trabajando en conjunto con nosotros, el Senado.

—¿Y qué pasa si esa mujer no está en su casa?

—Tendremos otro plan, y creo que este es el mejor. Lo llamo actuar rápido—decía alegremente mientras dejaba salir el humo de su boca—Quiero que una vez estando ahí, vayan a registrar todo, habitaciones, prendas, documentos, y si llegan a ver el nombre del hospital donde trabaja, me avisan y ese mismo momento nos vamos a ese hospital así sea el más elegante y privado de Guadalajara. Tenemos que acabar con esto. Y esta mujer representa nuestro primer home run para este caso.

OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora