Oscuridad

1 DETECTIVE

—¿Qué tenemos aquí?

—Señor, los trabajadores dicen que el cuerpo amaneció aquí, a lo que conlleva que el cuerpo puedo ser arrojado por la madrugada.

—¿Cámaras de seguridad?

—Ya están revisándolas.

—Muy bien—dijo el detective, que se agachaba para ver mejor el cuerpo—Al parecer venia de fiesta.

—¿Fiesta?

El detective se puso sus guantes color negro para agarra un objeto que estaba debajo del cuerpo.

—A lo que sé, cuando entras a un club te suelen dar este tipo de pulseras, ¿No?

—Exacto, o cuando los compras en preventa—contestó una mujer, que llegaba a la escena del crimen—Perdón por llegar tarde.

—Descuida, Laura—respondió el detective, que seguía viendo el cuerpo de pies a cabeza—Mira, que raro.

El detective movió el cuerpo para que quedara boca arriba, y en la altura del cuello pudieron observar una marca extraña. El detective se acercó un poco más y pudo notar el olor a cerveza y a muerto, provocando que éste se alejara inmediatamente al respirarlo. Al acercarse de nuevo pudo ver un triángulo sin terminar, y en la punta tenía una letra.

—Esto no se ve nada bien—comentó el detective poniéndose de pie con la ayuda de Laura—En el cuello tiene un símbolo incompleto.

—Esto implicaría que...

—Señor, perdón por interrumpirlo, tiene que mirar esto—dijo un policía, que se acercaba a él a paso apresurado—Las cámaras no muestran una evidencia clara.

—¿Cómo?

Las cejas del detective se arquearon al escuchar lo que un policía decía. El hombre levantó su mano y los tres comenzaron a caminar hacia un local. Entraron directamente a la oficina del gerente sin preguntarse qué tipo de cosas se dedicaba a vender.

—Reproduce la cinta, por favor.

—Sí señor.

El joven que estaba en la computadora reproducía el video para que los detectives le vieran y pusieran atención cuidadosamente.

Aquel video comenzó a mostrar la calle oscura con un poco de luz que daba los postes. En medio de la noche se comenzó a ver un joven con ropa formal. El joven caminaba de un lado a otro, claramente se veía que el joven ya estaba pasado de copas. Los detectives pusieron más atención al ver que el joven borracho se detenía y de la nada lanzaba el embace de cerveza que venía tomando. De ahí, el joven fue a dar al piso, golpeándose la cabeza y causando su propia muerte.

—No lo dejaron en la madrugada—opinó el policía, que estaba a un lado de ellos.

—Necesito que en una USB me graben todas las evidencias, necesito que vayan a los demás locales a pedir las grabaciones.

—Señor, necesito que me acompañe, por favor—dijo otro policía, que recién llegaba—El local que da enfrente cuenta también con cámaras.

—Necesito eso en una USB—ordenó el detective.

—Sí señor.

—Joven, de aquí en adelante un compañero va a entrar para extraer esos archivos y...

El detective salió junto con su compañera Laura, y al cruzar la calle se dieron cuenta que el tráfico comenzaba a decir presente. Ambos detectives siguieron al policía hasta una Sex-shop. Al entrar, pudieron ver la cantidad de juegos sexuales al igual que películas y lencería que estaba colgada con sus respectivos maniquíes.