Tom seguía en el suelo alejado de su arma, con un brazo en su estómago y con el otro en suelo del quirófano. A unos pasos de él, estaba el hombre que inteligentemente agarraba uno de los instrumentos más peligroso de ahí: el bisturí. Con tremenda arma en mano, caminaba de un lado a otro desesperadamente. Tom, por su parte se sentía débil, derrotado y para su mala suerte, el joven no enfocaba su vista tan rápido como en otras ocasiones.
—El plan, el plan—decía el hombre de la vestimenta negra y con bisturí en mano—No puedo creer que el joven haya caído, pero así fue.
Tom se sentaba y se recargaba en la pared.
—Ya no eres fuerte, además acabo de hacer el descubriendo del año—alzó la voz—Encontré tu debilidad, la encontré.
El hombre con una risa malvada y con un brillo en sus ojos, salió del quirófano haciendo ruidos extraños para asustar a las personas. Tom se recargó y respiró, se puso de pie y fue por su arma. Tom vio el desastre que habían dejado, sin embargo, no era pretexto para dejar de seguir al hombre. Tom salió del quirófano y pudo apreciar el desorden que había, las personas asustadas corrían de un lado a otro, los familiares protegían a sus familiares, los del personal de salud junto con el personal de seguridad trataban contener a la multitud, pero era difícil y peligroso. La gente lángara se aprovechaba de la situación para ir a robar medicamentos, aparatos y cosas personales de la misma gente y del personal del hospital.
Tom sin más alternativas comenzó a correr en medio de todo el desorden que se estaba viviendo. Al pasar por varios pasillos, un hombre delgado con ojos grandes y de cabello corto le detenía colocando por delante su arma, una navaja. Tom cansado, vio que ese hombre intentaba asaltarlo que por desgracia no iba a resultar.
Los ojos del joven se engrandecieron al ver el arma que Tom poseía, pero éste no se dio por vencido. Por desgracia el joven al primer movimiento que había dado le salió costoso. Tom había desviado el golpe encajándole su arma que al estar en el cuerpo del asaltante se hacía más graden así convirtiéndose en una espada.
Tom con desprecio fijo su mirada con la de él y le preguntó.
—¿Crees en Dios? —el joven llorando asintió—Pues entonces comienza a recopilar tus pecados para que vayas al cielo.
Dicho esto, Tom sin piedad sacó su arma así partiéndole la columna y dejándolo en el piso, muerto.
El arma de Tom regresó a su estado normal, y él regresaba a la carrera entre toda esa multitud. A medio pasillo, Tom se encontraba con Mary que estaba defendiendo a una niña de una criatura rara, y esta vez no era humano, ante todo, y Cesar no dejaba de disparar sin importarle la presencia de los civiles.
—Tom, está afuera, los demás están esparcidos ayudando a evacuar el hospital—Mary toda cansada le informaba a Tom que también se ponía en guardia por si una criatura le llegara atacar—Tom, tienes que ir por ese hombre, nosotros nos encargamos de la mujer.
—La enfermera está muerta—informó Tom, que agarraba a la niña de la mano—Todo va a estar bien—le dijo a la pequeña—Mary, la enfermera está muerta, así que nuestra única opción es aquel hombre.
—Tom, ¡Ve! Nosotros nos encargamos de todo este desastre—Mary con un movimiento feroz le encajaba el arma al hombre convirtiéndolo en polvo—Y si estás buscando a Venus, no te preocupes, ella ya salió. Tal vez este allá afuera ayudando.
—Va.
Eso era lo que Tom quería escuchar, que alguien le diera una razón de aquella mujer. Tom sin pensarlo soltó a la niña y se fue corriendo. Al estar afuera vio a Sergio que se las ingeniaba para defenderse.
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Oscuridad
FantasyEn nuestro mundo hay mucho misterios de la cual no conocemos. En la ciudad de Guadalajara hay una historia que no todos saben, solamente aquellos que pertenecen a dichas sectas. La secta u organización que controla y protege, esta en peligro al ver...